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Aportes A La Educación Según Algunos Exponentes

28 de Agosto de 2014

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Paulo Freire

“No hay docencia sin discencia, ya que el que enseña aprende a enseñar y quien aprende enseña al aprender”

El pensamiento de Freire está enraizado sobre su concepción de hombre y de mujer entendiéndolo como un ser en el mundo y con el mundo. Lo propio del hombre y la mujer, su posición fundamental, es la de un ser en situación; es decir, un ser engarzado en el espacio y en un tiempo que su conciencia intencionada capta y trasciende. Sólo el ser humano es capaz de aprehender el mundo, "de objetivar el mundo, de tener en éste un "no yo" constituyente de su yo que, a su vez, lo constituye como un mundo de su conciencia" "La conciencia es conciencia del mundo: el mundo y la conciencia, juntos, como conciencia del mundo, se constituyen dialécticamente en un mismo movimiento, en una misma historia. En otras palabras: objetivar el mundo es historiarlo, humanizarlo. Entonces, el mundo de la conciencia no es creación, sino elaboración humana. Ese mundo no se constituye en la contemplación sino en el trabajo" (Paulo Freire, 1995: 47) El método de concientización de Freire busca rehacer críticamente el proceso dialéctico de la historización. No busca hacer que el hombre y la mujer conozcan su posibilidad de ser libres, sino que aprendan a hacer efectiva su libertad, y ejercitándola. Esta pedagogía acepta la sugestión de la antropología que va por la línea de la integración entre el pensar y el vivir, "se impone la educación como práctica de la libertad". Pero el hombre y la mujer no sólo están en el mundo, sino que también están con el mundo. Estar con él, es estar abierto al mundo, captarlo y comprenderlo; es actuar de acuerdo con sus finalidades para transformarlo. El hombre y la mujer responden a los desafíos que el mundo les va presentando y con ello, lo van cambiando dotándolo de su propio espíritu. En este sentido no se trata de cualquier hacer, sino de uno que va unido a la reflexión, “un ser que opera y operando transforma el mundo en el que vive y con el que vive" (Paulo Freire, 2003: 62) Las personas y el mundo están en constante interacción: no pueden ser entendidos fuera de esta relación, ya que el uno implica al otro. "Como un ser inconcluso y consciente de su inconclusión, el hombre es un ser de la búsqueda permanente. No podría existir el hombre sin la búsqueda, como tampoco existiría la búsqueda sin el hombre. Solamente manteniendo esta interacción se puede apreciar la verdad del mundo y del ser humano, y a la vez, comprender que la búsqueda real sólo se lleva a cabo en comunión, en diálogo y en libertad”. (Paulo Freire, 2003: 57) La metodología utilizada por Freire sigue la misma línea dialéctica: teoría y método. La metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres y las mujeres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad. En la manera en que Freire concibe la metodología, queda expresada en principales variables que sirven de coordenadas al proceso educativo como acto político y como acto de conocimiento; éstas son: la capacidad creativa y transformadora del ser humano; la capacidad de asombro, que cualquier persona tiene, sin importar la posición que ocupe en la estructura social; la naturaleza social del acto de conocimiento y la dimensión histórica de éste. Otras características del método de Freire son su movilidad y capacidad de inclusión. Por ser una pedagogía basada en la práctica, ésta está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica a la reformulación. Si el ser humano es un ser inacabado, y éste ser inacabado es el centro y motor de esta pedagogía, es obvio que el método tendrá que seguir su ritmo de dinamisidad y desarrollo como una constante reformulación. Según Freire, la educación debe comenzar por superar la contradicción educador/ a- educando. Debe basarse en una concepción abarcadora de los dos polos en una línea integradora, de manera que ambos se hagan a la vez "educadores/ as y educandos". Es imprescindible que el/ as educador/ as humanista tenga una profunda fe en el ser humano, en su poder creador y transformador de la realidad. El/la educador/a debe hacerse un compañero de los educandos. Es necesario comprender que la vida humana sólo tiene sentido en la comunión, "que el pensamiento del educador sólo gana autenticidad en la autenticidad del pensar de los educandos, mediatizados ambos por la realidad y, por ende, en la intercomunicación" (Paulo Freire 1995: 86) El pensamiento sólo encuentra su fuente generadora en la acción sobre el mundo, mundo que mediatiza las conciencias en comunión. De este modo, se hace imposible pensar la superación del ser humano sobre otro ser humano. Ideas para la reflexión de los/ as mentores/ as: La educación "... ya no puede ser el acto de depositar, de narrar, de transferir conocimientos y valores a los educandos, menos pacientes, como lo hace la educación "bancaria", sino ser un acto cognoscente. Como situación gnoseológica, en la cual el objeto cognoscible, en vez de ser el término del acto cognoscente de un sujeto, es el mediatizado de sujetos cognoscentes, educador, por un lado; educandos, por otro, la educación problematizado antepone, desde luego, la exigencia de la superación de la contradicción educador-educandos. Sin ésta no es posible la relación dialógica, indispensable a la cognoscibilidad de los sujetos cognoscentes, en torno del mismo objeto cognoscible" (Paulo Freire, 1995: 86) De esta manera, “el educador ya no es sólo aquel que educa, sino también aquel que es educado por el educando en el proceso de educación, a través del diálogo que se sostiene. Tanto el educador como el educando son a su vez educando y educador en un proceso dialéctico.” (Paulo Freire, 2003: 87) Es así como ambos se transforman en sujetos centrales del proceso en un crecimiento mutuo; aquí la autoridad requiere estar al servicio, siendo con las libertades y en ningún caso contra ellas. "Ahora, ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en comunión, mediatizados por el mundo" (Paulo Freire, 2003: 87) A su vez, los/ as educandos no son dóciles receptores, tipo depósitos de almacenaje, sino más bien se transforman en personas activas, investigadores/as críticos/as, siempre en diálogo con el/la educador/a quien, a su vez, es también un investigador/a crítico/a. Es fundamental, para realizar una educación como práctica de la libertad, negar la existencia del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo y, de la misma manera, negar la realidad del mundo separada de los/ as hombres/ mujeres. Como ya dijimos anteriormente, el ser humano sólo puede ser comprendido verdaderamente como un ser situado.A través de una educación para la libertad "los educandos van desarrollando su poder de captación y de comprensión del mundo que, en sus relaciones con él, se les presenta, no ya como una realidad estática, sino como una realidad en transformación, en proceso. ... La tendencia entonces, tanto del educador-educando como la del educando-educador, es la de establecer una forma auténtica de pensamiento y acción: pensarse a sí mismo y al mundo, simultáneamente, sin dicotómica este pensar de la acción”. (Paulo Freire, 2003: 43) Claramente aparece lo inacabado del proceso de la educación como algo propio y único del/ la hombre/ mujer que corresponde a su condición de ser histórico y de historicidad. Sólo si el/ la educando puede tomar conciencia de su verdadera condición puede apropiarse de su realidad histórica y transformarla. Se trata de una búsqueda que va en la línea de "ser cada vez más", de humanizar ser humano. Esta búsqueda de "ser más" debe ser realizada en comunión con los/ as otros/ as, en solidaridad situada.

Abraham Magendzo

Hay quienes piden que el “gobierno debe proveer marco conceptual consensuado, que le plantee al país cuál es el enfoque y los objetivos que la educación se plantea en la formación de niños y jóvenes en el siglo XXI;… “que el gobierno haga un planteamiento integral de reforma educativa en lugar de lanzar sucesivos proyectos de ley y presupuestos que no permiten una apreciación integral de la situación y las políticas propuestas (E2020). Al respecto, algunos sostienen que el gobierno no tiene un marco conceptual y que sólo ha propuesto una serie de medidas inconexas e incoherentes. Otros, por el contrario, afirman que si hay un plan y una concepción bien concebida pero que no la explicita. Personalmente me encuentro entre estos últimos. Es decir, es cierto que el gobierno no ha provisto un marco conceptual, no obstante desde las medidas que propone así como las que no propone se puede inferir esta concepción. Nótese, que la inferencia se puede hacer tanto de las medidas declaradas y como de las no declaradas; las silenciadas. La literatura educacional consulta una serie de modelos o concepciones educacionales que tienen una manera muy propia de entender el sentido último de la educación, sus propósitos, la manera de concebir el currículo, la pedagogía y la evaluación, el rol de los directores, de los profesores, de los estudiantes, de la familia etc. Al analizar las medidas propuestas por el gobierno, creo no equivocarme, que estamos frente a una concepción conductista,

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