Santo Rosario Completo
AngieRios2711 de Junio de 2013
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EL SANTO ROSARIO. MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y Viernes)
La Señal de la Cruz: por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Credo: Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está a la diestra de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
El Padre Nuestro: Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal. Amén.
Ave María: Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
1. La Agonía en el Huerto (Mateo 26,36-50; Marcos 14,32-46; Lucas 22,39-48; Juan 18,1-8)
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. (Mt 26,36-39) Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. (Lc ,44)
En la gran oración al Padre, Jesús encuentra fuerza, confianza y un angel es enviado a confortarlo. Entonces Jesús es nuestro angel confortador. Es como Él nos dijo: "Porque se preocupan en las dificultades? Sean fuertes en mí, miren a su Dios en las horas más dolorosas, y triunfarán." Permítenos encomendarnos a Dios para siempre cumplir su mandato.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amen
2. La Flagelación (Mateo 27,26; Marcos 15,15; Juan 19,1)
Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado. (Mt 27)
Cuanto dolor, tormentos y heridas en el cuerpo de Jesús? Si aprono sul corpo. Cuanta sangre cayó al suelo, mientras sus verdugos reían, lo insultaban, y reunían sus fuerzas para volver a golpear el inocente cuerpo de Jesus? Permítenos aceptar los insultos por amor a nuestro Señor y arrepentirnos de nuestros pecados.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amen
3. La Coronación de Espinas (Mateo 27,27-30; Marcos 15,16-20; Juan 18.7; Juan 19,2-15)
Los soldados romanos llevaron a Jesús al palacio del gobernador y reunieron a toda la tropa en torno a él. Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado color rojo. Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinas y en la mano derecha una caña. Doblaban la rodilla ante Jesús y se burlaban de él diciendo: "¡Viva el rey de los judíos!" Le escupían la cara y, quitándole la caña, le pegaban en la cabeza. (Mt 27,27-31)
Piensa en la indignaciones, ofensas, y humillaciones que Jesús sufrió. Lo maltrataron, fué tratado como el culpable de nuestros peores pecados. Parece decirnos "Porque te desesperas cuando sufres? Es esa la manera en que me amas? Medita mi pasión y encuentra en ella un rico alimento espiritual." Permítenos pedir el regalo de la paciencia y aceptar todas la humillaciones, pensando como Jesús sufrió por nosotros.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amen
4. Jesús con la Cruz a Cuestas (Mateo 27,31-33; Marcos 15,20-22; Lucas 23,26-32; Juan 19,16-17)
Cuando lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que volvía del campo, y le cargaron la cruz de Jesús para que la llevara detrás de él. Lo seguí muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús volviéndose hacia ellas, les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. Por que va a llegar el día en que se dirá: Felices las madres sin hijos, felices las mujeres que no dieron a luz ni amamantaron. Entonces se dirá: ¡Ojalá que los cerros caigan sobre nosotros! ¡Ojalá que las lomas nos ocultaran! Porque si así tratan al arbol verde, ¿Qué harán con el seco? Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos. (Lc 23,26-32)
Aún y cuando Jesús hubiera sufrido solo por ti, Jesús hubiera aceptado tales dolores, grande es su amor por ti. A lo largo del camino al Calvario, Jesús ve a su Madre. Podremos imaginarnos el momento cuando sus ojos se encontraron? O cuanto su corazón debió haber sentido dolor. Permítenos pedir María la gracia de siempre aceptar nuestra cruz, para que María y Jesús puedan soportarlo.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amen
5. La Crucifixión (Mateo 27, 34-61; Marcos 15, 23-47; Lucas 23, 33-56; Juan 19,18-42)
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, y también María, esposa de Cleofás, y María de Magdala. Jesús al ver a la madre y junto a ella a su discípulo más querido, dijo a la Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Después dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Desde ese momento el discípulo se la llevó a su casa.(Jn 19,25-27)
Jesús desea vernos cerca de María, su Madre, Él desea que, como niños, mantengamos nuestra mano unida a la de María. Esto es lo que el quiere. El nos pide que nos encomendemos a la Virgen María. El nos pide reconocer a Nuestra Señora como Nuestra Madre, quién encenderá en nosotros un amor ferviente a su hijo. María, nosotros creemos en ti, tómanos y llévanos al refugio de tu Inmaculado Corazón, alivia nuestra soberbia con tu humildad, que es la que nos aparta de Dios.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amen
Salve: Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos. Y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, OH piadosa, OH dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y
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