Presentación

Este concepto es tan común, pero al mismo tiempo tan confuso, tan “borroso”, si se podría llamar de esta manera; porque por alguna razón no hemos podido definirlo o entenderlo por completo. Como mencioné anteriormente toda mi vida he estado en la iglesia y en el Cristianismo. Por lo tanto, si me preguntaran: ¿Qué es lo que creemos acerca de la presencia de Dios? Yo diría que creemos que la presencia de Dios es algo a lo que “accedemos”, algún lugar a donde vamos o algo de lo que nos llenamos. Y en algunos casos creemos que tenemos que hacer cosas “buenas” para poder entrar a la presencia de Dios; y créanme esto no funciona. Yo lo traté de hacer por años y termine siendo miserable y haciendo dos cosas: fingiendo que “sentía” la presencia de Dios o dándome por vencido porque tenía tanta condenación, culpa y vergüenza que pensaba que no era digno de “estar” en la presencia. En otras palabras esta creencia dice: Estas afuera de la presencia de Dios, haz algo para que puedas estar en la presencia de Dios. Y no sé, por lo menos para mí esto no se alinea con lo que creemos acerca de Dios—un Padre perfecto y amoroso que quiere tener relación con nosotros. De alguna forma sigue dejando la capacidad, la posibilidad de estar con Él en nuestras acciones, en lo que podamos hacer por Él. Pero sabemos—espero—que somos hijos de Dios y que nos ama por lo que somos y no por lo que hacemos, y que tenemos acceso a nuestro Padre por su infinito e incondicional amor.

El otro lado de la moneda nos dice: la presencia de Dios es algo que “viene” o que “desciende” de alguna parte, ojala que sea del cielo…Y la mayoría de las veces que “desciende” es porque estamos en la adoración o en la iglesia. “Porque hermano, es tan difícil que la presencia venga cuando estoy solo”. Creemos que la presencia es algo y no alguien. Si no me crees, simplemente escucha nuestras alabanzas y adoraciones, la mayoría tienen este concepto de la presencia de Dios. Piensa lo que decimos constantemente en la iglesia o en ambientes cristianos, cosas como: “Dios quiero más de tu presencia”, “Dios llena este lugar de tu presencia”, “Quiero más de ti Dios”, “Vamos a invitar a la presencia de Dios en este lugar”, “Necesito más de tu presencia”, “Me tengo que meter a Su presencia”. Sí, lo sé, probablemente olvidé muchas más. También quiero que pienses en la forma que habitualmente oramos y de la mentalidad que tenemos cuando lo hacemos. Generalmente oramos como hacia afuera ¿no es cierto? Como que pensamos que nuestras oraciones tienen que ir a algún lugar, que tenemos que orar fuerte para que Dios nos escuche o que Él está en algún lugar lejano. Y no nos damos cuenta que nuestras oraciones no están basadas en lo que decimos con la boca, sino lo que decimos con nuestro corazón, en nuestro deseo de conocerle. Donde está tu tesoro ahí estará tu corazón. Pero esto es otro

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