La Felicidad De Dar

La felicidad de dar

Una vez, el apóstol Pablo recordó estas palabras del Señor Jesús: <<Hay más felicidad en dar que en recibir>> (Hechos 20,35). Mejor no podrían venir estas palabras en Cuaresma, tiempo en que se nos invita a la práctica de la generosidad, es decir, a dar sin esperar nada a cambio.

Estamos en una época que nos mueve a vivir para sí mismo, eso que llamamos egoísmo. El egoísta sólo piensa en su propio beneficio, le cuesta compartir, y cuando da espera siempre algo a cambio. Una persona así nunca tiene suficiente, vive insegura, no confía en nadie y por eso busca poseer muchas cosas. Esta actitud lo aparta de los demás, a quienes ve sólo con interés; también lo aleja de Dios, en quien ya no confía, pues ha puesto su confianza sólo en sus riquezas.

Un ejemplo de generosidad lo tenemos en aquella viuda pobre que una vez en el templo dio dos monedas de muy poco valor, pero era todo lo que tenía para vivir; en cambio, la gente rica daba en abundancia, pero daban de lo que les sobraba. El gesto de la viuda llamó poderosamente la atención de Jesús y la puso como ejemplo a sus discípulos (cf Marcos 12,41-44). Puede resultar fácil dar cuando se tiene de sobra, pero dar aún cuando no se tiene, demuestra grandeza y riqueza de corazón.

Quienes se quejan que nunca tienen suficiente para dar no pueden justificarse, pues la generosidad no depende del tener mucho, sino de la actitud, que es un valor de la persona que se siente naturalmente llamada a compartir, y que al hacerlo se siente feliz y en paz. Esto nos recuerda el dicho: <<Nadie es tan pobre que no tenga algo que dar, ni nadie es tan rico que no tenga algo que recibir>>.

En esta cuaresma ¿qué puedes dar? ¿oraciones, tiempo, atención, colaboración, ayuda, bienes materiales?

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