Analisis criminal -CRIMEN ORGANIZADO-

-CRIMEN ORGANIZADO-

INTRODUCCION

El crimen organizado es un fenómeno indeseado en el mundo entero, ya no es concebido como un problema de orden interno de cada Estado. Al ser considerado como una preocupación de carácter global, se sobreentiende la necesidad de una actividad conjunta de los Estados para enfrentar el fenómeno, materializada en una progresiva unificación supranacional del derecho, con la finalidad de controlarlo o erradicarlo. En el caso de los países menos desarrollados puede llegar a poner en riesgo la gobernabilidad y alterar el estado de derecho y la estabilidad democrática.

CONTENIDO.

Definición del Crimen organizado

Actualmente la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional no contiene una definición precisa, ni tampoco incluye una lista de los tipos de delitos que podrían constituirlo, esto nos permite concluir que la ausencia de definición fue pensada para permitir una aplicación más amplia de la Convención a los nuevos tipos de delito que emergen constantemente, a medida que las condiciones locales, regionales y globales se modifican en el tiempo.

Luego de un pormenorizado estudio del tema, hemos concluido que se entiende por Crimen Organizado a la comisión planificada de hechos delictuosos cometidos por dos o más personas, a nivel nacional e internacional, que actúan sistemáticamente en un período de tiempo indeterminado, y está orientado a la obtención de ganancias ilícitas y poder, perturbando el orden económico, causando alarma social e inseguridad ciudadana.

Características de la delincuencia organizada.

Para poder determinar en qué casos nos encontramos frente al fenómeno de criminalidad organizada, consideramos necesario detallar una serie de características que nos permitirán dar un enfoque preciso de la misma.

Entre las principales características, encontramos que:

1. Es un grupo de carácter permanente;
2. Formado por un número indeterminado de sujetos, dos o más personas;
3. Actúan de manera organizada con reglas y regulaciones, internas y explícitas, la estructura puede ser jerárquica o flexible, lo que no significa que no esté dirigida;
4. Tiene como objetivo final la obtención de beneficios económicos o de poder;
5. El medio para alcanzar el fin es el desarrollo de actividades ilícitas;
6. Posee un alto nivel de sofisticación y división de trabajo especializado;
7. La organización asegura su supervivencia, mantenimiento y protección mediante la violencia, la corrupción de funcionarios públicos como de los medios, para establecer un control sobre sus propios miembros y/o mercados.

Estas organizaciones criminales, especialmente por su poder económico y su carácter trasnacional, poseen un potencial especialmente perjudicial para las instituciones sociales y democráticas, ya que aprovechan la jurisdicción limitada de los países para lograr su impunidad; su compleja estructura organizativa y los códigos por los cuales se rigen hacen que las posibilidades de detección de los responsables de dirigir a la asociación criminal sean reducidas.

Como lo han manifestado González y Buscaglia^[1], “la tarea de acusar y procesar a los responsables de los delitos realizados por estos grupos se dificulta aún más cuando se trata de obtener evidencias contra la delincuencia organizada (…), este tipo de delincuencia utiliza el trípode violencia – corrupción – obstrucción de la justicia para impedir la aplicación del Derecho. Por lo tanto, es frecuente que se carezca de pruebas suficientes contra los dirigentes de las organizaciones criminales porque sus acciones delictivas no son cometidas de propia mano, ni están en contacto directo con los objetos o productos de los delitos. Por otro lado existe corrupción en los cuerpos de seguridad del Estado y el Poder Judicial y las organizaciones criminales atraen a lo más prominente de los círculos financieros y políticos con que buscan protección para el desarrollo de sus negocios.”

Este fenómeno obliga a la adopción de medidas de carácter excepcional para enfrentar de manera eficaz la amenaza que plantea la criminalidad organizada. Pero muchas de las estrategias para combatirlo se encuentran en contradicción con los postulados básico del Estado de Derecho que defiende el derecho penal de garantías.

El Crimen Organizado y los Derechos Humanos.

A lo largo de la historia se ha considerado que los Estados son los encargados de garantizar los Derechos Humanos y, por ende, los que tienen la responsabilidad ante las violaciones, en la actualidad se entiende que las organizaciones criminales pueden afectar fuertemente al respeto de los Derechos Humanos.

En particular, es posible afirmar que la criminalidad compleja impacta al menos de dos formas sobre los Derechos Humanos.

Por una parte, el crimen organizado afecta de manera directa a los Derechos Humanos, puesto que algunas modalidades de la delincuencia organizada impactan sobre el humano en sí mismo. En particular, la trata de personas no respeta la dignidad de las personas, e incluso suele ir de la mano de torturas y maltratos psicológicos, lo que ha llevado a que sea considerada como “la forma moderna de esclavitud”. Asimismo, el avance del crimen organizado suele generar condiciones de inseguridad en la sociedad, lo que afecta al derecho a la seguridad que las personas tienen.

Por otra parte, la criminalidad organizada afecta a los Derechos Humanos de manera indirecta -pero no por ello menos rotunda- debido a que emplea a grupos vulnerables como mano de obra, retroalimentando las condiciones de exclusión y estigmatización social. Además, genera gastos exagerados para las sociedades en la lucha contra la criminalidad, que implican un costo de oportunidad en medidas para mejorar las condiciones socioculturales de la población. Asimismo, la inseguridad física y jurídica que el crimen organizado origina, limita de manera concreta las posibilidades de desarrollo personal de los ciudadanos.

En muchas ocasiones son las metodologías empleadas para combatir a la criminalidad organizada las que terminan profundizando la afección a los Derechos Humanos por medio de prácticas violentas y estigmatizantes.

Problemática Nacional e Internacional.

Si bien múltiples autores coinciden en cuanto a que el nivel de penetración y cooptación de las estructuras del Estado Argentino por parte de grupos criminales aún no está extendida de manera generalizada, no podemos negar que el fenómeno se ha instalado y crecido en los últimos años, a través de organizaciones en las que convergen el tráfico de drogas con otros tipos de delitos, operando con bandas delictivas locales y conectadas a sectores de fuerzas de seguridad y de la política.

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