Isaías: El profeta del Mesías

 Isaías: El profeta del Mesías

Autor y fecha

La Biblia nos dice que Isaías fue el que escribió el libro que lleva su nombre. (“Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá” (Is 1:1).)

Su ministerio se desarrolló en Jerusalén durante el reinado de cuatro reyes en Judá. Uzías murió alrededor del año 740 a.C. Este acontecimiento ocurrió durante los comienzos del ministerio de Isaías. Por otra parte, Ezequias murió aproximadamente en el 687 a.C. ¡De manera que Isaías profetizó por más de 50 años! Probablemente el libro fue escrito por Isaías aproximadamente en los años 700-680 a.C.

Consideremos otros factores importantes acerca de Isaías.

• A menudo se le califica como el más grande de los dieciséis profetas que escribieron. Era una persona muy educada. También utilizó un vocabulario más amplio que cualquiera de los demás escritores del Antiguo Testamento. Su estilo poético es sobresaliente. En su libro, Isaías abarca desde la Creación (Is 42:5) hasta los cielos y tierra nuevos (Is 65:17; 66:22).

• Su nombre significa “salvación de Jehová”. Isaías utiliza el término salvación tres veces más que todos los demás profetas del Antiguo Testamento juntos. También se lo llama el profeta Mesiánico porque escribió mucho acerca de la salvación y del Mesías que habría de venir.

• Isaías enfatiza sobre el tema de la salvación a través de diversos eventos en la historia de Israel, por ejemplo: el éxodo (Is 4:5-6; 11:15; 31:5; 43:16-17); Sodoma (Is . 1:9); Gedeón (Is 9:4; 10:26; 28:21); el canto de Moisés en Deuteronomio 32 (Is 1:2; 30:17; 43:11, 13).

• Su esposa fue una profetisa (Is 8:3) .

• Los nombres de sus dos hijos tenían significados espirituales (Is 8:18). Sear-jasub significa “un remanente regresará” (Is 7:3). El nombre de este hijo tenía la finalidad de asegurar a Judá que un pequeño número de judíos retornaría de Babilonia. El nombre de su otro hijo, Maher-salal-hasbaz significa “el saqueo se apresura” (Is 8:3). Esto significaba que Asiria pronto vencería a Damasco y se llevaría sus riqueza.

• La tradición enseña que el rey Manasés, hijo de Ezequias, puso a Isaías entre dos tablas y lo aserró por la mitad (He 11:37). Luego, ya en prisión, Manasés se arrepintió por toda la maldad que había hecho (2 Cr 33:1-20). Dios oyó su oración de arrepentimiento y lo perdonó. ¡Qué maravilloso! ¡Dios perdona al peor de los pecadores! La sorpresa mayor de Isaías en el cielo pudo haber sido ver a Manasés.

• El libro de Isaías es, junto a Deuteronomio y los Salmos, uno de los más nombrados en el Nuevo Testamento.

Algunos eruditos con una fe errónea, o sin fe en absoluto, tropiezan con las profecías de Isaías, pues no creen que Dios haya hecho que los profetas contemplaran el futuro. Por

ejemplo, Isaías profetizó que Ciro ayudaría a los judíos a reconstruir a Jerusalén (Is 44:28; 45:1, 13). La profecía de Isaías se cumplió 150 años después cuando Ciro, rey de Persia, decretó que los judíos podían volver a su tierra y reconstruir el templo (Esd 1:2-4; 6:3-5), pero a los incrédulos les cuesta aceptar esta profecía, pues confían demasiado en ellos mismos, en vez de hacerlo en el Espíritu Santo. Esa es la razón por la cual estos maestros incrédulos dicen que Isaías no profetizó esos versículos, sino que fue otra persona la que escribió Isaías 40–66, y que lo hizo después de que Ciro había proclamado el decreto. Pero nosotros creemos en la unidad de todo el libro, es decir que Isaías lo escribió en su totalidad.

Existen por lo menos cuatro razones que nos hacen creer que fue Isaías el autor de todo el libro.

• La Biblia misma dice que Isaías es el autor (Is 1:1). Durante los tiempos del Antiguo Testamento los judíos reconocían a Isaías como el autor del libro. Al igual que los demás profetas, cada libro escrito por ellos lleva el nombre del profeta.

• La frase “el Santo de Israel” aparece doce veces en Isaías 1–39, y trece veces en Isaías 40–66. Pero fuera de Isaías, esta frase sólo aparece seis veces en el Antiguo Testamento. Esta característica afirma el hecho de que fue una sola persona el autor del libro. El Espíritu lo guió a menudo a referirse a Dios como “el Santo de Israel”.

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