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QUIEN ES JESUS


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  2.980 Palabras (12 Páginas)  •  257 Visitas

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QUIEN ES JESUS

0. INTRODUCCION

Aproximarnos a una comprensión del humanismo cristiano, implica necesariamente abordar la figura que lo fundamenta: la persona y el mensaje de Jesús de Nazareth. A continuación se intentará presentar, de manera muy general, algunos aspectos sobre el mensaje y la vida de Jesús, que fundamentan la perspectiva del humanismo cristiano y la posterior construcción del “corpus doctrinal” sobre la comprensión del ser humano y el modelo de construcción de sociedad que emana desde una perspectiva cristiana.

Cabe anotar que lo anterior no significa, en absoluto, desconocer otras perspectivas y comprensiones sobre el ser humano y la sociedad que son también valiosas y aportan a la construcción de los mismos.

1. Y USTEDES, ¿QUIEN DICEN QUE SOY YO?

Esta pregunta, referida en el evangelio de marcos (Cfr. Mc. 8,29) refleja lo inquietante e incomprensible que podía resultar la persona de Jesús: su actuar, su mensaje a sus contemporáneos.

En Israel, pueblo en el cual nació, existían muchas expectativas de tipo social, político, religioso sobre la venida de un Mesías, un profeta que liberaría al pueblo de la dominación romana y restablecería el reinado de Israel, del pueblo judío, como pueblo de la alianza, como pueblo elegido por Dios para realizar un proyecto de sociedad.

A este propósito, Gerard Rosé (exégeta francés) refiere:

¿Quién era Jesús para los discípulos que lo siguieron durante su ministerio público?

Ciertamente el encuentro con Él fue una experiencia fortísima y nueva, que cambió su vida. Ellos pudieron experimentar, en su palabra, en su comportamiento y en su llamada, la cercanía de Dios.

La aparición de Jesús, en efecto, no podía dejar de despertar una fuerte impresión en todos aquellos que entraban en contacto con Él; su presencia suscitaba una toma de posición más o menos favorable, pero no dejaba indiferente a nadie.

Es significativa la opinión que refieren los evangelios: “¿Quién dicen los hombres que soy yo? Ellos (los discípulos) le dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que uno de los profetas” (Mc 8,28)… Pero Jesús incita a sus discípulos a una respuesta más comprometida: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro le contestó: ‘Tú eres el Cristo’” (Mc. 8, 29)… El Cristo, es decir, el Mesías, es aquel que colma las esperanzas de Israel, que lleva a cumplimiento las promesas de Yahvé (Dios) en favor del pueblo elegido.

Cuando el autor del evangelio de Marcos pone a Pedro a decirle a Jesús: “Tú eres el Cristo”, esta palabra tiene un contenido totalmente diverso del que comúnmente se entendía

Jesús, en efecto, ha llenado la esperanza mesiánica de un contenido nuevo, inesperado en su modo de ofrecer la cercanía de Dios, de liberar del mal, en su comportamiento con los marginados, en haber integrado en este título (el Cristo, ndr.) el propio sufrimiento y muerte.

Jesús, por consiguiente, para no ser totalmente mal entendido, no podía hacer declaraciones sobre sí mismo. Es necesario, que antes el hombre esté en disposición de comprender lo que Jesús intenta decir. Jesús entonces, por su propio comportamiento, provoca al oyente a reflexionar, a interrogarse sobre su identidad; suscita de tal manera el diálogo que pueda llegar a un verdadero encuentro con Él…No era suficiente, en realidad, que Jesús explicase racionalmente a sus discípulos quién era Él. Era necesario, por respeto a la libertad humana y para que la comprensión fuera vital, que el hombre mismo recorriese el camino del acercamiento a la persona de Cristo, empujado por la fe.

En la perspectiva del humanismo cristiano, es decir, en la comprensión del ser humano y en el compromiso de construir un modelo de sociedad para tal ser humano, es ineludible la pregunta planteada. Muchos de los desenfoques, de las incoherencias que encontramos hoy en nuestra sociedad colombiana, que se dice cristiana, radican en la incapacidad de hacernos dicha pregunta y responder con honestidad a ella para vivir en coherencia con lo que esto implica.

A propósito de tal pregunta y respuesta, del diálogo que se puede instaurar, Juan Pablo II, decía a los jóvenes congregados en Roma en el año 2000 para la jornada mundial de la juventud :

¿Cuál es el significado de este diálogo?

Jesús quiere que los discípulos se den cuenta de lo que está escondido en sus mentes y en sus corazones y que expresen su convicción... Aquí tenemos lo que es la fe. Es la respuesta a la palabra del Dios vivo por parte del hombre racional y libre… Cada uno de vosotros puede analizar sus propias dificultades para creer e incluso sentir la tentación de la incredulidad…Todo ser humano en su interior… se plantea las preguntas fundamentales: ¿Es verdad que Dios existe? ¿Es verdad que el mundo ha sido creado por Él? ¿Es verdad que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, ha muerto y ha resucitado?...

Queridos amigos, también hoy creer en Jesús, seguir a Jesús conlleva una opción por Él y, no pocas veces, es como un nuevo martirio: el martirio de quien, hoy como ayer, es llamado a ir contra corriente para seguirle. Quizás a vosotros no se os pedirá la sangre, pero sí ciertamente la fidelidad a Cristo. Una fidelidad que se ha de vivir en las situaciones de cada día. Estoy pensando en los novios y su dificultad de vivir, en el mundo de hoy, la pureza antes del matrimonio. Pienso también en los matrimonios jóvenes y en las pruebas a las que se expone su compromiso de mutua fidelidad. Pienso, asimismo, en las relaciones entre amigos y en la tentación de deslealtad que puede darse entre ellos... Me refiero igualmente al que quiere vivir unas relaciones de solidaridad y de amor en un mundo donde únicamente parece valer la lógica del provecho y del interés personal o de grupo.

Así mismo, pienso en el que trabaja por la paz y ve nacer y estallar nuevos focos de guerra en diversas partes del mundo; también en quien actúa en favor de la libertad del hombre y lo ve aún esclavo de sí mismo y de los demás; pienso en el que lucha por el amor y el respeto a la vida humana y ha de asistir frecuentemente a atentados contra la misma y contra el respeto que se le debe.

Queridos jóvenes, ¿es difícil creer en un mundo así?... Sí, es difícil. No hay que ocultarlo. Es difícil, pero con la ayuda de la gracia es posible… Esta

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