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¿Qué Dice La Biblia Acerca Del Orgullo?


Enviado por   •  22 de Octubre de 2011  •  2.776 Palabras (12 Páginas)  •  1.610 Visitas

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Respuesta: Existe una diferencia entre la clase de orgullo que Dios odia (Proverbios 8:13) y la clase de orgullo que sentimos acerca de un trabajo bien realizado. La clase de orgullo que procede de la auto-justificación es pecado y Dios la aborrece porque es un obstáculo para buscarle a Él.

El Salmo 10:4 explica que los orgullosos están tan llenos de sí mismos que sus pensamientos están lejos de Dios “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.” Esta clase de orgullo altanero, es lo opuesto al espíritu de humildad que Dios busca: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5:3). Los “pobres de espíritu” son aquellos que reconocen su total bancarrota espiritual y su inhabilidad para venir a Dios aparte de Su divina gracia. Los orgullosos, por otra parte, están tan cegados por su soberbia, que piensan que no tienen necesidad de Dios o aún peor, que Dios debe aceptarlos como son, porque ellos merecen ser aceptados.

A través de toda la Escritura, se nos habla acerca de las consecuencias del orgullo. Proverbios 16:18-19 nos dice que, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios.” Satanás fue echado del cielo por su orgullo (Isaías 14:12-15). Él tuvo la egoísta audacia de intentar reemplazar a Dios Mismo como el legítimo gobernante del universo. Pero Satanás será lanzado al abismo del infierno en el juicio final de Dios. Para aquellos que se levantan desafiantes contra Dios, no les espera nada más que el desastre, “Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.” (Isaías 14.22).

El orgullo ha impedido que mucha gente acepte a Jesucristo como su Salvador personal. El rehusar admitir el pecado y reconocer que en nuestras propias fuerzas no podemos hacer nada para heredar la vida eterna, ha sido una piedra de tropiezo para la gente soberbia. No debemos gloriarnos de nosotros mismos, pero si queremos glorificar algo, entonces debemos proclamar las glorias de Dios. Lo que decimos de nosotros mismos, no significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice acerca de nosotros, lo que hace la diferencia (2 Corintios 10:13).

¿Por qué es el orgullo un pecado tan grande? El orgullo es darnos el crédito a nosotros mismos por algo que Dios ha hecho. El orgullo toma la gloria que solo le corresponde a Dios y nos la da a nosotros mismos. El orgullo es en esencia una auto-adoración. Cualquier cosa que hubiéramos hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no nos hubiera permitido realizarla. Eso es por lo que le damos la gloria a Dios – porque sólo Él la merece.

La BIBLIA dice en Proverbios 16:18 “Antes de la caída es la soberbia". La soberbia es el estado mental y moral que precede a casi todos los demás pecados. (Jeremías 48:29,30).

Todo pecado es egoísmo en una u otra forma, y EL ORGULLO CONSISTE ESENCIALMENTE EN UNA ESTIMACIÓN INDEBIDA, un deleitarse en el pensamiento de la propia superioridad de la persona sobre los demás. La Escritura dice en Proverbios 16:5 "Abominación es a Jehová todo ALTIVO de corazón; ciertamente no quedará impune". Leemos una vez más en Proverbios 29:23 "La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra".

La soberbia u orgullo, que Dios abomina, no es el respeto a uno mismo, ni un auténtico sentido de la dignidad personal. ES LA ARROGANCIA indebida que está en desproporción con el valor auténtico de la persona. Es ese egoísmo repugnante que resulta odioso tanto para el hombre como para Dios. ES ESA DESPRECIABLE ARROGANCIA ANTE LOS HOMBRES Y SE ENSOBERBECE EN LA PRESENCIA DEL TODO PODEROSO.

Dios la detesta es abominación para Él, abominación que lo estremece. Dios dice en Salmos 101:5 "No sufriré al de ojos altaneros y de corazón VANIDOSO". Dios no puede soportar, ni sufrirla soberbia: ¡la aborrece!

La soberbia tiene su origen en el corazón altivo del hombre. Algunos se enorgullecen de su aspecto, otros de su raza, otros de su negocio de su vida social. En otras palabras el orgullo puede ser espiritual, intelectual, material o social. EL MÁS REPUGNANTE DE ESTOS CUATRO ES EL ORGULLO ESPIRITUAL.

Este fue el pecado que hizo que Lucifer, el demonio, cayese, y fue precisamente cuando por primera vez apareció el pecado. (Isaías 2:11, 12 y 2:17 -Isaías 5:15 y 13:11).

En Isaías 14:12-15 encontramos a Lucifer diciendo: "subiré, levantaré, me sentaré, seré". "Estaré por encima de Dios" EL PRIMER PECADO QUE SE COMETIÓ EN EL UNIVERSO FUE EL ORGULLO QUE SATANÁS ALBERGO EN SU CORAZÓN. Cuando nosotros al igual que Lucifer, comenzamos a sentir que podemos ser independientes y valernos por nosotros mismos estamos pisando terreno peligroso. (Jeremías 9:23,24 - Santiago 4:16 - 1 Pedro 5:5,6).

El orgullo espiritual será juzgado por Dios debido a la confianza en su propia virtud en lugar de la gracia de Dios. Este orgullo nos hace despreciar a los demás y hace que resultemos despreciables a los que nos rodean. Como dijo antiguamente el fariseo: '"Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres". ESTO ES SER CREÍDO, ESTAR SATISFECHO CON UNO MISMO Y ENGREIDO. Dios aborrece el orgullo espiritual porque presume de ser bueno por sí solo. El orgullo espiritual es algo trágico, por eso Dios, en Santiago 4:6, advierte enfáticamente a todos nosotros, diciendo: " DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, y da gracia a los humildes".

Hay gente que se enorgullece en la Iglesia del Señor, porque cantan mejor que otro, o porque predican mejor que otro, o porque oran más que otros, porque leen la Biblia más que otros, AUNQUE ACLARO que hay que cantar, hay que predicar, hay que orar y hay que leer la Biblia, y esto se debe hacer de la mejor manera posible, PERO NO PARA ALABARSE O FANFARRONEAR.

NO DEBEMOS CONSIDERARNOS SUPERIORES A OTROS, ni debemos ir por ahí "mirando por debajo del hombro, a los demás”. Pero tampoco debemos ir por ahí criticando y MURMURANDO de personas que en una forma sincera se han consagrado al Señor, además no debemos ENVIDIAR sus talentos y cualidades, ni mucho menos afirmar que esos talentos y cualidades de nuestros hermanos son "orgullo espiritual”. Aunque, si

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