Q Sabemos De La Vida

Este capítulo habla de la maestra de la escuela, la señorita Berenice quien fue una presencia materna en la vida de Carmen Rosa. Las niñas de la escuela sentían envidia y la molestaban con que ella era la favorita de la maestra, pero ella no les prestaba atención porque eso no era cierto, aunque la señorita Berenice, soltera y sin hijos, en el fondo habría querido siempre una hija como Carmen Rosa.

Don Casimiro Villena era el padre de Carmen Rosa, un hombre muy activo y que siempre tenía algo que hacer, siempre tan ocupado poco tiempo le quedaba para compartir con su hija. Don Casimiro tenía una hacienda y un hato, y además “la espuela de plata” que era el nombre de Casimiro tenía una hacienda y un hato, y además “la espuela de plata” que era el nombre de la bodega que ocupaba una parte de la casa de Carmen Rosa. Don Casimiro siempre encontraba algo que hacer y le encantaba tal vez estar siempre ocupado, pero un día, uno de esos en los que las enfermedades y pestes empezaban a aparecer en Ortiz, él cayó enfermo, y quedo con un daño cerebral irreparable después de una altísima fiebre que sufrió una noche. Carmen Rosa lo veía como un cuerpo vivo pero sin vida, pues había perdido el habla y muchas de sus facultades mentales, doña carmelita lo vestía y le daba de comer, su padre claramente nunca volvió a ser el mismo después de aquella enfermedad.

La señorita Berenice es quizá la persona más importante en la infancia de Carmen Rosa, quien siempre se sentía muy orgullosa de educarla, pues Carmen Rosa, tal vez por su gran curiosidad era la niña más sobresaliente de la clase.

Se cuenta también de una importante prueba que se aplicó a los niños y niñas de Ortiz para crear un quinto grado de educación básica en el pueblo. Pero debido a todas las desgracias que habían caído sobre el pueblo, era casi seguro que aquellos jóvenes no pasarían dicha prueba, como de hecho lo fue, excepto por una sola niña; Carmen Rosa. Lo cual fue motivo de gran orgullo para la señorita Berenice, y de gran emoción para Carmen Rosa, pero también de tristeza, pues al aprobar solo una Berenice, y de gran emoción para Carmen Rosa, pero también de tristeza, pues al aprobar solo una niña, de igual manera no podía existir en Ortiz un quinto grado.

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