VIDA Y MINISTERIO DE PABLO

Es sorprendente saber que nuestra vida se encuentra en pleno control del Creador aunque nosotros no lo hayamos reconocido en ella. Ejemplo de esto es la vida del apóstol Pablo. Dios fue preparando la vida de Pablo desde su nacimiento en la ciudad de Tarso de Cilicia. Esta ciudad era el lugar apropiado para que Pablo alcanzara los conocimientos necesarios para llegar a desempeñarse con autoridad en cualquier país, con toda clase de personas, con distintas culturas y de ideas religiosas. A pesar de que Pablo no conocía al Dios que estuvo estudiando a lo largo de su vida, ya Dios lo estaba preparando para cumplir el propósito destinado.

Pablo fue instruido bajo la dirección de uno de los mejores maestros de la ley, llamado Gamaliel. Fue durante esa enseñanza, antes de saber cuál sería la misión de su vida, que el Señor lo equipó con los conocimientos y capacidades necesarias para cumplirla. Allí obtuvo un conocimiento profundo sobre las profecías del Antiguo Testamento, lo que lo preparó para poder reconocer el cumplimiento de las profecías realizadas en la Persona y el ministerio del Señor Jesucristo en el momento en que fuese impactado con la verdad.

Pablo deseaba conocer y servir a Dios de manera sincera y creía con todas sus fuerzas en lo que había aprendido a lo largo de toda su vida. Él estaba acostumbrado a combatir contra todo tipo de herejía y defendía su creencia con pasión, aún a costa de su propia vida. Cuando Pablo se topó con los discípulos del Jesucristo crucificado tratando de expandir el evangelio pensaba que era otro tipo de herejía que había que acabar y exterminar desde la raíz. Pablo estaba completamente seguro de que la persecución, el encarcelamiento y hasta la muerte de los cristianos era lo correcto y lo que Dios quería como propósito en su vida. Sin embargo, ese Dios, a quien Pablo seguía, ya había destinado una misión para su vida. Él estaba tratando de conocer y servir a Dios con pasión, pero de forma equivocada. Así que este Dios se le reveló y le iluminó el entendimiento para que pudiera comprender que al que él creía servir y al que seguía era el mismo Dios.

Entonces Pablo utilizó la misma pasión para poder llevar el evangelio a gran parte del mundo, fundar iglesias y extender el testimonio del Señor Jesucristo de tal manera que hasta el día de hoy continúa en constante crecimiento. Pablo se preocupó de su crecimiento espiritual y conocer cada vez más la Palabra de Dios, pero no se olvidó de las tantas personas que vivían lejos de Dios y procuró alcanzarlos para Cristo. Este mismo legado lo continuamos teniendo hoy como iglesia y siervos de Cristo.

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