HARINAS QUE SE DISTINGUEN

NO HEMOS CREADO NADA NUEVO

06 de Marzo de 2019

Hace algún tiempo en una catedra nos dijeron que la innovación no precisamente quiere decir crear algo nuevo, sino desarrollar algo en función de lo ya creado, también puede ser innovador.

Durante la primer etapa del desarrollo del concepto alrededor de las harinas nos enfocamos en cierta medida sólo en el grano, en las propiedades y las propiedades que se tenían, a muchos panaderos les gusta preguntar sobre la fuerza, la cantidad de extracción, el gluten y un sin fin de cosas relacionadas con las propiedades de la semilla, el grano. Existen otros aventurados que nos preguntan sobre el proceso del cultivo, y más importante aún sobre la tierra.

Cuando nos comprometimos a desarrollar productos que tuvieran innovación también nos concentramos solo en el producto hacíamos pruebas y pruebas alrededor de él, sin embargo con el paso de la experiencia nos dimos cuenta que le dábamos poco valor a la tierra, el lugar donde sembrábamos o la manera de como se sembraba, porque sembrar no significa sólo poner la semilla en la tierra, si es toda una serie de pasos y cuidados alrededor de la tierra, antes, durante y después la cosecha. La tierra tiene uno de los mayores impactos en el desarrollo de nutrientes y aportaciones en el desarrollo de la planta. Más del 75% de los nutrientes de cualquier planta tienen como factor predominante la tierra y las condiciones donde ha sido plantada.

A su vez la tierra en combinación con factores como la energía solar, el agua, la temperatura y el porcentaje de humedad como resultado, generan las condiciones necesarias para que una semilla se desarrolle y contenga las mejores propiedades posibles.

Al paso de mucha insistencia y dedicación nos dimos cuenta que debíamos hacer muchas cosas buenas alrededor de todo el proceso de siembra, y los más experimentados para hacerlo era la gente que ya llevaba generaciones sembrando, definitivamente sembrar en una buena tierra es un proceso clave, por ello decimos que no hemos creado nada nuevo, lo que hicimos fue unir aquellas cosas buenas que ya existían, tomar en consideración cada uno de los actores alrededor de cultivo, aprender y volver a hacerlo de lo que cada parte del ecosistema nos brinda y aprovechar que cada eslabón es adaptable, moldeable para ofrecer un producto que pareciera es simple pero contiene un cúmulo de esfuerzo en unir cada uno los pasos descritos.

Sabiendo que aún nos hace falta mejorar, continuar aprendiendo de haber hecho cada uno de los ajustes en el proceso el resultado fue el que hoy tenemos, un producto hecho de nuestra tierra, con alto valor agregado, orgánico, y de una consistencia reconocida por los clientes y consumidores que han confiado en nosotros, sabiendo que existen muchas formas de innovar, la nuestra es ir sembrando muchas cosas buenas.

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