Hasta Cuando Rocky

Hasta cuando Rocky

El plan de Dios con las pruebas y la adversidad

Introducción: 

Recuerdo uno de los domingos más felices de mi vida, estar allí paradito, llorando y llorando a moco suelto, porque mi papá había decidido visitar la iglesia. Ese día sentí que mis esperanzas de ver a mi familia unida estaban tomando vida. Sin embargo, al día siguiente, el lunes por la noche se desató una pelea entre mi mamá y mi papá, que luego terminó en una pelea entre mi papa y mi hermano mayor. Fue un total desastre donde todas mis esperanzas del día anterior se vinieron abajo. Mi hermano salió con toda su ropa en una bolsa negra y recuerdo que mi mamá y yo estábamos sentados en el estacionamiento, en un murito, así como este. Ambos estábamos llorando y nunca olvidaré cuando alza mis ojos al cielo preguntándole al Señor por qué. Si lo estaba buscando, si mi papá había estado en la iglesia ¿Acaso no fue efectiva la ministración? O ¿Será que mi familia ya no tenía remedio? ¿Había valido la pena hacer el esfuerzo de llevar a mi papá a la iglesia? Todas estás preguntas cruzaron en mi mente y hoy quiero compartir contigo lo que he aprendido hasta ahora acerca de las adversidades.

Este tema no es una poción mágica para resolver problemas. Es una nueva perspectiva de las adversidades de manera que puedas enfrentarlas y salir victorioso de ellas, renovado y con una dirección clara de lo que Dios quiere hacer con tu vida.

Definición de Resiliencia:

La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

La resiliencia humana puede definirse como la capacidad que tenemos los seres humanos para afrontar las adversidades, asumirlas con flexibilidad, y lo más importante de todo; salir fortalecido de ellas.

Tenemos dos opciones: o dejamos que nuestro dolor y adversidad nos hunda o le permitimos a Dios moldearnos a su manera.

Mitos erróneos acerca de Dios y las adversidades:

Mito 1: Dios me ama tanto que no permitirá que nada malo me pase.

Eso no es lo que dice la biblia precisamente, ¡Claro que Dios es bueno y claro que me ama! Pero hay otros factores como la capacidad que tenemos de tomar decisiones. Decisiones que pueden traer buenas o malas consecuencias. ¿Por qué nos suceden cosas malas? Porque vivimos en un mundo dominado por la maldad. La tierra no es el cielo. En el cielo siempre se hace la voluntad de Dios de manera inmediata. Aquí en la tierra se hace escasamente.

“Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.” Romanos 8:28 (PDT)

• La verdad es que Dios te ama tanto que quiere sacar la mejor versión de ti.

“Dios supo lo que él estaba haciendo en el mismo principio. Él decidió en el comienzo formar las vidas de aquéllos que lo aman en las mismas líneas como la vida de su Hijo… Nosotros vemos la forma original e intencional de nuestras vidas en él.” Romanos 8:29 (Mes)

Lo mejor de nosotros, nuestra mejor versión, como personas, como esposos, como hijos, como padres, como empleados, como servidores, se basa en el carácter de Cristo. La cuestión es que, aunque todos estamos de acuerdo con que Dios es bueno, nuestras acciones demuestran que su plan y su voluntad no son lo suficientemente buenos para mi vida según mi percepción de felicidad y comodidad.

Mito 2: Una correcta relación con Dios me librará por completo de las adversidades.

Otro de los mitos que muchas veces creemos es que, si me mantengo en una correcta relación con el Señor, Él se encargará que no nos pase nada malo, que todo nos salga bien y que no tengamos ninguna dificultad. Si fuera así, el Señor estuviera criando hijos consentidos, que quieren tenerlo todo a la mano. Por eso hay mucha gente que cree que, con un par de ayunos, 3 oraciones y un mes congregándome van a lograr que Dios salga corriendo a cumplir mis deseos personales. Por eso es que hay muchos creyentes que están en la posición de “Si Dios lo hace me quedo, sino me voy” “Si Dios me responde me quedo, sino me voy”. Dios no tiene la obligación de complacernos a nosotros mismos, mucho menos si su bendición endurecerá más nuestro corazón.

• La verdad es que una correcta relación con Dios me formará a través de las adversidades.

“Deja tus preocupaciones en manos del Señor, y él cuidará de ti. Él nunca permitirá que el justo quede derribado para siempre.” Salmos 55:22 (PDT)

Entonces, pudiéramos preguntarnos: Si seguir a Cristo no me librará de los problemas ¿Para qué entonces voy a seguirle? Porque nuestro principal problema no es tener problemas en esta tierra, sino llegar a la presencia de Dios sin haber resuelto el problema de nuestra salvación. Solo Jesús puede resolver ese conflicto que determinará cual será nuestra morada eterna.

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