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MASTER EN TECNOLOGÍAS ACCESIBLES PARA EL ACCESO A LOS SERVICIOS DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN.


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2016  •  Trabajos  •  5.317 Palabras (22 Páginas)  •  195 Visitas

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MASTER EN TECNOLOGÍAS ACCESIBLES PARA EL ACCESO A LOS SERVICIOS DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN.

MÓDULO 4: Tendencias Tecnológicas en Materia de Accesibilidad.

PEC 1: Accesibilidad en los reproductores DVD.


  1. SOBRE EL DVD.

A principios de la década de los noventa se comenzaron a desarrollar dos estándares de almacenamiento óptico: uno era el multimedia compact disk (MMCD), apoyado por Philips y Sony, y el otro era el super density disk (SD), apoyado por Toshiba, Time-Warner, Matsushita Electric, Hitachi, Mitsubishi Electric, Pioneer, Thomson y JVC.

        Con el tiempo, el MMCD fue abandonado por sus desarrolladores, que se unieron al proyecto SD tras un acuerdo con Toshiba. El resultado fue la especificación 1.5 de la versión del DVD, anunciada en 1995 y finalizada en septiembre de 1996, y la creación del Consorcio del DVD (DVD Forum), compuesto por las compañías anteriormente citadas, y que tiene por misión principal controlar y mantener las normas referentes a las especificaciones técnicas concernientes al disco. Estas marcas, además de la fabricación de estos discos, se ocupan de la elaboración y salida al mercado de sus reproductores y grabadores correspondientes. Con el paso de los años, surgieron diversas modificaciones sobre el formato, que llevaron al desarrollo de lo que hoy se conoce como DVD+R y DVD+RW, los cuales fueron creados fuera de los estándares oficiales especificados por la asociación DVD Forum, ya que pertenecen a un grupo de empresas que dieron lugar al consorcio Alianza DVD.

        El DVD es, por tanto, un dispositivo de almacenamiento óptico, cuyas siglas corresponden, en inglés, con Digital Versatile Disk (Disco Versátil Digital en español). Fue el sucesor del formato VHS, empleado para vídeo en los hogares, y terminó de aniquilar los restos (si es que alguno había) del ya obsoleto Beta, también formato de vídeo doméstico. Esto nos llevó a que los reproductores y grabadores de estos formatos fueron, paulatinamente, retirándose del mercado por su obsolescencia y siendo sustituidos por otros que soportasen el nuevo, en los que poder visionar todo tipo de archivos digitales.

        Lógicamente, los cambios no tardaron mucho en llegar a la ciudadanía y, por extensión, a las diferentes empresas. Sin duda, la más afectada fue la industria cinematográfica -sus productoras y distribuidoras-, que como todas las culturales, está sometida permanentemente  a cambios. Así, si bien su eje fundamental gira en torno a la conexión cine/televisión, no rechaza otras fuentes de financiación como son el alquiler, o la venta directa. Ello viene dado porque, a pesar de que las televisiones de pago están en pleno auge, no menos cierto es que muchas de ellas realizan sus propias producciones. Además, los canales no convencionales destinados a la explotación de películas han aumentado paulatinamente con el paso de los años: el paso por salas de cine de los films es cada vez menos duradero, porque lo que se busca es rentabilizar lo más rápidamente posible cada producción, quemándola cuanto antes.

        Ello hace imprescindible, para estar al día, que no quede descartada para nadie la opción de compra de DVD con la película a ver. Es más: fueron muchos los clásicos del cine que se remasterizaron para poder ser disfrutados en este formato y que no se echasen a perder, y son puestos a la venta en colecciones y a través de diferentes vías.

        En general, este tipo de cambios suelen requerir de un período de transición para la ciudadanía, que tiene que hacerse al nuevo soporte y asimilar el manejo de nueva maquinaria. Si esto último ya de por sí es costoso para muchos, las personas con discapacidad fueron quienes más lo notaron: especialmente las personas con movilidad reducida en las extremidades superiores, ya que no pueden interactuar con comodidad con el dispositivo al carecer de alternativas a las teclas que sean válidas para ello; y personas con ceguera, o discapacidad visual, que añadieron a la dificultad para seguir muchos films en los que la imagen juega un papel fundamental, otra problemática para manejarse por los menús del DVD y con los nuevos reproductores.

        El primer problema para las personas con discapacidad visual quedó parcialmente resuelto con la introducción en nuestro país de la audiodescripción. En este sentido, en 1999 la Fundación ONCE crea la empresa Aristia Producciones, que se dedicará a la audiodescripción para ciegos de diferentes tipos de películas; este trabajo consiste en aprovechar los silencios del film para insertar, mediante voz, descripciones de las imágenes que se ven en pantalla que ayuden a contextualizar mejor al discapacitado la acción. Tiempo después, en 2003, nacería Navarra de Cine, quien en 2007 daría un gran impulso a sus actuaciones en materia de audiodescripción gracias al apoyo de la Fundación Orange, encargándose también de audiodescribir todo tipo de films y hacer sesiones en salas de cine. Éstas son las dos empresas que, principalmente, realizan audiodescripciones de films en nuestro país, que son incluidas en los extras de los DVDS comercializados por las distribuidoras del cine.

        En cambio, el segundo problema no está resuelto a día de hoy, y será el que nos ocupe en este trabajo, y al que trataremos de dar alguna solución.


  1. Análisis del Problema.

Así pues, y pese a que, como se ha demostrado, se han realizado numerosos esfuerzos en los últimos años por resolver algunos de los problemas que alejaban a las personas con ceguera o discapacidad visual del mundo del cine, la llegada del DVD ha creado otros nuevos que no terminan de acercarlas del todo.

        El problema aquí viene dado por la inaccesibilidad total de los reproductores de DVD comercializados a día de hoy en el mercado. Antiguamente, las películas en formato VHS o Beta sólo poseían la dificultad de seguimiento de imágenes para este colectivo; lo demás, era relativamente sencillo: bastaba con introducirlas en el videocassette y la cinta, nada más ser insertada en su lugar correspondiente, comenzaba a reproducirse; una vez el usuario ciego o con discapacidad visual se hacía con la disposición de los botones del aparato, podía rebovinarla o avanzar rápidamente por la película, pararla, etc. Sin embargo, esto hoy en día ha cambiado con la llegada del DVD y sus nuevos reproductores: una vez el disco es insertado en el lugar correspondiente, toca navegar por los menús del mismo y escoger, algo completamente imposible para una persona que carece de visión y, por tanto, no puede acceder a leer las letras. Para colmo, los problemas aparecen también en muchos DVDS para personas con baja visión, ya que el tamaño de dichas letras es pequeño y resulta ilegible. La conclusión, pues, es sencilla: está muy bien incluir la audiodescripción como extra en el DVD de una película, y que cada vez más títulos salgan al mercado; pero de nada sirve eso si no se solucionan otros problemas de accesibilidad que impiden a estos colectivos llegar a ella.

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