Salud En El Trabajo

En estos tiempos cientos de paradigmas se han ido rompiendo dando paso a unos nuevos y a nuevas dinámicas sociales que nos permitan como individuos partes de un todo, ser aún más competitivos y profesionales.

Uno de los paradigmas cuyas transformaciones y nuevas propuestas teóricas se han ido incrementando y modificando con el pasar de los años, es el tema de los recursos humanos. Alrededor de este tema subyacen una infinidad de propuestas que se han ido desarrollando poco a poco generando propuestas muy interesantes pero sobre todo favorecedoras para el recurso humano de una empresa. Uno de estos cambios es el dejar de ver al empleado como un subordinado o colaborador y empezar a verlo más como un socio estratégico (Matabanchoy, 2012). Muchos han sido los teóricos de la actualidad los que sostienen que el capital humano es el activo más importante de una empresa, el capital intelectual cuya principal fuerza y pieza clave es el recurso humano, es visto hoy día como la principal fuerza estratégica cuyo bien o mal proceder puede significar el éxito o fracaso de una empresa.

Pues bien, bajo este tenor es que se han invertido múltiples esfuerzos en busca de generar modelos y propuestas que ayuden a dar al empleado condiciones laborales óptimas e ideales que promuevan el desarrollo máximo de su potencial, al mismo tiempo que se cultiva en ellos esa pertenencia y genera en efecto dominó una lealtad empresarial por parte del trabajador, de manera que el trabajo de retención de capital intelectual sea aún más sencillo o que incluso el “retener” deje de ser necesario.

Uno de los tantos esfuerzos que se han hecho en materia de recursos humanos es en la parte de la salud laboral. Según en el artículo leído “[…] la “salud laboral” o “salud en el trabajo” se convirtió en una especialidad de la medicina conocida también como “Medicina del trabajo”, pero es a la vez, “un elemento más del concepto de salud integral de la persona” (Matabanchoy, 2012), definiéndola en resumen como “el estado o las circunstancias de seguridad física, mental y social en que se encuentran los trabajadores en sus puestos de trabajo, con la finalidad de prever medidas de control dirigidas a fomentar el bienestar y reducir o eliminar los riesgos de enfermedades o accidentes” (Matabanchoy, 2012).

Todos los trabajos y esfuerzos hechos para velar por la seguridad integral del empleado han traído miles de beneficios para cada uno de los miembros de una organización pues, por un lado, responde a una de las necesidades primarias que el ser humano tiene, las de seguridad, y no sólo la seguridad física, sino la seguridad integral del trabajador y resultan tener tan alto impacto que se llega a reflejar, según la OMS en los índices de productividad, sostenibilidad y competitividad de una empresa.

Desafortunadamente son muy pocos los países donde esta cultura a favor de la seguridad integral del empleado se ha ido desarrollando y fomentando dentro de las organizaciones, pues muchos son los que están aún encerrados en el paradigma que implementar ciertas medidas de seguridad resultan ser “costosas” cuando en realidad el costo llega a ser aún más alto cuando se presentan demandas por accidentes laborales, indemnizaciones, etc.

Es por esto que además de buscar y desarrollar programas o modelos efectivos para el cuidado y gestión de la salud del trabajo, resulta importante también generar programas que promuevan y difundan la importancia de contar con todo un departamento encargado de este tan delicado tema.

Considero importante que se siga estudiando y generando propuestas para promover y velar por la seguridad del trabajador, pero creo es aún más relevante primero buscar generar esa cultura de cuidado en muchas empresas en las cuales incluso el recurso humano sigue siendo eso solo un recurso. Sobre todo en México es donde aún no se

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