PADRE LUIS MANUEL GUZMÁN GUERRERO MSPS

“Para mi recordar, lo que fue mi camino cuando era chavo como ustedes, es muy bello, por que sentí tantas veces la caricia de Dios”

P. Luis Manuel Guzmán Guerrero M. Sp. S

Luis Manuel nació el 10 de diciembre de 1911 en la Villa de Charo, Michoacán. Fue bautizado un día después por el P. Leopoldo Lara.

Su primera comunión la hizo el día 21 de junio de 1918 en la iglesia del Señor de la Columna.

A los 10 años conoció al S. de D. P. Félix de Jesús Rougier, fundador de los Misioneros del Espíritu Santo.

En la congregación siempre se distinguió como un excelente estudiante, de inteligencia brillante. Dios lo enriqueció con el don de la palabra. Hizo sus votos religiosos el 14 de septiembre de 1928, a los 14 años y 9 meses. Fue ordenado sacerdote en Roma, el 20 de abril de 1935.

Tiempo más tarde, en diciembre de 1962 se traslada a Guadalajara, ciudad en donde comienza a reunir jóvenes, quienes luego de conocerlo, de ser escuchados por él y de escucharlo comenzaron a invitar a sus compañeros de trabajo y de escuela, para ir a las pláticas del P. Luis Manuel. De esta manera fundó el CEC (Círculo del Espíritu Santo y de la Cruz), oficialmente la solemnidad de Pentecostés en 1963 es reconocida como la fecha de fundación del movimiento, el cual llegó a tener hasta 600 integrantes aproximadamente.

En 1978 celebró sus 50 años de vida religiosa en el Vivac Nacional y desafortunadamente el P. Luis Manuel muere el día 16 de noviembre de 1979.

Esta es un breve resumen de la maravillosa vida del P. Luis Manuel, de aquel hombre que estaba profundamente enamorado de Dios y de la vida y que dedicó gran parte de la suya a la juventud, que hizo de ella por medio del CEC una juventud en estrecha relación con Dios Padre, con Cristo, con María y con el Espíritu Santo, entregada y dispuesta a dar todo por conseguir su IDEAL, y así poder construir una IGLESIA DE AMOR. Él nos enseñó que “DIOS ES A TODO DAR” y que caminando tomados de su mano todo estará bien.

“¡¡Muchachos, no nacieron para la mediocridad!!, ¡¡Nacieron para conquistar las cumbres!!, ¡¡Y te encontraras al que te señala el infierno, el pecado, la porquería, la vileza y la traición!!, ¡¡No claves tus ojos en la tierra!!, ¡¡No naciste para eso!!. Tú también contempla la cumbre serena, tú naciste para conquistar la altura y siempre con el fuego del ideal, prendido en lo más íntimo de tú corazón, siempre grita y repite a ti mismo, para eso nací:

¡¡Excélsior siempre más alto, siempre más arriba!!”

P. Luis Manuel Guzmán

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