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Pavonado del metal


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  2.932 Palabras (12 Páginas)  •  308 Visitas

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Pavonado del metal

El verdadero origen del pavonado, nadie lo sabe, pero utilizándo la lógica podemos elevar varias teorías al respecto.

La suposición más símple es la protección contra la corrosión de toda la superficie expuesta de metal. Si bien el pavonado protege en buena medida, no aconsejo a nadie que descuíde la limpieza y engrase de sus armas.

Un buen pavonado en su fabricación, hace que piezas como esta lleguen lozanas a nuestros tiempos. Lógicamente las zonas de contacto pierden el pavón gradualmente. Con una adecuada limpieza y almacenamiento se garantiza la pervivencia de la pieza.

Le siguen las consideraciones táctico-bélicas, para que el centinela no vislumbre por anticipado las intenciones de un ejército invasor. Aunque también consideraremos que este punto es novedoso, correspondiente al siglo XIX, ya que anteriormente el comportamiento bélico ante el ataque era el de anunciarse con ruidosas fanfarrias, cornetas, gaitas, tambores e hímnos que enaltecían la bravura de la soldadesca, motivándoles en tal medida que en una sola batalla se contaban decenas de miles en bajas humanas. En Waterloo, con sus vistosos uniformes y pendones, murieron aproximadamente setenta y cinco mil (75.000) hombres, mientras sus Mariscales de Campo y Generales observaban el desarrollo del brillante combate desde un otero bien seguros a retaguardia.

El oficio del herrero es uno de los más arcáicos de la historia y bien saben estos que el metal, al someterlo a altas temperaturas, una vez se enfría, este se torna de color azulado. Y si además se le dota de ciertos tratamientos o añadidos, tipo de carbón de la fragua, etcétera, este se vuelve duro y frágil como el vídrio, o elástico y maleable como el plomo. Pero esto ya se denomina "temple" y será motivo de otra sección.

El tono azulado no es más que el resultado de un proceso de oxidación de la superficie del metal. Eso es, no es otra cosa más que oxidación, y esta forma una finísima capa que recubre el metal y al mismo tiempo lo protege de los agentes externos. Pero no es homogénea, es decir, que en su superfície habrá poros o micro áreas que no se hayan oxidado, fundamentalmente debido a partículas de suciedad o grasa, y que son invisibles al ojo humano; y es aquí por donde será susceptible de un ataque aún más feroz, ya que el proceso de corrosión al verse limitada en superfície, lo hará hacia el interior.

La respuesta a la primera es de Pero Grullo: Porque el agente oxidante que provocó el pavonado deja de actuar sobre el metal.

La respuesta a la segunda es algo más técnica: Porque la capa de óxido derivada del pavón tiene una estructura molecular distinta a la del metal que recubre, por lo tanto, es casi invulnerable a los agentes externos que oxidarían el metal.

La respuesta a la tercera: Por supuesto. Uno de los métodos que me enseñó mi abuelo era sumergir la pieza en vinagre (ácido acético) durante un cierto tiempo.

Existe otra forma de proteger la superficie del metal que no es otra más que dejar que se oxide bajo control, es decir, controlando la oxidación mediante cepillado del óxido y posterior aceitado ligero de la superfície hasta que esta adquiere una tonalidad marrón mate más o menos uniforme. No se considera pavón y, además, no se lo recomiento a nadie. Pero habrá quién le guste.

Esta pieza de mi propiedad, un Colt Lightning Slide Action 50-95 Express de Luxe, conserva su pavonado íntegro a pesar de su avanzada edad. Este caza-búfalos tiene 120 años.

Como ventaja, disponemos en el mercado de un buen número de productos que nos ayudarán a realizar un pavonado con todas las garantías, sin menoscabo de respetar las mínimas normas de seguridad y protección. Recordemos que estamos hablando de productos químicos.

Si no queremos perjudicarnos sin necesidad, hablemos con nuestro armero para que nos aconseje un buen producto y, dado el caso, nos dé instrucciones precisas de aplicación. Sobre todas las cosas, nos indicará que la limpieza deberá ser exhaustiva y sobre la superficie del metal no deberá quedar ni rastro de grasa. De lo contrario, el pavonado no servirá de nada y desaparecerá como si de tínta se tratara

Limpieza previa de las piezas

1.- Se debe limpiar y pulir escrupulosamente la pieza a pavonar.

2.- En un recipiente mezclamos agua con sosa cáustica hasta la saturación.

3.- Sumergimos la pieza metálica en el recipiente que contiene la mezcla anterior y se calienta hasta la ebullición del líquido. Una vez comienza la ebullición, esta se le mantiene por período de una hora. Este procedimiento hará que el metal queda totalmente limpio de grasas.

4.- Se saca la pieza y se sumerge en un recipiente con cal viva para garantizar la total eliminación de grasas.

5.- Con cuidado de no tocar la pieza con las manos, se enjuaga con agua hasta retirar todo resto de la cal.

6.- Se seca la pieza, sin tocarla con las manos y sin que entre en contacto con cualquier cosa que tenga grasa o aceite.

7.- La pieza está totalmente límpia, seca y preparada.

Tintura de acero

1.- En un recipiente de vidrio se realiza la siguiente mezcla con la ayuda de una varilla de vidrio:

Ácido clorhídrico (88 gramos)

Limaduras de acero (33 gramos)

2.- Se dejará reposar, removiéndo de vez en cuando la mezcla hasta que no queden resíduos de acero en el fondo.

Pavón azul

1.- Se limpia escrupulosamente la pieza a tratar.

2.- En un recipiente de vidrio se realiza la siguiente mezcla con la ayuda de una varilla de vidrio:

Nitrato sódico con dos partes de sosa cáustica y dos partes de agua en volumen.

3.- La mezcla se calienta hasta la ebullición fuerte.

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