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LABOREM EXERCENS

panchagp30 de Noviembre de 2011

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I: INTRODUCCIÓN

Esta encíclica fue escrita como conmemoración del 90 aniversario de la Rerum Novarum. Fue acabada el 14 de septiembre de 1981 .

• El trabajo humano 90 años después de la Rerum Novarum.

Análisis de los cambios tecnológicos, económicos y políticos desde la Rerum Novarum.

• En una línea de desarrollo orgánico de la acción y enseñanza de la Iglesia.

La cuestión social del trabajo. Exige un examen de las estructuras injustas de la tierra y su transformación en una dimensión más universal.

• El problema del trabajo, clave de la cuestión social.

Búsqueda de la dirección para hacer la vida humana más humana para que el trabajo adquiera una importancia fundamental y decisiva.

II: EL TRABAJO Y EL HOMBRE

• En el libro del Génesis.

El trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la tierra. El hombre se hace mediante el trabajo, cada vez más dueño de la tierra y confirma su dominio. “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla”

• El trabajo en sentido objetivo: La técnica

La fatiga de las manos y de los músculos es ayudada por máquinas y mecanismos cada vez más perfeccionados pero el sujeto propio del trabajo sigue siendo el hombre.

• El trabajo en sentido subjetivo: el hombre, sujeto del trabajo.

El trabajo en sentido subjetivo, el hombre puede decidir acercar de sí y se realiza a si mismo.

• Una amenaza al justo orden de los valores.

El hombre es considerado como un instrumento de producción pero debe ser tratado como sujeto eficiente y su verdadero artífice y creador.

• Solidaridad de los hombres del trabajo.

Irregularidades que por motivos éticos-sociales pueden ser peligrosas. Llamamiento a la acción común en contra de la degradación del hombre como sujeto de trabajo.

• Trabajo-dignidad de la persona.

Debido a la fatiga el trabajo es un bien del hombre y no mengua su dignidad se no es un trabajo contra el hombre (campos de concentración).

• Trabajo y sociedad: familia, nación

El trabajo es una condición para hacer posible la fundación de una familia y condiciona todo el proceso de educación dentro de la familia

III: CONFLICTO ENTRE TRABAJO Y CAPITAL EN LA PRESENTE FASE HISTÓRICA.

• Dimensión de este conflicto.

Los empresarios guiados por el máximo rendimiento trataba de establecer el precio más bajo para el trabajo realizado por los obreros. Éste es un conflicto ideológico.

• Prioridad del trabajo.

El trabajo es siempre una causa eficiente primaria mientras el capital es sólo un instrumento o la causa instrumental.

• Economismo y materialismo.

El error del economismo si se considera el trabajo humano exclusivamente según finalidad económica. El error del materialismo la convicción de la primacía y de la superioridad de lo que es material.

• Trabajo y propiedad.

El derecho a la propiedad privada como subordinado al derecho al uso común, al destino universal de los bienes.

• Argumento “personalista”

El sistema económico y el proceso de producción redundan en provecho propio y cuando son respetados sus valores.

IV: DERECHOS DE LOS HOMBRES DEL TRABAJO

• En el amplio contexto de los derechos humanos.

El respeto de los derechos del hombre constituyen la condición fundamental para la paz.

• Empresario: “indirecto” y “directo”

Las sociedades multinacionales ponen precios lo más alto posible para sus productos pero lo más bajo posible para la materias primas, lo cual, tiene como resultado una desproporción mayor entre los países pobres y ricos.

• El problema del empleo.

Obligación de prestar subsidio a favor de los parados. Una planificación global por parte del Estado.

• Salario y otras prestaciones sociales.

El problema de la ética social es el de la justa remuneración del trabajo. Revalorización de las funciones maternas. El salario y las prestaciones sociales tienen por finalidad asegurar la vida y salud de los trabajadores y su familia. Derecho al descanso semanal.

• Importancia de los sindicatos.

Se debe siempre desear que gracias a la obra de los sindicatos, el trabajador pueda ser más. La huelga está reconocida por la iglesia pero no se debe abusar de ella.

• Dignidad del trabajo agrícola.

Las condiciones del trabajo agrícola no son iguales en todas partes Hay dificultades como el esfuerzo físico y la escasa estima esto provoca la fuga masiva a la ciudad. Otros se ven obligados a cultivar la tierra de otros.

• La persona minusválida y el trabajo.

Son sujetos plenamente humanos a pesar de sus limitaciones y se debe promover con medidas eficaces el derecho de la persona minusválida a la preparación profesional y al trabajo.

• El trabajo y el problema de la emigración.

El hombre tiene derecho a abandonar su país de origen y a buscar mejores condiciones de vida en otro país. Para el trabajador emigrante deben valer los mismos criterios que sirven para cualquier otro trabajador de esa sociedad.

V: ELEMENTOS PARA UNA ESPIRITUALIDAD DEL TRABAJO.

• Particular cometido de la Iglesia.

La Iglesia ve como un deber suyo la formación de una espiritualidad del trabajo que ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios.

• El trabajo como participación en la obra del creador.

Debe dejarse un espacio interior donde el hombre, convirtiéndose cada vez más en lo que por voluntad divina tiene que ser, se va preparando a aquel descanso que el Señor reserva a sus siervos y amigos.

• Cristo, el hombre del trabajo.

San Pablo dijo: Los que trabajan sosegadamente que coma su pan y el que no quiera trabajar no coma. Cristo no solamente anunciaba, sino que cumplía con el trabajo confiado a él. Él mismo era hombre del trabajo.

• El trabajo humano a la luz de la cruz y resurrección de Cristo.

En el trabajo humano el cristiano descubre una pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de redención, con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros.

I. INTRODUCCION

1. El trabajo humano 90 años después de la "RERUM NOVARUM"

Habiéndose cumplido, el 15 de mayo del año en curso, noventa años desde la publicación -por obra de León XIII, el gran Pontífice de la"cuestión social"- de aquella Encíclica de decisiva importancia, que comienza con las palabras Rerum Novarum, deseo dedicar este documento precisamente al trabajo humano, y más aún deseo dedicarlo al hombre en el vasto contexto de esa realidad que es el trabajo. En efecto, si como he dicho en la Encíclica Redemptor Hominis, publicada al principio de mi servicio en la sede romana de San Pedro, el hombre "es el camino primero y fundamental de la Iglesia", y ello precisamente a causa del insondable misterio de la Redención en Cristo, entonces hay que volver sin cesar a este camino y proseguirlo siempre nuevamente en sus varios aspectos en los que se revela toda la riqueza y a la vez toda la fatiga de la existencia humana sobre la tierra.

El trabajo es uno de estos aspectos, perenne y fundamental, siempre actual y que exige constantemente una renovada atención y un decidido testimonio. Porque surgen siempre nuevos interrogantes y problemas, nacen siempre nuevas esperanzas, pero nacen también temores y amenazas relacionadas con esta dimensión fundamental de la existencia humana, de la que la vida del hombre está hecha cada día, de la que deriva la propia dignidad específica y en la que a la vez está contenida la medida incesante de la fatiga humana, del sufrimiento y también del daño y de la injusticia que invaden profundamente la vida social dentro de cada Nación y a escala internacional. Si bien es verdad que el hombre se nutre con el pan del trabajo de sus manos, es decir, no sólo de ese pan de cada día que mantiene vivo su cuerpo, sino también del pan de la ciencia y del progreso, de la civilización y de la cultura, entonces es también verdad perenne que él se nutre de ese pan con el sudor de su frente; o sea no sólo con el esfuerzo y la fatiga personales, sino también en medio de tantas tensiones, conflictos y crisis que, en relación con la realidad del trabajo, trastocan la vida de cada sociedad y aun de toda la humanidad.

Celebramos el 90 aniversario de la Encíclica Rerum Novarum en vísperas de nuevos adelantos en las condiciones tecnológicas, económicas y políticas que, según muchos expertos, influirán en el mundo del trabajo y de la producción no menos de cuanto lo hizo la revolución industrial del siglo pasado. Son múltiples los factores de alcance general: la introducción generalizada de la automatización en muchos campos de la producción, el aumento del coste de la energía y de las materias básicas; la creciente toma de conciencia de la limitación del patrimonio natural y de su insoportable contaminación; la aparición en la escena política de pueblos que, tras siglos de sumisión, reclaman su legítimo puesto entre las naciones y en las decisiones internacionales. Estas condiciones y exigencias nuevas harán necesaria una reorganización y revisión de las estructuras de la economía actual, así como de la distribución del trabajo. Tales cambios podrán quizás significar por desgracia, para millones de trabajadores especializados, desempleo, al menos temporal, o necesidad de nueva especialización; conllevarán muy probablemente una disminución

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