Leyendas Urbana
JDUMONT72 de Diciembre de 2013
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María Morillo y Eufracia Colina: María de la Paz Morillo y Eufracia Colina han sido las parteras más destacadas de la zona. Ayudaban a las mujeres a dar a luz en la década de los años cuarenta, época en que eran inaccesibles o escaseaban los centros clínicos. Procedían de una manera muy aseada pues calentaba el agua con que limpiaban los paños y las tijeras para cortar el ombligo umbilical, además de ofrecerles bebidas naturales, como té de hierbas, a las madres para aligerar el proceso. Aunque ya han muerto, en el caserío La Señora aún se les recuerda con cariño.
Leyendas de espíritus, espantos y duendes: En el caserío La Señora se cuenta que los espíritus o cerentones son muy comunes. Se trata de almas en pena que molestan de mil maneras a los habitantes de este caserío en sus propias casas, impidiéndole comer, dormir o trabajar. Una familia personalmente afectada se mudó de casa porque cuentan que un espíritu estaba enamorado de su hija y la molestaba con frecuencia. Esta comunidad cree ciegamente en estos espíritus y les teme. Otras leyendas versan sobre espantos, siendo las más comunes la del jinete sin cabeza y un duende. Se comenta que han visto y escuchado un caballo que galopa desde el puente Madera hasta Ojo de Agua, donde aparece una luz que se pierde en el camino, y se escuchan ruidos que aseguran son los duendes. La frecuencia con que se manifiestan estos hechos ha atemorizado a la población.
Aparición de la Virgen Rosa Mística: Se cuenta que en varias oportunidades la Rosa Mística se le ha aparecido a Inés Oria. La primera vez ocurrió el 16 de octubre de 1999, cuando buscaba unas flores en su jardín; sintió la presencia de alguien caminando detrás de ella, volteó y notó que era la Virgen, y en ese momento pensó que alguien conocido iba a morir. La segunda aparición ocurrió al día siguiente, cuando estaba sentada en una mesa y advirtió que había mucha escarcha en ella. Dicen que inmediatamente llamó al padre de la parroquia para que rezara porque Inés estaba muy nerviosa. El 14 de mayo de 2000, ella estaba acostada en un chinchorro y nuevamente notó la presencia de la Virgen, quien tocó sus cabellos y le dijo: El padre no tiene nada, él está en la sala de sanación, e Inés contestó ¡Gracias a Dios!, y al rato una paloma blanca entró a su casa. Días antes, el padre de la parroquia había estado mal de salud, le habían operado y se estaba recuperando. Inés Orian vio a la Virgen vestida de blanco y piensa que aquélla le avisó que el padre se estaba recuperando.
Leyendas del caserío Las Delicias: Los habitantes de Las Delicias han presenciado una serie de eventos paranormales a los que no les encuentran explicación. Uno de ellos sucede en la vía La Represa, donde aseguran aparece una gallina con pollitos pero desaparecen rápidamente. También dicen ver, de vez en cuando, un perro negro gigante y peligroso sin dueño que deambula sin rumbo. Aseguran haber visto a La Llorona, que aparece en ciertas épocas del año; y finalmente refieren de una mujer que pide aventones, habla y enamora a los conductores; siempre se baja en un lugar específico y desaparecer sin dejar rastros.
Ritos para evitar la lluvia: Se cuenta en Buchivacoa que la familia Gómez Pirela inició una práctica para evitar que lloviera en el pueblo que consiste en quemar una palma o pan rallado sobre un plato, y esparcirlo en el patio principal de la casa. Con los años, esta tradición se ha vuelto conocida por los habitantes, y muchos las practican.
Casa de la Humildad, leyenda: Se trata de una leyenda que versa sobre la aparición de un hombre con uniforme de color caqui que camina por las instalaciones de esta casa, que se cree es el alma en pena del general Deogracia Gutiérrez, personaje de este comunidad. Una de las personas que habitó en esta casa, Inés Reyes, vio el espectro en varias ocasiones; Samuel Gutiérrez también asegura que esa misma alma se arrimó junto a su nieta en una cama. Esta leyenda aún es creíble, y se especula que el ánima del general camina en los alrededores de la que fue su casa hace más de cien años, cuyo legítimo dueño es actualmente Guillermo Reyes.
Cómo atrapar brujas: Es una creencia de la localidad que cuando se escucha un aleteo sobre el techo de una casa alguien grite dentro: “Sábado, día de la Virgen, ven mañana por sal”. De esta manera al siguiente día vendrá una persona pidiendo sal en préstamo y quedará en evidencia quién es la bruja.
Creencias sobre el embarazo, parto y nacimiento: Estas creencias han sido transmitidas oralmente, se han propagado en Paraguaná y forman parte de las tradiciones aún arraigadas en la región: -Para aligerar los dolores de parto se colocan en las muelas posteriores huesos de espinazo del pez temblador. Una vez que la mujer paría debía permanecer cuarenta días comiendo gallina y sin bañarse. -Para bajar la leche de una recién parida se le da a beber avena en abundancia o se le pega un perrito recién nacido. -Si el niño nace con unas manchas rojas (angiomas planos) se dice que le dio la luna a la madre embarazada. -A los niños que nacen enmantillaos (envueltos en hollejo) se les debe regalar una llavecita como dije, se guarda la mantilla y da suerte. Quien así nazca podrá en el futuro ver a los difuntos. -Cuando no se satisfacen los antojos de la mujer embarazada el muchacho sale boquiabierto y se le debe pagar lo no comido por la boca del niño.
Cuento de la sombra de la casa del anciano: Se cuenta que a las tres de la tarde se sienten pasos y se observa una sombra que se desplaza desde el zaguán al baño que está al final del corredor. Algunos ancianos creen que en la casa hubo un entierro y que el aparecido sólo quiere comunicárselo a alguien. También cuentan que al aparecer el fantasma las cortinas se mueven ligeramente y en ocasiones se oyen batir las ventanas.
Costumbres y creencias: Hay una serie de conductas arraigadas en el paraguanero desde su crianza, entre ellas se destacan las siguientes: -Entrar a un local comercial y encontrar las sillas volteadas sobre la mesa es señal de mal augurio. -Al chivo se le cortan los testículos para engordarlo y venderlo a mejor precio. -Cuando llega una visita lo primero que se le ofrece es cache o lo que es igual, café clarito. -Para ir al pueblo o para Punto Fijo las mujeres mayores se amarran un pañuelo en la cabeza y los hombres se ponen sus sombreros, últimamente sustituidos por las gorras de béisbol. Las más jóvenes y solteras lucen sus mejores ropas en las fiestas del pueblo.
La Llorona: Esta leyenda popular está difundida en todo el país, con diversas variantes. En El Vínculo, donde está muy arraigada, cuentan que se trata de una madre que vaga continuamente como ánima sola en tiempos de cuaresma, llorando a su niño muerto.
El Ánima de Agapito: Esta leyenda cuenta que en los comienzos del siglo XX existían muchas ánimas merodeando en los Caminos Reales de Paraguaná, y por ello las personas que caminaban por ahí llevaban piedras para tirarlas en el lugar donde aparecían las ánimas. Hoy en día es posible ver los montoncitos de piedras al borde de los viejos caminos. Una de esas ánimas es la de Agapito. Se dice que Agapito murió de hambre sobre una pequeña mata de olivo, donde posteriormente se le erigió un modesto altar. Se sabe que algunas personas le hacen promesas y que es muy cumplidor.
El Muerto de Las Cabezonas: Esta leyenda popular refiere a un muerto que se aparece continuamente por las cercanías del hato de San Francisco, en el sitio denominado Las Cabezonas.
El Rezo de la Culebrilla: Este es un ritual con arraigo en la parroquia de El Vínculo. Para curar la culebrilla (una erupción en forma de culebra) se hace un rezo empleando la oración del Padre Nuestro al revés, según el testimonio de la señora Marbella Goitía, vecina del lugar. Si se une el rabo con la cabeza de la culebrilla, la persona que la padece muere.
El Espanto de Philadelphia: El espanto de Philadelphia está relacionado con un incendio ocurrido en el año 1954, en el que fallecieron cinco personas, entre ellos cuatros niños: tres hermanos, un primo y una señora que estaban embarazada. Personas que habitaron la casa cuentan que los niños se ven jugando en una habitación.
El Paso del Diablo: El Paso del Diablo es un tramo cubierto de cujíes que, según los habitantes, presentan formas de rostros y figuras humanas malditas. De noche se han visto extrañas luces en esta zona solitaria. Los habitantes aseguran que los caminantes se sienten sobrecogidos por algo que los observa cuando transitan por este lugar.
Entierros: No hay casa vieja de gente pudiente en Paraguaná donde no exista un entierro. Un entierro es una creencia regional que consiste en pensar que hay un tesoro enterrado: morocotas, antiguas monedas de oro. Se cree que hay un entierro cuando aparece una luz azul, que es señal de protección y resguardo del tesoro, la cual sólo ve la persona vidente. Si sacan el entierro se debe hacer una misa al difunto.
Fantasmas de Sanqüiche: Las leyendas de los fantasmas de Sanqüiche tienen siglos de historia. Una de ellas es la gallina con muchos pollos. Los paraguaneros nunca han podido contarlos porque crecen en número a medida que se camina junto a ellos. Según la leyenda los pollitos y la gallina son de tamaño natural, pero en un momento determinado se levantan tanto del suelo que llegan a tapar el cerro Santa Ana y a meterse entre las nubes. Otra creencia es la de Paula Santa, mujer muy atractiva que vivió en la colina Arajó. La leyenda cuenta que al morir ordenó a sus vasallos
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