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Súper frijol mexicano alternativa ante los cambios en la agricultura

2009-04-03

Diego Moctezuma, El Periódico de México

El frijol es junto con el maíz base de la alimentación del pueblo mexicano desde épocas muy remotas. A lo largo de la historia se han dado cambios en su cultivo, transformaciones que ahora lo ponen en dificultades. Ante esta amenaza representada por el cambio climático con el cual se reducirían áreas de cultivo por escasez de agua, científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) desarrollaron una variad resistente a la sequía, con las mismas características que los que se consumen comúnmente, pero que puede ser cultivado con un mínimo de líquidos en zonas semiáridas.

“Se identificó la información genética que hace tolerantes a especies naturales de frijol, mismos que se transfirieron por cruzas a otras variedades de mayor comercialización. El resultado de esta combinación dio el nacimiento de un nuevo tipo de frijol, la cual se denominará Pinto Zacatenco”, explica la investigadora Beatriz Xoconostle Cázares del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav.

La investigación, que consumió seis años de trabajo, señala que “los frijoles de los cuales se extrajo la información genética tienen la capacidad natural de resistir la sequía y generar una buena producción por hectárea, por ello, al cruzarlos, dieron vida a la nueva planta de frijol mejorado, el Pinto Zacatenco, que se logró en condiciones controladas de crecimiento, por lo que ahora deberá evaluarse en campo, con el objetivo de comprobar su resistencia y reproducir su resistencia a sequía y rendimiento que se han observado en el laboratorio”.

Es un asunto relevante, pues el frijol comenzó a sembrarse en lo que es México hace 7 mil años, y hoy es el segundo producto de mayor consumo, sólo detrás del maíz. Se calcula que en promedio cada mexicano consume nueve kilogramos de esta leguminosa al año. Por ello los científicos se han dado a la tarea de desarrollar variedades mejoradas usando técnicas de ingeniería genética, es decir, toman unas o varias características de diversas variedades de frijol para crear una nueva, que pueda sobrevivir con un mínimo de agua y dé mayor producción.

Los modificados se dan de manera natural y podrán tener aceptación inmediata en el consumidor. El consumo de frijol es importante en la dieta del mexicano, ya que es una fuente de fibra, aminoácidos esenciales y minerales; además de disminuir la tasa de colesterol. Asimismo, algunas variedades contienen sustancias anticancerígenas. Al concluir el estudio, se espera registrar esta variedad y sembrarlas inicialmente en las regiones del norte de Guanajuato, Zacatecas y

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