Saberes Previos Revelación.

2. Ensayo.

UN TESORO EN VASIJAS DE BARRO

El ser humano en su naturaleza tan frágil y moldeable como el barro, lleva en su interior el más grande tesoro, la revelación de Dios es su propia historia de salvación y en un plan salvífico universal. Dentro de esta vasija algo agrietada y aun en proceso de formación Dios ha querido imprimir su imagen en nosotros; su libertad, nos la ha concedido, su inteligencia nos ha permitido dominar todo cuanto creo. Todo es revelación divina cuando el hombre es consciente de que nada es nuestro todo es por que le así lo ha querido. En el origen del hombre Dios se da a conocer y a su vez su designio salvífico, el cual tiene su consumación en la vida y obra de Cristo Jesús, el Verbo Encarnado.

Cristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre, el cual por medio de su vida nos acerca y nos reconcilia con el Padre otorgándonos el ser hijos por adopción y coherederos de los tesoros divinos. Cristo durante su vida pública escoge a 12 para formar una pequeña comunidad, lo que ahora es la gran Iglesia esposa de Cristo y madre universal de todo creyente que cree y es seguidor de Cristo redentor. Los Apóstoles no son jerarquía, son instrumentos en la Iglesia del Siglo XXI, no se puede seguir viendo la Iglesia en pirámide pero la persona evangelizada es consciente y reconoce que la Tradición de nuestra fe viene de un grupo pequeño, donde el que quiera ser el primero será el servidor de todos, no se trata de liderazgo se trata de sucesores y esta es la posición del magisterio de la Iglesia: estar al servicio (LG 24)

Es por esto que los sucesores de de Jesús fueron los Apóstoles, los cuales fueron los testigos oculares de todo cuanto el divino maestro les había enseñado y mostrado, guardando en su mente y corazón el testamento espiritual de aquel que entregando su vida por completo en su misterio pascual los envía a anunciar la buena nueva de salvación, lo cual es posible por la fuerza del Espíritu Santo que los impulsa y les abre los ojos haciéndoles entender la revelación de Dios en su plenitud.

Cuando hablamos de sucesores y del testamento espiritual de Dios en su hijo amado Cristo Jesús, me refiero de la Tradición que con gran empeño, sacrificio y amor los apóstoles han infundido en los primero años de la Iglesia de Cristo, la cual nos une a todos como miembros de un solo cuerpo y responsables de que esta Tradición sea custodiada y transmitida entregando como Jesús nuestra propia vida. Este es el legado que el Magisterio de la Iglesia recibe y se encargara de interpretar, enseñar, custodiar y transmitir lo que Dios ha revelado en el depósito de la fe.

Hoy lo que tenemos hoy es la teología cristiana la cual nos muestra es decir se encarga de mostrarnos el rostro de Dios ayudando a comprender desde la razón y la misma fe la presencia y la manifestación

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