Veritatis Splendor

«Se le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?". Él le dijo: "¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos". "¿Cuáles?" le dice él. Y Jesús dijo: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". Dícele el joven: "Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?". Jesús le dijo: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme"» (Mt 19, 16-21)

1) En la Encíclica Veritatis Splendor se trata de explicar el significado de la anterior lectura.

Al joven rico se lo relaciona con todo hombre que, conscientemente o no, se acerca a Cristo. Este hace una pregunta sobre la moral. En este documento de la Iglesia reflexiona a partir de esto que es necesario que el hombre de hoy se dirija a Cristo para obtener la respuesta de lo que es bueno y lo que es malo. Dice además que la respuesta a una pregunta sobre el "bien" se puede encontrar solo si uno se dirige a Dios, porque él es el Bien, es decir que preguntarse sobre el bien significa dirigirse a Dios, que es plena bondad.

Jesús invita al joven a emprender el camino de la perfección. Pero para esto se necesita una libertad madura («si quieres») y el don divino de la gracia («ven, y sígueme»). La perfección exige aquella madurez en el darse a sí mismo.

Veritatis Splendor interpreta que la palabra de Jesús manifiesta la dinámica del crecimiento de la libertad hacia su madurez; y que la libertad del hombre y la ley de Dios no se oponen, sino, al contrario, se reclaman mutuamente.

Para concluir se menciona: "en la medida en que sirvamos a Dios, somos libres, mientras que en la medida en que sigamos la ley del pecado somos esclavos"

2) Jesús critica a los fariseos. Señala con anticipación a los responsables de su Iglesia los defectos en los que no deben caer, porque los defectos de los fariseos son comunes a las autoridades religiosas de todos los tiempos.

No todos los fariseos eran hipócritas pero Jesús ataca a su institución como un árbol malo. Este era un grupo que se sentía superior y mejor que los demás, el que dirigía la iglesia sin haber aprendido de los pobres, quienes también son parte de la Iglesia.

U servidos de Dios debe ser humilde, pero estos fariseos eran orgullosos y amaban el dinero. Se apartaban de los pecadores y los humildes y a su vez también lo hacían de la misericordia y de Dios mismo.

Cuando Jesús dice: "ustedes cierran a los hombres el Reino de los Cielos" indica que los fariseos cierran el paso al conocimiento de Dios y la forma de vivir como

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