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POESÍA CORAL FEMENIL


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  597 Palabras (3 Páginas)  •  745 Visitas

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POESÍA CORAL FEMENIL

Oíd, pues, oh mujeres, palabras de Jehová y vuestro oído reciba la palabra de su boca.

Así mismo dice Jehová; por cuanto las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan con cuellos erguidos y con ojos desvergonzados; cuando anda van danzando, y hacen son con los pies;

Por tanto, el señor raerá la cabeza de los hijos de Sión, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.

Aquel día quitara el señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes.

Los anillos, y los joyales de las narices, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.

Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuando en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura.

Sus puertas se entristecerán, y ella desamparada, se sentará en tierra.

¡Oh generación! Atended vosotros a la palabra de Jehová.

¿Se olvida la virgen de su atavío o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerable días.

¿Por qué adornas tu camino para buscar amor?

Aun a las malvadas enseñaste tus caminos.

Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los inocentes.

Venid luego dice Jehová y estemos a cuenta, si vuestros pecados fueran como la grana como la nieve serán emblanquecidos si fueren rojos como el carmesí vendrán a ser como blanca lana.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;

Así mismos vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.

Considerando vuestra conducta casta y respetuosa.

Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios.

Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso ni oro, ni perla, ni vestidos costosos.

Sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

Porque así también se atavían en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios.

¿O ignoráis que vuestro cuerpo

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