Agroindustria Henequenera De Yucatán
alixli8 de Junio de 2014
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Agroindustria henequenera de Yucatán
Véase también: Industria henequenera.
Henequén. Planta llamada Ki en lengua maya. Símbolo de la agricultura del Mayab.
El “oro verde” en Yucatán, como se llegó a llamar al henequén, ki en lengua maya, agave fourcroydes técnicamente, es una planta, nativa y propia de la zona más calcárea de la Península de Yucatán (la menos fértil), cuyo monocultivo extensivo representó la médula de la economía local durante poco más de un siglo a partir de la segunda mitad del siglo XIX, hasta casi finales del siglo XX.
El henequén, hasta la fecha, alimenta una agroindustria orientada a transformar el agave, primero en una fibra que se obtiene del "raspado" o desfibrado de las hojas previamente cortadas de la planta y después en diversos artículos manufacturados mediante el corchado, que es un proceso de hilatura, de la fibra y el ulterior procesamiento textil de tal corchado.
En forma secundaria también se obtiene de la planta, particularmente del jugo, un licor parecido al tequila y ciertas substancias químicas usadas en la industria farmacéutica para la fabricación de anovulatorios, además de la cera contenida en la cutícula de sus hojas, que tiene algunas aplicaciones industriales.1
Antecedentes históricos de la agroindustria
Las grandes haciendas henequeneras que alcanzaron su máximo esplendor hacia principios del siglo XX, finalmente decayeron y la mayoría desaparecieron. Algunas, como ésta, la hacienda Yaxcopoil, fueron rescatadas y transformadas en un atractivo turístico.
La agroindustria del henequén se inicia en Yucatán aproximadamente en 1850, prácticamente a la par con la guerra de castas.2 La leyenda establece al henequén como una planta sagrada de los mayas, cuya bondad y uso fueron descubiertos por Zamná, sacerdote maya, fundador y habitante de Chichén Itzá3 y quien enseñó a su pueblo cómo beneficiarse del uso de la planta nativa (Ki). Fue así cultivado este agave en los patios de las casas de los mayas y utilizado desde la época precolombina, para obtener járcias, cordeles, sacos, bolsas, hamacas y otros implementos domésticos y de trabajo de gran utilidad.4
La gestación de esta actividad económica, que habría de marcar indeleblemente por sus repercusiones sociales y políticas la historia de esta región de la República mexicana, se basó en el aprovechamiento de esta planta natural para obtener a escala industrial una fibra dura muy resistente, con la que se fabrican diversos productos de cordelería y textiles muy usados, aún en la actualidad.
Destaca entre los usos de los cordeles de henequén, el enfardelado y el embalaje de la paja, del heno, entre otros, que deben empacarse convenientemente para sostener la alimentación del ganado estabulado durante los meses de invierno en los países del norte. Los productos derivados del agave satisficieron en su época una importante necesidad en el mercado mundial, de manera tal que la agroindustria resultó particularmente exitosa durante los primeros 90 años de su existencia (1850-1940)
Es pues a mediados del siglo XIX cuando se inició propiamente la gran agroindustria henequenera gracias a varios factores concurrentes en el tiempo:5
• El cultivo extensivo de una planta propia y natural de la región, impulsado por la propiedad feudal de las haciendas;
• La abundante mano de obra campesina ofrecida por la población maya de la región, en ese entonces en plena rebelíón (a mediados del siglo XIX se iniciaba la llamada guerra de castas), pero al mismo tiempo y paradójicamente, sometida rigurosamente;
• El desarrollo de maquinaria industrial (el "tren de raspa") que vino a facilitar el proceso de desfibración para la obtención del sosquil6 (castellanización del término maya usado para denominar la fibra del henequén: (tsots
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