ROMANO Y TENENTI: Las creencias cristianas

ROMANO Y TENENTI: Las creencias cristianas.

Los autores comienzan diciendo que la coyuntura de mitad de S.XIV y mitad del S.XVI es de un fuerte carácter religioso. El cambio se da hacia finales del S.XVI. Estos dos siglos proponen verlo como un periodo de transición entre la Europa medieval y modernidad.
También remarca que hay:

• Permanencia: en instituciones, costumbres, creencias que permanecen más allá del cambio de “época”.
• Diferencias regionales: hay diferentes ritmos en la cual se desarrollaran las comunidades europeas.

¿Estos dos siglos de desarrollo, son realmente un eslabón entre la edad media y moderna? ¿Qué es lo que acaba y que es lo que termina?
Culturalmente es un punto de partida a corrientes que serán dominantes a futuro y será una etapa de declive de tendencias tradicionales. Además, la cultura tanto de la elite como la popular, tenían un matiz cristianos propio el monopolio espiritual que el clero ejercía. En estos dos siglos eso cambiara, la cultura ya no se expresara en formas cristianas.

La religión y sus dimensiones económico –sociales.

El único común entre en el escenario europeo hasta el S.XIV y XVI es solo la religión. El sacro imperio se había reducido solo al área germánica. En gran parte de Europa ya se ven indicios de estructuras pre-nacionales.  Las monarquías nacionales ganan terreno en contra las pretensiones pontificias, pero también los papas refuerzan su sistema jurídico-financiero. El derecho canónico se perfecciona diciendo que es un poder “absoluto sobre la  faz de la tierra”. La Curia papal crea una red donde se depositaran sus ganancias, siendo una entidad similar a la de un gobierno central.
La economía agraria y comercial conviven sin comunicarse mucho, hay diferencias sociales en Occidente pero lo único que los une es una religión en común. Vale recalcar que las actividades económicas, políticas, sociales, artísticas, filosóficas fluyen también por la esfera religiosa. Todavía, este periodo de mediados del S.XIV Y XVI se ve una sociedad Occidental solida cristiana.

Uno de los elementos fundamentales que aceleraron el desarrollo europeo hacia mitad del S.XVI es la disociación entre realidad laica y religiosa. La clase más interesada en que la estructura social no varíe es el clero, ya que su justificación del poder es que “la autoridad viene de Dios y no hay que resistirse a él”. En esta coyuntura, la religión más allá de su práctica, es una organización política y económica tan arraigada en la estructura social como en la mental. Sin embargo, la iglesia como institución no perderá importancia.

El cisma de Occidente.

La sociedad cristiana de occidente es bastante cerrada en sí misma, no hay dialogo alguno con el Oriente asiático, no hay debates con el mundo  musulmán ni con la iglesia oriental, parte de esta religión cerrada se debe a los aires de superioridad que el cristianismo tiene sobre las demás religiones. Quienes sienten la necesidad de salir de esta zona de confort, lo hacen buscando en los orígenes de su sistema cultural cristiano: la antigüedad clásica. Mientras un sector de la población se aleja (se hace laico) de la religión, otro grupo no lo hace, todavía están ligados a los sentimientos religiosos y a sus costumbres.

El autor trata de fijar grandes generalidades en aspecto religioso del periodo. Dice que el fenómeno principal de las creencias cristianas, es que hay una ruptura del equilibrio entre doctrina y creencia, entre elaborar religión intelectualmente y expresión práctica.

Ante todo, el papado en general se lanza hacia el lucro por medio de la administración religiosa. La Curia papal también genera rechazo y genera reacción por parte de los cleros y de los poderes nacionales. Producto de esto, la Curia papal se ve obligada a negociar con los estados pre-nacionales de Europa.
Segundo, el poder papal atraviesa una gran crisis entre los S.XIV y XV, crisis que se conoce como el cisma de Occidente. Es un periodo de desorden y anarquía en la organización eclesiástica que escandalizo a los fieles de toda Europa. La razón de las crisis son por las luchas entre facciones gobernantes de la iglesia, hasta llego a haber tres papas gobernando la iglesia simultáneamente. Al morir Gregorio XI, tomo el poder papal Urbano VI, pero una facción lo demonizo y lo trato de tirano.  Las distintas facciones trataron de eliminarse hasta físicamente. Vale recalcar que se quería una iglesia unificada, tanto fieles, iglesia y estado repudiaban el cisma.
Producto de esta anarquía desbordada, trae consecuencias morales y religiosas. La disputa de las diferentes facciones pone al desnudo los intereses económicos, políticos y personales de la iglesia. El cisma provoca un replanteamiento dentro del seno mismo de la iglesia.

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