El oro en el planeta Tierra
juanjeush12 de Julio de 2012
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El oro en el planeta Tierra
El oro se encuentra ampliamente distribuido por todo el globo terráqueo aunque en cantidades muy pequeñas por lo que es un elemento poco común. La zona de la corteza terrestre que ha podido ser explotada por el hombre, (una costra superficial de sólo 3 Km. sobre un radio de 6.370 Km.) contiene por término, medio según R.W. Boyle, 0.005 ppm (partes por millón). Además hay oro en el agua de los mares y su proporción varía según sea el lugar y los estudios realizados pasando de 1 mg/m3 a más de 10 mg/m3 que por poco que parezca supondría unos 10 mil millones de toneladas de oro en todos los océanos del mundo. Ningún método de extracción es viable comercialmente, el oro se obtiene mundialmente de yacimientos, explotados principalmente para este elemento, o como subproducto en la minería y procesamiento de menas de níquel, cobre, zinc, plomo y plata. Los yacimientos primarios ocurren en diferentes ambientes geológicos desde el Precámbrico hasta el Cenozoico. Mientras que la mineralización de oro primario en el mundo se encuentra en las provincias metalogénicas de rocas verdes y granitos (granite-greenstone belts), generalmente confinada a remanentes irregulares de cinturones verdes, que ocurren en terrenos de gneises graníticos de edad Precámbrica, habitualmente del Arqueano a Proterozoico temprano. Los cinturones verdes están constituidos por rocas meta-volcánicas y meta-sedimentarias. Las rocas volcánicas representan secuencias complejas que van de ultramáficas y básicas en la base a calco- alcalino ácidas en el tope. Estos cinturones son ricos en concentraciones de mineral de oro, níquel, antimonio, cobre, zinc y hierro. Muchos de estos yacimientos son considerados singenéticos con las rocas en las cuales se encuentran, pero en algunos casos, los metales han sido removilizados y posteriormente concentrados durante procesos de intrusiones graníticas, deformación estructural y metamorfismo, aunque antiguamente el origen de los depósitos primarios de oro se consideraba ligado a soluciones hidrotermales provenientes de intrusiones graníticas, estudios recientes han puesto en evidencia que algunas mineralizaciones de oro están asociadas directamente a secuencias volcánicas y a formaciones ferríferas de origen volcánico-exhalativo.
La concentración de oro asociado a arcos volcánicos alcanzó su máximo durante el Arqueano; los grandes cinturones volcánicos auríferos de Canadá, Australia y Rodesia (actualmente Zimbabwe), no han sido repetidos en menas de arcos volcánicos más jóvenes.
Los depósitos de oro más jóvenes, Mesozoico-Cenozoico (en ambientes eugeosinclinales), están más bien relacionados a intrusiones graníticas posteriores. Algunos investigadores de las provincias auríferas de arcos volcánicos arqueanos, están convencidos de que existe una estrecha relación entre las rocas ultramáficas (volcánicas y ultramáficas con textura spinifex) y los mayores depósitos de oro, si esta relación es válida para explicar la restricción de esta clase de depósitos en el tiempo, podría ser válida también para explicar el patrón de confinamiento de níquel al ambiente ultramáfico del Arqueano y del Proterozoico Inferior.
Origen de los yacimientos de oro en el mundo
El oro es de origen magmático. No existe una capa continua de magma fundido debajo de la corteza sólida de la tierra, aun cuando a gran profundidad la temperatura de la roca debido a la energía geotérmica interna de la Tierra es superior al punto de fusión, la enorme presión de la carga de roca suprayacente impide la fusión. Sin embargo si fuera aligerada la presión, al ser removida la roca suprayacente por la erosión, produciría combaduras hacia arriba y fallamientos, seguido entonces por la fusión y por la producción de magma como resultado final.
Durante el enfriamiento del magma se genera el proceso de diferenciación, que separa los minerales formados de las soluciones acuosas, originándose las rocas ácidas o básicas y las soluciones mineralizadoras.
En el ascenso hacia la superficie, a través de la corteza terrestre, el magma obedece a ciertos cambios en las soluciones, a medida que la temperatura y la presión disminuyen, los diferentes minerales que existían en el fluido rocoso cristalizan y se separan siguiendo un orden de saturación. El magma en su movimiento ascendente puede despegar bloques de rocas y separar estratos o ser inyectado en fracturas y aberturas, formando grandes masas intrusivas como batolitos, stocks o lopolitos. Durante este proceso se produce la diferenciación magmática, que da origen a los fluidos magmáticos en los que se concentran algunos metales que originalmente estaban presentes en el magma pero en escasas proporciones. Estas soluciones hidrotermales transportan los metales desde la intrusión en consolidación hasta el lugar de la depositación del metal y se le considera el factor de mayor importancia en la formación de depósitos epigenéticos. Son soluciones calientes y supersaturadas que gradualmente pierden calor a medida que aumenta la distancia a la intrusión y se aproximan a la superficie, al enfriarse comienzan a depositar los minerales que traen en solución, formando así la serie de depósitos conocidos como hidrotermales que según la profundidad y temperatura en que se forman reciben los nombres de:
• Hipotermales: los formados por las soluciones a alta temperatura y presión (300º y 500º C).
• Mesotermales: los formados por las soluciones a temperaturas y presiones moderadas (175º a 300º).
• Epitermales: los formados a baja temperatura y presión.
El desplazamiento de las soluciones hidrotermales, desde su origen hasta el lugar de depositación de las menas contenidas en ellas, depende de las aberturas que se hallan disponibles en las rocas, es decir, de la porosidad y permeabilidad de las mismas. La mayoría de los yacimientos de oro se han originado de estas emanaciones hidrotermales y unos cuantos se han formado por metamorfismo de contacto del cuerpo ígneo intrusivo original en las rocas adyacentes.
El oro es uno de los metales que se encuentra en la naturaleza en estado nativo, algunas veces en cristales del sistema regular (cúbico) o bien en agujas o granos, dándose a estos últimos el nombre de pepitas cuando son ya de cierta dimensión. Muchas de estas masas de oro son bastante célebres bien sea por su peso o por su aspecto. El oro nativo en masas, más o menos considerables, no ha sido solamente encontrado en los aluviones, sino que también en las rocas ígneas y en los filones. No se encuentra en el estado de pureza absoluta puesto que casi siempre se encuentra aleado con otros metales, sobre todo con la plata en forma de telururos y seleniuros (Silvanita, Krennerita, Muthmannita, Nagyagita, Calaverita y Petzita). Los minerales de oro y plata son difíciles de tratar y frecuentemente son abandonados por esta razón; en cuanto a los telururos de oro, se les concentra mezclándoles con otros minerales de oro. Las menas con oro corrientemente presentan como ganga al cuarzo, pero también pueden hallarse carbonatos, turmalina, fluorita y se halla asociado a pirita, calcopirita o pirrotita. Comúnmente, el oro está contenido en sulfuros básicos metálicos, en minerales afines o en subproductos de oxidación.
Diferentes épocas de mineralizaciones de oro
La historia geológica de la tierra está marcada por un número de épocas de mineralizaciones epigenéticas de oro, la mayor parte de las cuales ocurrieron en el Precámbrico, seguido de otras de menor extensión en el Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico.
La formación de placeres auríferos ha ocurrido en todas las épocas geológicas, particularmente en el Terciario y el Cuaternario. Si se acepta que los yacimientos de Witwatersrand (Transvaal) de Sudáfrica son placeres, o placeres modificados, se tiene que la formación de grandes placeres también ocurrió en el Precámbrico.
Durante el Precámbrico se originaron extensivos yacimientos epigenéticos de oro, siendo la mayor parte vetas auríferas y zonas silicificadas.
En el Precámbrico en Sudamérica el área más intensamente mineralizada se encuentra en el cratón de Guayana, parte del cual pertenece a Brasil y parte a Venezuela.
La historia orogénica de la era Mesozoica hace que, consecuentemente, su metalogenia sea compleja. Los yacimientos asociados con la orogénesis del Mesozoico en las Cordilleras de Sudamérica son menores y de poca importancia económica.
El Cenozoico es la última de las tres eras geológicas que incluye los períodos Terciario y Cuaternario, ésta representa, fuera del Precámbrico, la época de mayor concentración de oro epigenético en el mundo, así como de placeres.
El Terciario en Sudamérica fue una época de extensa mineralización particularmente de cobre, plata y estaño, siendo el oro un acompañante de estas mineralizaciones. El oro se presenta en pequeñas vetas dispersas y los reemplazamientos ocurren a lo largo de la Cadena Andina, asociados con el Terciario y con las rocas intrusivas más antiguas. Los yacimientos de oro han sido pequeños y de bajo tenor con excepción de algunos en Colombia, ubicados en la Cordillera Central. En Venezuela sólo se han encontrado pequeñas manifestaciones sin importancia en las Cordillera de la Costa.
Historia del oro en el mundo
El oro probablemente fue el primer metal que llamó la atención del hombre, ya que es uno de los pocos que se encuentran en la naturaleza en un estado relativamente puro y resiste la acción del fuego sin ennegrecerse o experimentar ningún daño. Por otra parte, como en el estado nativo suele tener una gran belleza, ello atrajo
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