La Armadura Del Cristiano
guillermomoran17 de Junio de 2014
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La armadura del cristiano
CLASE I
El cinturón de la verdad
Efesios 6:13-17
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
I- ENTENDIENDO LA VERDADERA BATALLA
Cada hijo de Dios vive su vida diariamente en medio de luchas y pruebas, mas también lleno de bendiciones y victoria. El poder llegar a dicho estado rodeado de las mencionadas vicisitudes depende mucho de cuánto se entiende el tipo de batalla a la que estamos expuestos.
Efesios 6:11-12 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
El apóstol Pablo explica a los efesios acerca del verdadero enemigo y la verdadera batalla de cada creyente. También deja en claro quién no es nuestro enemigo. No luchamos contra seres humanos (“sangre y carne”), aunque podemos suponer equivocadamente que el problema son otras personas. Pablo escribió esta carta desde su celda en la cárcel, donde hubiera sido muy fácil considerar a los guardias que lo custodiaban como el enemigo, mas por el contrario, él los veía como personas a quienes Dios amaba y que necesitaban la salvación ¡Cuán diferentes serían nuestras iglesias si recordáramos la enseñanza de Pablo, de que nuestra guerra no es entre nosotros!
Los cristianos batallamos contra un enemigo sobrenatural (Satanás) cuyas fuerzas nos aplastarían si no fuera por la presencia de Dios en nuestra vida. De hecho, Pablo utiliza diferentes términos (principados, potestades, gobernadores, huestes espirituales) para referirse a los innumerables poderes que se nos oponen.
Este enemigo es un verdadero experto en táctica de causar desorden en nuestra vida y trata de devorarnos. Preste atención a algunos de sus nombres, y tendrá una idea de su carácter: acusador, adversario, el diablo, el dragón, el maligno, el dios de este siglo, el padre de mentira, la serpiente, el tentador. Este enemigo no es de los que podemos enfrentar con nuestro propio poder.
Ahora, hay una buena noticia que prevalece: Dios planeó desde el principio vencer al enemigo, y lo hizo por medio de la muerte de Jesús, por tanto podemos vivir en victoria revistiéndonos de toda la armadura de Dios. Como veremos, ponernos esta armadura implica creer y actuar de acuerdo con la Palabra de Dios. Cuando hacemos ambas cosas, estamos equipados y preparados para la guerra espiritual.
II- HACIA UNA GUERRA ESPIRITUAL EFECTIVA.
Es necesario creer y hacer cuando de guerra espiritual se trata, no podemos tan sólo creer en el poder de Dios y la victoria de Cristo sobre el enemigo al morir en la cruz y resucitar con poder al tercer día venciendo la muerte. También tenemos que vivir nuestra vida de acuerdo a ello. Las creencias correctas deben llevar acciones correctas, y por esas acciones correctas derrotamos al enemigo.
En los últimos tres capítulos de Efesios, Pablo describe una vida caracterizada por la unidad de la iglesia, la santidad personal y las relaciones gobernadas por Cristo en nuestro hogar y en nuestro lugar de trabajo. Pablo, básicamente, dice que lo que creemos, debe afectar todas las áreas de nuestra vida. ¿Cómo podemos decir que creemos algo, si eso no cambia nuestra forma de vivir? Lograr cualquiera de estas metas nunca es fácil, porque el enemigo nos ataca y ataca nuestras relaciones. Le encanta que nuestro estilo de vida refleje más a él que a Dios. Se divierte cuando el hogar de cada uno se resquebraja y nuestro trabajo es afectado por malas actitudes y malas decisiones. Satanás se complace, especialmente cuando los miembros de iglesia ven al enemigo en otros creyentes y los atacan. El plan de Dios es que haya unidad entre los creyentes.
Cuando hay peleas y discusiones en una iglesia, nuestro testimonio ante el mundo se debilita gravemente.
La forma de contrarrestar los ataques del enemigo es vivir obedientemente en Cristo, y por eso, lo que hacemos es importante en la guerra espiritual. En este estudio descubriremos que revestirnos de la armadura de Dios tiene que ver con la obediencia. Solo los guerreros obedientes están equipados para ser utilizados en la batalla espiritual.
Hay siete verdades sobre la armadura de Dios que tendremos que recordar en este estudio
1. Debemos vestirnos con toda la armadura de Dios. Estudiaremos cada pieza por separado, pero no olvide que debemos usar toda la armadura.
2. La armadura que usamos es la armadura de Dios (Efesios 6:11). Nunca ganaríamos estas batallas si usáramos nuestra propia armadura.
3. Vestir la armadura de Dios no es algo mágico. Tienen más que ver con las disciplinas espirituales personales que con “orar para que nos caiga” el equipo cada día.
4. No podemos separar el hecho de vestir la armadura de lo que creemos y cómo vivimos. Nuestro sistema de creencias (teología) influye en nuestro comportamiento. Ambos son importantes y van juntos a la hora de librar batallas espirituales.
5. Vestir la armadura tiene que ver con ser equipados y movilizados para librar batallas espirituales. Vestir la armadura no es solo preparación para la batalla; es también parte de la batalla, ya que el enemigo lucha para tratar de impedir que la usemos.
6. El apoyo de otros creyentes nos ayuda a vestir la armadura. Pablo escribió su carta a los “santos y fieles” (Efesios 1:1), y esperaba que ellos libraran juntos la batalla. Si usted hace este estudio solo, pida a un grupo de guerreros de oración que lo apoyen mientras estudia. Si se reúne con un grupo, su apoyo será invaluable.
7. Aprender sobre la armadura de Dios es posible solo cuando leemos la Palabra de Dios. Como aprenderá a lo largo de este estudio, la Palabra de Dios nos enseña sobre cada pieza de la armadura.
III- HALLANDO LA VERDAD EN SU PALABRA
Leer y conocer la Palabra de Dios—la Biblia—nos equipa para ceñirnos este cinto. La clase 6 se dedica mucho más a la Biblia (la “espada del Espíritu), pero esta clase es fundamental para comprender qué es lo verdadero y cómo usar esta primera pieza de la armadura de Dios.
A- La Palabra de Dios es verdad
Satanás es un mentiroso, y no hay verdad en él (Juan 8:44). Él demostró esta forma de comportarse desde el Huerto del Edén, cuando mintió a Adán y Eva sobre la veracidad de la Palabra de Dios (Génesis 3:1-5). Y no ha cambiado. Hasta la actualidad, el enemigo quiere que ignoremos la Palabra de Dios o dudemos de ella. Después de todo, si no es la Palabra de Dios, ¿por qué deberíamos leerla y obedecerla? Veamos el caso de un creyente a quien la verdad de la Palabra le cambió la vida. Timoteo era un joven que llamó la atención del apóstol Pablo cuando viajaba por las ciudades de Derbe y Listra (Hechos 16:1-3). Otros hablaban bien de Timoteo, y Pablo lo quiso como alumno y compañero en el ministerio. Durante los años que siguieron, Pablo fue el mentor del joven Timoteo y finalmente, lo desafió a “cumplir su ministerio” mientras él se enfrentaba a su propia muerte (2 Timoteo 4:1-8). Es poco lo que sabemos sobre la crianza de Timoteo, pero sí sabemos que su madre y su abuela le enseñaron las Sagradas Escrituras (2 Timoteo 1:5, 3:14-17). Las Escrituras cambiaron la vida de Timoteo y lo equiparon para luchar contra el enemigo. Tal es el poder y la verdad de la Palabra de Dios. ¿Alguna vez alguien lo desafió a memorizar pasajes bíblicos? Quizá usted no está acostumbrado a aprender versículos. ¡Aprender la Biblia no es solo para niños! Nunca es demasiado tarde para comenzar este hábito.
Debemos conocer la verdad—la Palabra de Dios—para enfrenarnos al enemigo que miente, para ello:
Estudie la Palabra sistemáticamente. Dios inspiró toda la Biblia, y espera que la leamos en su totalidad. La forma en que lo hagamos puede variar, pero debemos tener un plan que nos guíe por toda la Biblia. Veremos algunas sugerencias de planes de lectura cuando veamos la espada del Espíritu en la semana 6.
Aprenda a interpretar la Palabra adecuadamente. Leer la Biblia es solo un paso para usar la Palabra de Dios para vencer al enemigo. También debemos comprender la Palabra adecuadamente antes de aplicar sus enseñanzas a nuestra vida.
IV- ¿QUIÉN ES LA VERDAD?
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Yo soy la verdad”? Un escritor nos ayuda a comprenderlo expresándolo de esta forma: “Jesús es la encarnación misma de la verdad. Él es la verdad en persona”. Sus palabras, sus actos y sus pensamientos siempre son correctos. En Él no hay falsedad ni engaño. Como aquel que es verdad y vida, Jesús es el único camino al Padre. Varias veces, Jesús se refirió a los líderes religiosos de su época como “hipócritas”. Estos líderes tenían una buena apariencia externa: Daban para los pobres, oraban en las sinagogas, ayunaban siguiendo sus costumbres, daban el diezmo de sus ingresos y seguían tradiciones de limpieza ritual. Pero, lamentablemente para ellos, Jesús podía ver lo que eran por dentro. Ellos honraban a
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