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Obra Y Vida De Pablo Picasso


Enviado por   •  8 de Febrero de 2015  •  3.266 Palabras (14 Páginas)  •  298 Visitas

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Se trata de un documental biográfico del artista malagueño producido y escrito por Molly Thompson y su compañía distribuidora History Television Network Productions. Se puede acceder al mismo escribiendo el título del documental en el buscador de Youtube o utilizando este link:

https://www.youtube.com/watch?v=9EQODs6eEbQ

Reseña del documental:

Su lienzo era su diario, su apetito por la invención era insaciable, así como su apetito por las mujeres. El verdadero alcance de sus innovaciones está aún por valorar. Para comprender a Picasso hay que convivir con sus gestos, su lado oscuro, incluso con su cruel barbarie en ocasiones y también convivir con la fabulosa generosidad de su producción, de su obra.

Pese a que residió en Francia durante casi toda su vida, en muchos aspectos, Picasso jamás estuvo ausente de España, su alma conservó una profunda raigambre en la cultura española. Compartía con su patria la visión del mundo, las pasiones y hasta el miedo a la muerte. De hecho, la identidad de Andalucía se sume en la dualidad de la pasión y el drama y en la del amor y la muerte. No obstante, las tierras andaluzas se regían por la cultura secular y por el menosprecio de los españoles más septentrionales ya que la consideraban provinciana.

Pablo Picasso, al haber nacido en las postrimerías del s.XIX le afectó de lleno el concepto de machismo, el cual era netamente andaluz. Fue el único hijo varón de una modesta familia malagueña, por lo tanto siempre estuvo muy mimado y consentido, sobretodo por su madre. Su padre, José Ruiz, ansiaba adquirir renombre como artista, pero su talento no estaba al mismo nivel que sus sueños. Pintaba principalmente cuadros de palomas, aunque también repartía su tiempo en impartir clases de Arte y trabajar a tiempo parcial como conservador del museo de Málaga. A él habría que agradecerle los primeros contactos de Pablo con el mundo artístico ya que intentaba imitar los trabajos de su padre incluso antes de aprender a hablar. Después del dibujo, lo que más fascinaba al joven artista eran las corridas de toros y su poética de la muerte, esto se puede contemplar en los dibujos que realizaba a las ocho años en los que recreaba escenas mortales en los ruedos. Se puede interpretar la tauromaquia como una lucha entre el hombre y la bestia o como una danza que desemboca trágicamente en la muerte.

A medida que Picasso iba creciendo como artita, su padre asumió su fracaso como pintor y este hecho arraigó tanto en Pablo que se convirtió en la motivación base de su carrera: “Estirpar” la derrota de su progenitor, para llegar a convertirse en el mejor dibujante y pintor del mundo. Ya con trece años comenzó a pintar al óleo, retrataba a su familia y desde un principio realiza cuadros muy psicológicos. Su primera experiencia amorosa le llegó con la misma edad y esto hizo que aumentara su inspiración y creatividad, comenzó así a plasmar el erotismo femenino, temática muy característica de su posterior obra. Con la misma edad, tuvo que mudarse a Barcelona, donde su padre había obtenido un empleo como profesor en la prestigiosa universidad de B.B.A.A. y así fue cómo cambió la tradición andaluza por el modernismo de la Ciudad Condal. Llegó en un momento de revueltas sociológicas, sociales y artísticas que marcaron significativamente la personalidad adolescente de Pablo.

Al hacer la prueba de ingreso en esta facultad, fue matriculado directamente en los cursos superiores, su talento no dejó indiferentes a sus condiscípulos mayores y más sofisticados, los cuales lo iniciaron en las tertulias de los cafés, donde se hablaba de la anarquía en el gobierno y del arte progresista. También conoció por aquel entonces el barrio chino, las escenas carnales que en éste se producían marcaron profundamente al artista pasando a ser su motivo de inspiración principal para su trayectoria de por vida.

Por otro lado, su padre le incentivaba para que realizase grandes cuadros de motivos piadosos que pudieran ser colgados en salones y que se vendieran por un buen dinero, un ejemplo puede ser el de Ciencia y Caridad (1897) donde ya se pueden ver pequeños destellos de genialidad por detalles que a simple vista son imperceptibles, pero que a la vez son tremendamente exquisitos, como pueden ser las manchas de pintura marrón que se observan bajo la ventana.

Fig. 1

Como su dominio en la doctrina era más que evidente, su padre decidió matricularlo, a la edad de 16 años, en la distinguida academia San Fernando en la auténtica capital del Arte español, Madrid. Allí conoció las obras de Velázquez, Goya y el Greco, pero el gusto academicista y clásico que se impartía allí no satisfacía de ninguna manera a Picasso, con lo cual abandonó la academia y volvió a Barcelona. Se pagaba el alquiler realizando carteles e ilustraciones por encargo mientras que seguía trabajando en proyectos propios. A los dieciocho realizó su primera exposición formal a la cual acudieron críticos que lo trataron de forma muy severa, es más uno de ellos lo tachó de irregular y descuidado, pero para su sorpresa también recibió el aplauso de la misma ya que uno de sus lienzos fue seleccionado para el Pabellón Español de la Exposición Universal que se celebraba en París a final de 1900.

Viajó a la capital francesa con su amigo Carlos Casagemas, el cual disponía de dinero además de contactos y se instalaron en el barrio destartalado de Montmartre. Para su decimonoveno cumpleaños fueron todos sus amigos a ver la pintura en la Exposición Mundial, pero por desgracia lo que en Barcelona equivalía al último grito, allí en París suponía una mera pintura insignificante. Pablo no se dejó hundir por este fiasco, es más se propuso un reto: desafiar a Renoir y Toulousse Lautrec plasmando su propia versión del Moulin de la Galette, midiéndose así con los grandes artistas contemporáneos. Poco después volvió a Madrid donde al poco tiempo le llegó la noticia del suicidio de Casagemas por mal de amores con una parisina. Entre medias del sentimiento de tristeza por lo acontecido con su amigo, Pablo fue escogido para realizar una exposición individual por el

marchante de arte que había trabajado con Cézanne, Gauguin y otros maestros post-­‐ impresionistas de finales del s. XIX, Ambroise Vollard. Volvió al taller alquilado por Casagemas en la ciudad de la luz y se puso a trabajar duro para completar la serie, la cual fue un éxito, le

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