La Clase Baja Digital

La clase baja digital.

Hoy en día somos partícipes de una nueva etapa de la evolución digital, donde se han ido creando y desarrollando nuevas estrategias y conceptos para lograr determinados objetivos de diferentes índoles.

Estamos siendo parte de lo que se le conoce como comunicación digital, que es un nuevo tipo de comunicación producto del intento de mejorar las relaciones sociales entre individuos. La comunicación ha pasado a ser digital en un 80%, dándonos a entender lo masivo que está siendo este medio.

El concepto de comunicación digital es parte también del concepto de marketing 3.0, el cual se centra en la humanización del consumidor, en buscar que las distintas marcas se interesen por las necesidades y emociones que tiene el cliente como respuesta a los distintos productos que se están ofreciendo.

Es aquí donde surge el tema del ‘consumariat’. Oscar Ugaz, quien redactó el artículo “La clase baja digital”, basa su definición de ‘consumariat’ en el concepto propuesto por el investigador y sociólogo de internet, Alexander Bard, quien lo define como aquella persona que tiene acceso a internet y a las nuevas tecnologías. Es aquel que establece relaciones con distintos sujetos alrededor del mundo y tiene el acceso inmediato a una cantidad extensa de información.

El ‘consumariat’ cree tener el control sobre sí mismo y está ligado a la idea utópica de un posible cambio en la sociedad actual mediante el reforzamiento de la conectividad entre individuos y su transparencia.

Existen distintas características y comportamientos que definen al ‘consumariat’. Por ejemplo, pasa el tiempo en las redes sociales, publicando información sobre sus actividades cotidianas y respondiendo a las actividades de sus allegados. Su entretenimiento se basa en juegos online (en su mayoría gratuitos), en la transmisión de imágenes cómicas y reenvío de correos inútiles. Muchas empresas, marcas, otorgan información sobre sus productos o actividades, capturando a personas (como el ‘consumariat’) y haciéndolas sentir parte de la empresa o parte de la actividad que estos están llevando a cabo, con un ‘like’ o un ‘retweet’.

Frente a este tipo de consumidor proletario, que eventualmente sale a las calles como modo de rebelión frente a los distintos sistemas impuestos fuera del cibermundo y que luego siente la pronta necesidad de colocarse en la fila para conseguir los últimos artefactos tecnológicos, Ugaz nos coloca al ‘netocrat’, quien también es un consumidor ‘moderno’, pero es más inteligente y más celoso con la información o los datos que proporciona acerca de su vida personal. Cuando se habla de su inteligencia, se refiere a la gran habilidad que posee para manipular los distintos medios tecnológicos, creando grupos cerrados de personas selectas con quienes solo se comunica en momentos necesarios.

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