¿Quién es salvo?

¿Quién es salvo?

El hecho de saber quién es Dios o decirse a sí mismos que somos cristianos, católicos, evangélicos, testigos de Jehová no nos garantiza que somos hijos de Dios.

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.

Romanos 10:9

Pero si lo reconocemos como nuestro Señor y Salvador, él nos acepta como sus hijos .Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado, y es por eso que cuando lo aceptamos, también estamos reconociendo nuestra condición pecadora y el hecho de que somos débiles y que por todo eso Jesús vino a morir, para que todo aquel que en él crea tenga vida eterna junto con él (Juan 3:16).

Un abogado se caracteriza por defender los derechos de su cliente, un músico de se encarga de perfeccionar su técnica, un cristiano debe caracterizarse por seguir los pasos de Cristo: enseñarles a otros acerca de Dios, mostrar un amor genuino hacia Dios y hacia el prójimo. Ser cristiano implica que uno se ha dado cuenta, por la gracia de Dios (Efesios 2:8-9), que su vida no tiene valor y que necesita de Cristo, que todo en este mundo es pasajero pues todo se acabará (2 Corintios 4:18) pero Dios es eterno.

El seguir a Cristo no es por conveniencia sino por amor porque los pecados que cometemos son tan graves que para poder librarnos del castigo eterno que merecemos Cristo tuvo que dar su vida en una cruz. Además amamos a Cristo porque él nos amó primero (1 Juan 4:19) y fue él sobre quien cayó la ira de Dios (Romanos 5:8-9).

No todos son hijos de Dios sino solo los que creen en él y los que lo confiesan. No basta solo con decir que creemos en él sino que también debemos de vivir por él y para él.

Cristo vendrá, lo crean o no.

Cristo vendrá, lo acepten o no.

Cristo juzgará a quienes lo aceptaron y a quienes no ; así que aunque lo hayamos aceptado ,cada día debemos de caminar hacia él ,debemos de darle la importancia que tiene y entender que él es el principio y el fin y que fuera de él no importa nada ,y eso implica negarnos a nosotros mismos (Lucas 9:23).Existen muchas cosas que podemos disfrutar pero que Dios aborrece y por amor a él y con el conocimiento de que él es Padre de justicia y que sabe lo que realmente es bueno para nosotros, sus hijos ,y por eso abandonamos cosas que nos alejan de él.

“Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira”.

 Salmos 40:4

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