La cena del Señor

Introducción

La cena del Señor fue establecido por él durante la comida pascual. En el Antiguo Pacto, Dios había dejado establecido que la liberación de Egipto—el éxodo—sería celebrada con una comida que era expuesta muy detalladamente.

La comida, y consiguientemente la bebida, es algo que forma parte de los planes de Dios para la vida. No sabemos por qué él ha dispuesto que sea así, pues no podemos pasarnos sin ello, aun cuando a veces nos resulte molesto y hasta problemático.

Puso al hombre en el Edén, indicándole que podía comer de todos los frutos, y sus hijos se dedicaron a producir comida, tanto vegetal como animal. Demostró el cuidado de su pueblo enviando el maná del cielo. En los últimos capítulos de Job se demuestra el poder de Dios explicando cómo él manda comida a distintos animales.

1. Era parte de la comida pascual

Aquella era una comida especial. Contenía todo el símbolo de la libertad total que Dios nos da del pecado y sus consecuencias. EL cordero sacrificado representaba la acción arrepentida del hombre y el perdón de Dios. Para los apóstoles era claro lo que significaba que aquel pan era algo así como una herencia del cordero pascual y aquel fruto de la vid continuaba el simbolismo del agua que se derramaba. El mensaje de la vida, que es traída por la alimentación, lograda a través de la muerte de quien naturalmente debía seguir con vida, hablada de Cristo desde la antigüedad, aun cuando no lo superan quienes lo celebraban.

2. La vida en el mundo es ejemplo de ayuno.

a) Por lo contrario, el mundo no puede darnos alimento. Jesús dijo a la samaritana que quien bebiera del agua del pozo volvería a tener sed, pero que no sería así con quien bebiera del agua que él nos da (Jn. 4: 13)

b) Muchos cristianos acostumbran ayunar. Los ejemplos bíblicos de ayuno nos describen a personas que se sentían sumidas en los problemas de este mundo y que así clamaban a Dios. Los hombres han ayunado por estar en angustia, por sentir el pecado del pueblo, por necesitar la ayuda del Creador. Ayunamos porque estamos en el mundo.

3. Con Cristo tenemos comida

a) Jesús mismo dijo que él se nuestro alimento, que su carne es nuestra comida, nuestro pan (Jn. 6: 51) Nuestra alma se alimenta de él y esta satisfecha. Teniendo a Cristo, no hay hambre.

b) Si hay cristianos débiles, es porque buscan su alimentación en donde no hay nutrición. Así como con lo espiritual nos satisfacemos nuestras necesidades físicas, con las cosas que nos ofrece este mundo, nuestro corazón no recibe alimento.

c) La vida actual del creyente, la que celebra frente a la mesa del Señor, es la de quien ha descubierto dónde está el pan, en medio de un mudo famélico.

4. La

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