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La Parabola Del Hijo Proddigo


Enviado por   •  25 de Abril de 2014  •  1.737 Palabras (7 Páginas)  •  422 Visitas

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La Parábola del hijo pródigo

• (Se comienza con una breve introducción de lo que es la parábola; es decir, en qué contexto Jesús compartió la parábola y con qué fin)

• Un día, Jesús, ante las murmuraciones de los escribas y fariseos, que criticaban su trato con “publicanos y pecadores”, contó una parábola, una de esas historias inventadas, de las que se valía para explicar, por comparación, una verdad importante o una enseñanza moral.

Pocos textos nos ayudarán tanto a entender la Penitencia como esta “Parábola del hijo pródigo”. Es como un resumen perfecto de la doctrina del Señor. Es como un evangelio en miniatura, donde encontramos una síntesis del mensaje que Jesucristo quiere transmitirnos a todos los hombres: que el pecado es lo peor que nos puede ocurrir, que hemos de tener la valentía de reconocerlo y arrepentirnos, que Dios es un padre bueno siempre dispuesto a perdonarnos.

• ( Se da inicio al socio drama, el cual va a presentar la parábola del hijo prodigo de forma explícita, pero llevada a la actualidad, para que los chicos sean capaces de relacionar su día a día con dicha parábola y no creen excusas vanas para no poder vivir la palabra actualmente)

El hijo pródigo (Lc 15, 11- 32)(Esta es la parábola extraída de la biblia, este se supone que es el texto del socio drama; sin embargo se va a reemplazar por otro)

Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo disolutamente.

Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros." Y, levantándose, partió hacia su padre.

Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.

Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!" Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

• (Una pequeña reflexión después del socio drama para que interioricen lo presentado)

Podemos imaginar con todo su dramatismo, la dolorosa partida de este hijo que no está dispuesto a razonar. Aquel Padre vería alejarse por el camino, con los ojos nublados por las lágrimas, a su querido hijo. Quizá hasta el último momento le gritó suplicante: ¡No lo hagas!... ¡Vuelve! Dice SAN AGUSTÍN en Las Confesiones “¡Tarde te amé, hermosura soberana, tarde te amé! (…) me lanzaba sobre estas cosas hermosas que Tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me retenían lejos de Ti aquellas cosas que sin Ti no existirían. Me llamaste y clamaste…”

• Puntos de reflexión para los chicos:

El proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en esta parábola, cuyo centro es "el Padre misericordioso":

1. la fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna;

2. la miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna;

3. la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos;

4. la reflexión sobre los bienes perdidos;

5. el arrepentimiento y

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