Aburrimiento

Introducción:

¿Y qué hago ahora?, estoy aburrido, necesito hacer algo, no tengo nada que hacer. Frases que comúnmente escuchamos en los adolecentes nos dan cuenta de que no saben qué hacer con su tiempo libre, y parece más grave que les sobre el tiempo a que les falte. Si tenemos claro que los extremos son malos, angustiado por la falta de tiempo o aburrido por el exceso de tiempo, ¿Es posible que el tiempo libre no sea aburrido?

Desarrollo:

Hipótesis: El tiempo libre puede no aburrirnos pero para eso necesitamos un conocimiento personal para poder en estos momentos estar consigo mismo y así darnos cuenta de lo que queremos hacer o simplemente utilizarlo para conocernos mejor interiormente.

Demostración: Para poder conocernos a nosotros mismos necesitamos ensimismarnos (retirado hacia su interior) y dedicar tiempo a analizar que es lo que nos gusta, que queremos de la vida, no lo que quieren nuestros padres o familiares. Para ello debemos desconectarnos de nuestra exterioridad (lo que está fuera), y estando sólo con nuestra interioridad (lo que está dentro, actividad síquica).

Los seres humanos durante su tiempo biológico (tiempo que comprende desde la concepción hasta la muerte) van aprendiendo a entretenerse u ocupar su tiempo, primero con juegos o juguetes entregados por los padres o con su propia imaginación. Mucho se ve en la sociedad actual que los niños no se quedan en sus casas y “tienen” que salir los fines de semana, sobre todo los de padres separados, para entretenerse. Luego va estableciendo relación con las personas (requiere un lugar y un ambiente determinados) y va entendiendo las significaciones humanas (significados dados por el hombre a las cosas), lo que lo lleva a pasar su tiempo con otros seres humanos, por ejemplo los amigos, y deja poco tiempo para estar dentro de sí mismo (insistir) lo que los lleva a aburrirse si no están con sus pares o tienen mucho tiempo ocioso (tiempo libre de la actividad productiva).

Por lo tanto, es bueno aprender a disfrutar el espacio humano (constituye la casa de hombre, su espacio ecológico) en soledad, tener un espacios privilegiados (espacio propio donde habita el hombre) que nos permita soñar y pensar en nuestras cosas, no es necesario estar siempre haciendo algo sea productivo o no (actividades) o haciendo que todo este determinado (porvenir). Si nos conocemos, sabremos que hacer cuando no tengamos nada que hacer y disfrutaremos de cada momento de nuestra existencia. Quienes se aburren esperan encontrar en otros o en otras cosas algo que los saque de ese estado y pueden llegar a excesos con tal de probar cosas nuevas para matar el aburrimiento o en depresión.

Conclusión:

Por lo anteriormente expuesto, para que el tiempo libre no sea aburrido sólo debemos conocernos a nosotros mismos

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