Derecho romano. LIBRO I CAPÍTULO 1 CREENCIAS SOBRE EL ALAMA Y SOBRE LA MUERTE
ElsieCuervoEnsayo10 de Diciembre de 2017
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LIBRO I
CAPÍTULO 1
CREENCIAS SOBRE EL ALAMA Y SOBRE LA MUERTE
Todo pensamiento de la historia de Grecia y Roma se puede suponer que proviene de una época remota, donde de las cuales surgieron las primeras ideas o referencias sobre el alma y la muerte.
Antes la muerte no se percibía como un final, sino como un mero cambio de cuerpo. A lo largo del tiempo esto fue cambiando hasta que se llegó a creer que el alma nunca abandonaba el cuerpo, sino que esta se quedaba con él en la tumba bajo tierra.
No hay ningún texto que compruebe estas creencias, la única prueba es en sí los rituales que se hacen en la sepultura.
En estos rituales no bastaba con que el cuerpo se depositara bajo tierra, era necesario era necesario observar ciertos ritos y pronunciar ciertas fórmulas para que el sepultado tuviera una mejor estancia bajo tierra.
Una de las tradiciones más importantes era el rendirle culto a un difunto ya que el hacer esto era signo de reposo y tranquilidad para el difunto, si no se hacían estos ritos por parte de la familia a estos se les podía negar la sepultura que durante ese entonces ese acto era más temido que la muerte.
Varias veces al año llevarle comida al difunto ya que este no estaba emancipado de la humanidad como para no tener la necesidad de alimento. Este no solo era un acto de mera conmemoración ya que los alimentos se derramaban con el fin de que el difunto los pudiera adquirir
CAPÍTULO 2
EL CULTO DE LOS MUERTOS
Las creencias dieron lugar a la creación de reglas de conducta. Ya que el muerto tenía la necesidad de agua y alimento era obligación del difunto satisfacer esta necesidad.
Los muertos pasaban a ser seres sagrados, en los pensamientos antiguos cada muerto, era un dios.
En el libro de las Leyes de Mandú habla de ese culto como del más antiguo que lo hombres hayan tenido que realizar. Estas ideas y estos ritos son lo que hay más de más antiguo en la raza indoeuropea y son también lo que hay de más persistente.
Los griegos y los romanos tenían los mismos pensamientos, se creía que, si dejaban de ofrecer a los muertos estas comidas fúnebres, los muertos salían de sus tumbas para atormentar y castigar a aquellos que habían dejado de rendirles tributo, mandándoles enfermedades o tierras infértiles. El sacrificio, la ofrenda del sustento y la libación, lo hacían volver a la tumba y les devolvían el reposo.
Estas almas humanas, divinizadas por la muerte, eran lo que los griegos llamaban demonios o héroes.
Esta religión de muertos parece ser la más antigua que haya existido entre el hombre. Incluso mucho antes de adorar a Zeus, el hombre adoro a los muertos y les tuvo miedo.
CAPÍTULO 3
EL FUEGO SAGRADO
En la casa de un griego o un romano había un altar, el cual siempre debía de tener ceniza y carbones, el cual el jefe de la casa debía mantener encendido día y noche, era una desgracia para la familia si el fuego se llegaba a extinguir. Una vez al año la familia debía de extinguir este fuego, e iniciar otro inmediatamente con el fin de tener un fuego puro.
El fuego era algo divino, se le adoraba, se le rendía culto, se le pedía protección, o se le rezaba para obtener salud, riqueza, felicidad etc.
El fuego del hogar era la providencia de la familia. Su culto era muy sencillo. Había ciertas reglas, la primera era nunca dejar que el fuego se extinguiera ya que, si lo hacía, era un dios el que dejaba de existir. A ciertas horas se le colocaba madera y hierba para que el dios se manifestara en una llama brillante.
El fuego del hogar es como en Grecia un poder tutelar. Este fuego tenía una naturaleza muy distinta ya que era sagrado.
CAPÍTULO 4
LA RELIGION DOMESTICA
No solo se ofrecía la adoración a más de un dios; pero ni siquiera sus dioses aceptaban la adoración de todos los hombres. En las antiguas creencias y la constitución de las familias griega y romana la religión era puramente doméstica.
En el culto de los muertos, una de las primeras reglas de aquel cuto era que cada familia solo le podía rendir culto a los muertos que le pertenecían por la sangre. La comida fúnebre se renovaba después en épocas determinadas, solo la familia tenía derecho de asistir a ellas y se excluía al extraño. Faltar a este acto era una de las faltas más graves que podía cometer una persona. Se decía que el muerto que no ha dejado hijos no recibe ofrendas y está expuesto a hambre perpetua.
Cada familia tenía su tumba, donde sus muertos descansaban unos al lado de otros, siempre juntos. Todos los de la misma sangre debían ser enterrados allí, y ningún hombre de distinta familia podía admitírsele.
En la casa se protegía a todo miembro, una de las formas para hacerlo era mediante el rezo al fugo del hogar, ya que cada hogar tenía el suyo y cada familia le rezaba a diferentes antepasados con el fin de tener seguridad o tener una mejor vida ya que en ese tiempo a los antepasados muertos se les veía como divinidades. Solo el padre poseía el ser y era el único capaz de transmitir la chispa de vida.
LIBRO II
CAPÌTULO 1
LA RELIGION HA SIDO EL PRINCIPIO CONSTITUTIVO DE LA FAMILIA ANTIGUA
La muerte de un miembro de una familia no lo separa de esta, permanecen unidos todavía en esta segunda existencia y siguen formando una familia indisoluble.
Lo que en realidad une a las familias, no es el nacimiento, ni que el sentimiento, sino la religión del hogar y de los antepasados, por eso están unidos en esta vida y en la otra. Ya que todos poseen la comunidad de culto.
CAPÍTULO 2
EL MATRIMONIO
Fue la primera institución establecida por la religión doméstica. La mujer formaba parte de este culto ya que cuando era soltera asistía a los actos religiosos de su padre, y casada, a los de su marido.
Aunque dos familias vivan una alado de otra ambas tienen dioses diferentes. La mujer en la familia forma parte de la religión del padre, su dios es ese hogar paternal del cual forma parte. Cuando un hombre quería desposar a una mujer no bastaba con que este pidiera su mano ya que hacía falta que se hiciera un acto religioso, ya que esto implica el que la mujer cambiaria de religión, la práctica de ritos y la de pronunciar otras oraciones, es decir abandonar a un dios que conoce desde la infancia, para someterse a un dios desconocido.
El matrimonio era la ceremonia sagrada por excelencia. El matrimonio griego se componía de 3 actos, el primero ante el hogar del padre, el tercero en el hogar del marido y el segundo en el transcurso de uno a otro.
En los diferentes actos se realiza lo siguiente:
- En la casa del padre y en presencia del pretendiente, el padre rodeado de su familia ofrece un sacrifico, este acto es la fórmula sacramental, para declarar la entrega de su hija. Esto es necesario para que la mujer pueda adorar el hogar del esposo.
- Se transporta a la mujer a la casa del marido, es el marido el que la conduce. El rostro va cubierto con un velo. Al llegar a la casa del marido, la mujer con ayuda de las mujeres con las que va acompañada debe simular un rapto para poder entrar a la casa. Ya que la mujer por si solo la no tiene derecho a entrar entonces el marido simula raptarla para que ella pueda entrar.
- Al llegar a la casa del marido, a la mujer se le coloca frente a la divinidad doméstica, se le rocía agua lustral y toca el fuego sagrado y por últimos los esposos comparten una comida.
Se considera que esa unión es insoluble y que el divorcio casi imposible.
CAPÍTULO 3
DE LA CONTINUIDAD DE LA FAMILIA; CELIBATO PROHIBIDO; DIVORCIO EN CASO DE ESTERILIDAD; DESIGUALDAD ENTRE EL HIJO Y LA HIJA
La legislación de Licurgo castigaba con severa pena a los hombres que no se casaban. Tiempo después las leyes dejaron de prohibir el celibato, mas no lo hicieron las costumbres. El fundamento para castigar al celibato provenía conforme a la creencia de que el hombre no se pertenecía a sí mismo sino pertenecía a la familia. El hombre no debía de abandonar la vida sin estar seguro de que el culto de la familia se continuara después de su muerte.
Pero no bastaba con tener un hijo. El hijo que había de continuar con la religión domestica debía ser fruto de un matrimonio religioso. Aquel hijo que no hubiera sido fruto de ese matrimonio no poseía el derecho de ofrecer la comida fúnebre y la familia no se perpetuaba por él.
El divorcio en este caso siempre ha sido un derecho entre los antiguos. Ya que a la mujer estéril se le remplazaba al cabo de 8 años, ya que uno de los fines del matrimonio era procrear.
El nacimiento de una hija no realizaba el objeto del matrimonio ya que la mujer como tal no podía seguir con el culto familiar ya que una vez que se casara esta se iba a desprender de la religión de la familia eh iba a perder toda conexión con esta.
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