La Evaluación de Impacto Ambiental y su papel en la Protección del Entorno

Evaluación de Impacto

Ambiental

área temática 1: La Evaluación de Impacto Ambiental y su papel en la Protección del Entorno

unidad didáctica 1:

El problema ambiental

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Si intentamos esbozar la historia de la conciencia ambiental, o preocupación por la conservación del medio ambiente, nos gustaría dirigieseis la vista hacia atrás, pero con amplitud de miras, muy lejos. Desde nuestra perspectiva, la actual, es indudable que el hombre ha avanzado a saltos. Los primeros homínidos comenzaron a pasearse por las sabanas africanas hace, año arriba o abajo, la nada desdeñable cifra de 2,5 millones de años. Para cogerle el punto a esta magnitud, tal vez sea bueno indicar que la Tierra puede tener unos 5.000 millones de años. Y que los geólogos cuando simplifican las cosas, llaman historia geológica conocida de la Tierra, al Fanerozoico, que se inicia en el  Paleozoico, o mucho más sencillo aún, el Primario, hace unos 500 millones de años.

Pues bien. En pocas líneas podemos resumir el desarrollo tecnológico o intelectual del hombre en lo que los arqueólogos denominan Paleolítico y Neolítico. El Paleolítico comprende los últimos 2,5 millones de años. Hablaremos de migraciones, desarrollos evolutivos de especies de homínidos, uso del fuego, manifestaciones artísticas y religiosas, preocupación por el más allá, y cómo no, uso de la piedra toscamente trabajada, de ahí lo de Paleolítico.

Y de repente, en el entorno del 7.000 – 6.000 a de C, en el Neolítico, surge probablemente la más importante de las revoluciones: se inicia el desarrollo de la agricultura, lo que facilita extraordinariamente la alimentación, y permite que el hombre se agrupe en cascos urbanos. Ello permite cumplir la máxima Aristotélica, el hombre es “zoom politicom”, animal político. El medio que le es propio es la ciudad. Y así ha sido. El desarrollo urbano, que cada vez se acelera más y más, ha generado una progresión intelectual sorprendentemente veloz si lo comparamos con los 2,5 millones de años anteriores. Es curioso, tal vez inquietante, que la aparición de la agricultura se produce, casi simultáneamente, en tres zonas del mundo aparentemente no interconectadas, Medio Oriente, trigo, China, arroz, y Sudamérica, maíz.

Inmediatamente a continuación se empieza a emplear la escritura para organizar la vida en común, muy importante, y se empieza a utilizar los metales, cobre, bronce y hierro.

Desde la edad del hierro, año 1000 a de C., tal vez hemos de esperar al Renacimiento para detectar un gran avance intelectual. Surgirán protestas por haber ninguneado a los egipcios y a los complicadísimos imperios del medio oriente, Babilonia, Asiria, etc, o por haber saltado alegremente el mundo grecorromano, o el surgimiento de las grandes religiones, Budismo, Confucionismo, Cristianismo e Islam. Simplificando mucho, es en el Renacimiento, y mejor aún con el Racionalismo inmediatamente posterior, cuando el hombre se atreve a escudriñar en los más hondos escondrijos de la naturaleza, en todas sus dimensiones, matemática, física, química, biología, etc., se fía de sus sentidos y de su mente, y ello le lleva a un avance científico espectacular.

E indudablemente, este avance científico tiene su recompensa, o mejor, su gran efecto, cuando a principios del siglo XVIII, Stephenson y Watt, se las ingenian para que la fuerza del vapor sustituya al hombre y a los animales en la ejecución de trabajos. Este evento nos coloca en la era industrial, con enormes beneficios para la humanidad, pero con un gran inconveniente, empezamos destruir el Planeta Tierra.

Las cosas se complican aún más a finales del XIX cuando Edison desarrolla el aprovechamiento de la energía eléctrica, y Otto el motor de explosión o de combustión interna, lo cual nos mete en la 2ª Revolución Industrial. La 3ª Revolución es la de la informática, a finales del siglo XX. Actualmente estamos en lo que Al Gore ha llamado Revolución del Medio Ambiente, por considerar que es la conservación del Planeta lo que en mayor medida va a condicionar nuestras vidas en las próximas décadas.

Pues bien, para entender el problema ambiental al que nos enfrentamos, es precisa esta perspectiva. Durante 2,5 millones de años, el hombre solo utiliza productos naturales, hasta hace poco más de tres siglos, que empieza a conocer a gran velocidad cómo manipular la materia. Y pasa a utilizar masivamente lo que se conoce como productos manufacturados. Con un ingente consumo de materias primas, generación de productos de desecho y modificación de las características físicas, químicas y biológicas del entorno. El gráfico adjunto nos da una idea de esta evolución.

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Si comparamos el anterior gráfico con el de evolución de la población mundial, gráfico siguiente, observamos un crecimiento exponencial parecido.

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La ONU estima en el 2050 una horquilla entre 10.000 y 12.000 millones de habitantes, debido a la incertidumbre sobre la evolución de la tasa de natalidad en países subdesarrollados, actualmente incomprensiblemente alta.

Es decir, tenemos una moneda con dos caras. Si bien el avance tecnológico tras las dos revoluciones industriales nos está desorganizando bastante el Planeta, no es menos cierto que en general la población mundial vive más y mejor.

Otro dato que resulta interesante para entender el problema ambiental es comparar datos de consumo de energía por persona, en diferentes ámbitos geográficos. Veámoslo.

Consumo de energía por zonas

(kWh/hab)

Es decir, tenemos un problema ambiental grave, y, de momento, solucionarlo pasa por aminorar nuestro tren de vida.

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¿Y cuando se toma conciencia del problema ambiental?. La bibliografía coincide en que el primer aldabonazo en la conciencia de los ciudadanos sobre la importancia de preservar el medio ambiente lo origina la novela de la periodista americana, Raquel Carson, Silent Spring, publicada en 1962. Carson expone los efectos de los tratamientos fitosanitarios masivos con el insecticida DDT, dicloro – difenil – tricloroetano, sustancia organoclorada. Curiosamente, a Paul Müller, químico suizo, descubridor de los efectos insecticidas del DDT, se le concedió el premio Nobel de Medicina en 1948. Porque guste, o no, supuso el descubrimiento de los insecticidas de síntesis, absolutamente indispensables para el mantenimiento de la producción agrícola, base de la alimentación humana, y para el control de las enfermedades de transmisión por insectos, como la malaria. A pesar de todo, el uso del DDT hubo de ser prohibido porque tarda mucho tiempo en biodegradarse a la intemperie, años, y, afortunadamente, pronto pudo ser sustituido por otros insecticidas que solo tardan días, incluso horas, en descomponerse en otras sustancias inocuas tras ser aplicados y ejercer su efecto.

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