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Arte Contemporáneo Brasileño. Un árbol Que Crece


Enviado por   •  25 de Julio de 2014  •  1.152 Palabras (5 Páginas)  •  192 Visitas

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Arte contemporáneo brasileño.

Un árbol que crece

Por Clinton López

El titulo del presente trabajo fue tomado de la obra de nuestro maestro de la plástica Darío Suro: “Arte dominicano un árbol que crece” publicado en los comienzos de los años 70 .En este trabajo abordamos el arte contemporáneo de Brasil, teniendo en cuenta su importancia y el auge inusitado que podemos ver del mismo en el ámbito del arte y el mercado internacional.

¡Brasil está de moda! es una frase que se escucha con frecuencia en los círculos artísticos del mundo, según se ha reseñado. Y no es para menos, este coloso de América del Sur que ocupa el 47% del territorio y es una (por no decir la primera) de las economías más sólida del continente, emerge con fuerza y poder en el arte.

Teniendo una presencia internacional tan sorprendente que algunos de sus artistas han logrado establecer cifras records en las grandes subastas de arte contemporáneo. Tal es el caso Beatriz Milhazes que en el año 2008, en Sothebys de Nueva York, vendió una de sus obras, la tela O Mágico, 2001 por U$ 1.049 millones de dólares, para ser superada por su compatriota la prestigiosa artista Adriana Varejáo, cuya obra Parede com Incisões a la Fontana II, 2001, en el año 2013, en la subasta de Christies, en Londres alcanzó la cifra de U$1.8 millones.

Es también relevante el hecho , de que en Sothebys, se celebrara el mismo año 2013, la primera subasta exclusiva de arte contemporáneo “Brasil vivido“, donde participaron 16 artistas brasileños con unas 50 obras ; lo que pone de manifiesto el interés y la valoración de la producción artística de este país , en los centros del arte y en el mercado mundial .

Ahora bien, es preciso destacar que los niveles de calidad de las artes visuales brasileñas no son cosas del presente. En 1935, Cándido Portinari, con su obra “ Café” recibió mención de honor en la exposición internacional de Pittsburg, y en el 1938 el Museo de Arte Moderno adquirió una de sus obras , dedicándole ( el museo ) en el 1940 una exposición individual titulada “ Portinari de Brasil “ y fue considerado por la crítica norteamericana “como el equivalente brasileño del Mexicano Diego Rivera”, situándolo junto a Héctor Poleo de Venezuela , Mario Carreño de Cuba y Antonio Berni de Argentina , como uno de los artistas realista latinoamericano influentes en los Estados Unidos .

Luego se presentó en 1943, la magnífica exposición “Construcciones brasileñas” acompañada de un interesante libro de fotografía de G.E. Kiddersmith.

Pero, a pesar de los importantes antecedentes como el manifiesto del modernismo de 1922, donde se asumen las vanguardias, sobre todo en arquitectura y urbanismo; la pintura o el arte brasileño no logra posicionarse en el exterior, ni ser conocido lo suficiente en el propio país. Según señala Marcelo Matos Araújo, Secretario de Cultura del Estado de Sao Paulo, Museólogo y ex director de la pinacoteca de la ciudad, quien afirma que en décadas pasadas había 10 o 15 coleccionistas en una ciudad que como Sao Paulo alberga a más de 15 millones de habitantes. Destacándo el enorme crecimiento del coleccionismo experimentado en lo últimos años, lo que ha cambiado el panorama al irrumpir con fuerzas estos compradores.

Igualmente han crecido las galerías

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