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EL IMPACTO DE LA INFORMATICA


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2014  •  2.333 Palabras (10 Páginas)  •  160 Visitas

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Cada día la vida cambia y cambia y muchas veces incluso sin percatarnos de todo lo que está pasando constantemente a nuestro alrededor. Los días y los años pasan y cuando lo notamos ya ha cambiado drásticamente el mundo en que vivimos y aunque para algunos, saludarnos y darnos un beso de buenos días, es importante socialmente; para otros, el tener un buen empleo, buena posición económica y una familia, es suficiente y para otros más, es el saber que podemos estar cerca de los nuestros con el simple clic de un mouse de computadora, que acorto al parecer todos esos kilómetros que hay entre uno y otro. Algunos piensan que en realidad solo mejoramos, que nada ha cambiado pero sin embargo, no podemos negar que la influencia de la tecnología ha cambiado invariablemente nuestra percepción de la vida. Y si todo está cambiando, ¿Qué futuro nos depararán los descubrimientos científicos y adelantos tecnológicos?

El siglo XX ha sido el que mayor número de descubrimientos científicos y avances tecnológicos ha dado a la historia de la humanidad, y es el tiempo en el que han surgido gran cantidad de filósofos, científicos, religiosos y un sin número de personas que han dedicado su vida y conocimientos a mejorar la sociedad de poco en poco, buscando nuevas teorías, formulas analgésicas, herramientas que facilitaran en un futuro nuestras vidas. Y sin duda alguna también hay que destacar la facilidad, rapidez y positivismo con el que esos cambios han sido asimilados poco a poco por la sociedad, que en futuro y en nuestro presente han formado parte de nuestra vida cotidiana en la que ya estamos acostumbrados.

Científicamente, uno de los inventores y científicos más destacables es Einstein y su teoría de la relatividad. A partir de ahí se desarrolla toda la física y química moderna alrededor de la cual giran todas estas buenas teorías. Los nuevos modelos atómicos y, en especial, la mecánica cuántica, nos descubren nuevas fuentes de energía y nuevas maneras de destruirnos.

Sin embargo, en la sociedad siempre se han hecho sentir más los efectos de la tecnología que de la ciencia, a pesar de que la primera se basa en la última aunque también se considera a la tecnología como una extensión de la innovación del ser humano para poder desenvolverse mejor en su medio y ante esto, Marshall McLuhan afirmaba que:

"Todos los artefactos del hombre, el lenguaje, las leyes, las ideas, las herramientas, la ropa y los ordenadores son extensiones del cuerpo humano...Todo artefacto es un arquetipo y la nueva combinación cultural de nuevos y viejos artefactos es el motor de todo invento y conduce además al amplio uso del invento, que se denomina innovación".

Innovación que vemos representada en todos los rincones de nuestros hogares, en la escuela, en el trabajo, en nuestro automóvil, pues es a través de esta que el hombre expresa nuevas necesidades que deben estar satisfechas ante un mundo en constante cambio.

Es de destacar también la enorme rapidez con que las nuevas tecnologías se van implantando en la sociedad. Según el profesor Freeman, el prestigioso economista y sociólogo autor del libro "Cambio tecnológico y empleo", la integración plena en la sociedad de una nueva tecnología es del orden de unos 15 años. Y cada vez somos más propensos a cambios profundos de nuestros modelos de vida y comportamiento.

Por ejemplo, dos cosas tan aparentemente alejadas y sin relación como son la invención de la bomba atómica y la aparición de las primeras computadoras tienen, sin embargo, el punto en común del proyecto Manhattan.

Fue aquí donde Von Neumann, tratando de resolver los enormes problemas de cálculo que conllevaba el estudio de la implosión de la bomba atómica, sentó las bases de una arquitectura que casi todos los ordenadores que usamos hoy en día siguen.

A su vez, el desarrollo de la bomba atómica modificó la estructura del mundo. Lo dividió en dos grandes bloques y provocó grandes guerras entre Estados Unidos, la Unión Soviética y China. Existía en la sociedad una sensación de enfrentamiento inminente. Sin embargo, a la vez, la competencia entre ellos llevó a una carrera tecnológica sin precedentes, la tan anunciada “Guerras Fría”, guerra que en su mayoría consistía en una versión decreciente en crueldad pero empleaba cada vez más el campo de las ideas, de las nuevas e innovadoras formas de buscar un bien por la sociedad.

No hay duda de que las guerras han traído consigo enormes avances tecnológicos. Pero, ¿merece la pena el precio? Millones de vidas perdidas en la Segunda Guerra Mundial y el caos económico y social en el que se han hundido los países del bloque comunista son las consecuencias negativas y obvias. Pero gracias a ellas la carrera espacial y los ordenadores, entre otras cosas, fueron posibles. Sin embargo, resulta curioso que aún hoy, en España, el ministerio de Defensa dedica más dinero a investigación y desarrollo que el de Educación y Ciencia. La facilidad con que cualquier descubrimiento científico es transformado en una nueva tecnología bélica ha sido una constante a lo largo de la historia.

Incluso ha ayudado mucho en el ámbito de la naturaleza, y la energía ya que desde tiempos inmemorables se han derrochado cantidades ingentes y descontroladas de combustibles fósiles como el petróleo y, a pesar de que los nuevos yacimientos encontrados han retardado su futura desaparición, no cabe duda de que esta tendrá lugar, posiblemente, en el siglo próximo (al menos en el caso del petróleo). La necesidad de buscar nuevas fuentes de energía ha sido constante en este siglo y así se han desarrollado parte de las que ya conocíamos como la hidráulica entre otras, la energía nuclear y las llamadas limpias, como la solar o la eólica. Pero, ¿cuáles serán las alternativas que nos presente el próximo siglo?

Mientras más y más derrochemos nuestros recursos y dejemos que el tiempo pase y pase constantemente destruyendo lo que hay a nuestro alrededor.

Parece que las posibilidades del futuro en cuanto a nuevas fuentes energéticas se reducen principalmente a dos: la solar y la de fusión nuclear. ¿Por qué la solar y no la eólica? Porque mientras que la segunda es poco estable, ya que depende del viento, la primera podría no serlo, si se obtuviese en el espacio por un satélite y se emitiera la energía obtenida en forma de microondas a una estación situada en la Tierra, la cual volvería a transformar esta energía en eléctrica.

Sin embargo, hoy por hoy, la energía de fusión nuclear parece la alternativa más viable. Se alimenta de combustible casi inagotable, pues el hidrógeno se puede extraer fácilmente del agua y, una vez controlada (que es al fin y al cabo el problema que se intenta resolver ahora), no produce

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