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LA PRECIOSA SANGRE


Enviado por   •  17 de Junio de 2014  •  3.182 Palabras (13 Páginas)  •  264 Visitas

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LA PRECIOSA SANGRE

Lev 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

¿Cuándo fue la última vez que usted escuchó un sermón o entonó un canto sobre la sangre de Jesús?

Algunas iglesias hoy encuentran anticuado e incluso horrible el concepto. Incluso, los himnos que mencionan "la sangre" han sido sacados de los himnarios. Pero sin ella: (sin la sangre) no existe esperanza de una relación con Dios, No hay garantía de salvación, no hay limpieza de pecados, ni confianza de que nuestras oraciones sean escuchadas.

La Biblia nunca evita mencionar la sangre. De hecho, está en toda ella como un hilo rojo, desde Génesis hasta Apocalipsis. Si se eliminan de la Palabra de Dios las referencias a la sangre, lo que queda es un libro de historia y literatura. Todo lo que Dios considera importante, jamás debe ser ignorado.

Levítico 17.11 nos dice que Dios dio la sangre para hacer expiación, (reparación, pagar) porque "la vida de la carne" está en ella. La palabra "expiación", tal como se utiliza en el Antiguo Testamento, significa "cubrir".(Reparar, pagar, anular)

En el AT Por medio del sistema o procedimiento de culto con sacrificios de sangre establecido por Dios, los pecados de la humanidad eran cubiertos por la sangre de animales inocentes. (Lev. 1-17)

La gravedad del pecado se quitaba por el inmenso costo de la expiación (la reparación de la pena que era la muerte, y era pagada por el culpable de pecado, dando un sustituto aceptable. (Sacrificios de Machos cabríos, becerros, aves, tórtolas o palominos, u Oblación: Ofrendas incruentas: Flor de harina, liberación de vinos, primicias de las cosechas). Presentadas ante el sumo sacerdote que era el único que podía entrar al lugar santísimo.

Según (Lev. 1:3) Para cubrir los pecados, los animales que se ofrecían tenían que ser perfectos, puros, limpios. Todo sacrificio sobre el altar era un cumplimiento de la pena de muerte exigida por la Ley de Dios. El sistema de sacrificios enseñaba a las personas que el Señor es santo, que las transgresiones debían ser castigadas, y que la reparación por el pecado se lleva a cabo sólo a través del derramamiento de sangre. Este plan era una prefiguración (predicción) de lo que vendría después.

Los sacrificios de animales sólo podían cubrir, reparar, anular, pagar, quitar el pecado, ofreciendo un "cordero final" que era necesario para eliminar toda la iniquidad del hombre que pecaba.

Esto se convirtió en una práctica consecuente, cada que pecaban, presentaban sacrificios y oblaciones de tal forma que en la entrada del templo era un negocio tremendo, (según el tamaño del pecado así era el precio del cordero); y lo más triste dice Isaías 1 en su visión que veía a una nación pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos; se olvidaron de Jehová.

Isa 1:11-15 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

Sal. 40:6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Era necesario el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Jn 1:29 Un día, estando Juan el Bautista en el río Jordán, vio a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." Entró en la escena de la historia humana. El sacrificio perfecto por los pecados había llegado. 1Pe 1:20 Él había sido "destinado ya desde antes de la fundación del mundo", y vino a la tierra para cumplir el asombroso plan de la redención del Señor con el derramamiento de su sangre preciosa; por amor a vosotros.

Razón tiene Pedro en su I Pe 1:18-20 que fuimos rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

Jesús no era sólo un hombre; era el Hijo de Dios en carne humana. Su nacimiento fue sobrenatural, porque fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de una virgen. Puesto que ningún padre terrenal le transmitió algún pecado, Jesús era el perfecto e inmaculado Hijo de Dios; su vida fue la única sin imperfección, y por eso el único sacrificio adecuado por la culpa de toda la humanidad.

Sin la sangre de Cristo, nadie puede tener una relación con el Padre celestial.

Juan 14:5-6 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Pero el pecado bloquea cualquier posibilidad de relación con Él, porque Dios es santo, Pero, por su amor, Dios puso en marcha un proceso de reconciliación.

La preciosa sangre de Jesús ofrece todo lo que necesitamos para acercarnos al Padre.

Ya no necesitamos la sangre de machos cabríos ni corderos, ni palominos, ni oblaciones.

Dice la biblia que ya fue presentado uno de una vez por todas….el que nos redimió, nos compró con su sangre preciosa. (Es Jesucristo).

A través de la sangre de Jesucristo encontramos Redención; y redimir significa "rescatar". Jesucristo fue a la cruz con el propósito fundamental de rescatarnos de una vida de esclavitud al pecado. (Amigo, amiga, joven que nos visitas en esta noche, tal vez usted se considera una persona muy buena, y que no es esclava del pecado. Pero no importa lo virtuosa que pueda parecer una persona, todo ser humano tiene una naturaleza pecaminosa (Ro 3.23).

Rom 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Pero

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