SABADO SANTO JESÚS RESUCITA
Enviado por DIAMONRO • 1 de Octubre de 2012 • 642 Palabras (3 Páginas) • 399 Visitas
SABADO SANTO JESÚS RESUCITA
Cristo no se ha quedado muerto sino que al tercer día resucito para que nosotros recibiéramos la vida nueva.
Con la resurrección Cristo venció la muerte, y nos ha enseñado a vencer la muerte. Vencer la muerte es encontrarse con dios y de ahora en adelante vivir sin apartarse de El. Por eso al celebrar la resurrección de Jesús todos nos llenamos de inmensa alegría, nos deseamos felices pascuas y cantamos el aleluya con todo el corazón.
La noche del sábado santo en la celebración e la vigilia pascual nos encontraremos con cuatro momentos muy importantes:
La liturgia de la luz.
Una fogata de la cual se toma el fuego para encender el cirio pascual que significa que Cristo a resucitado y es la luz para todos los hombres y mujeres del mundo.
La liturgia de la palabra.
Escucharemos atentamente la lectura de varios pasajes de la sagrada escritura en las que se nos cuenta las maravillas que Dios a hecho para nosotros.
La liturgia bautismal.
En ella se resalta el agua como fuente de vida, y que en el bautismo es signo de una nueva vida en cristo. Renovamos las promesas de nuestro bautismo y recordamos que somos hijos de Dios.
Liturgia de la Eucaristía.
Jesús resucitado es el alimento de vida eterna para todos nosotros y se da a través de su cuerpo en la comunión.
El apóstol San Mateo nos cuenta.
En la mañana siguiente me levante temprano y fui a buscar a mis amigos. Judas desesperado no busco ayuda, solo se encerró en la angustia y el remordimiento, se alejó de todos y tristemente se ahorcó.
Pedro después de negar a Jesús se arrepintió y busco la comunidad; pero al único que encontró en la cas de María fue a Juan y cuando yo llegue se habían ido con algunas mujeres al sepulcro de Jesús, otros dos fueron a Emaús y los otros siete entraron al casa de María, cerramos las puertas y con tristeza y miedo nos pusimos a orar. Fue difícil, teníamos los ojos llenos de lágrimas y el corazón con tristeza y angustia.
También había el resentimiento de que habíamos huido cuando Jesús más nos necesitaba.
De pronto una luz ilumino el lugar totalmente y Jesús estaba allí en medio de nosotros y dijo reciban la paz. Él maestro estaba de nuevo con nosotros no nos reprocho nada, nos recordó lo que decían las escrituras y que todo debía suceder así como paso.
Sentí que todo cambio, estaba feliz, Jesús esta vivo, reía, cantaba, quería bailar de alegría,
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