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Articulo Cientifico


Enviado por   •  30 de Julio de 2014  •  6.763 Palabras (28 Páginas)  •  245 Visitas

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INTRODUCCION

La Educación es concebida como un proceso continuo, evolutivo e integrador que invita a un desafío permanente a todos los que la integran, razón por la cual se hace necesario que en sus diferentes subsistemas se lleven acciones constantes, dirigidas a hacer un seguimiento cuidadoso de los objetivos educacionales propuestos.

Por tal motivo, se hace necesario la formulación y puesta en práctica de políticas coordinadas e integradas, capaces de dotar al sistema educativo de los recursos especializados, con el fin de lograr una acción gerencial eficiente en todos sus subsistemas. En este sentido, López (2010) sostiene que los gerentes educativos deben estar preparados para dirigir las Instituciones y tener pleno conocimiento de las tareas a realizar, por lo tanto, se requiere que sean profesionales de la docencia expertos en las relaciones humanas, a fin de desarrollar con efectividad las políticas dirigidas al mejoramiento de la calidad educativa.

Por tal razón, el gerente educativo, en el desempeño de sus funciones debe poseer competencias que le permitan manejar adecuadamente los problemas que se presentan a diario en la institución, permitiendo y creando un clima laboral de confianza basado en la motivación, de tal manera que esta actitud positiva facilite el logro de los objetivos previstos en el proceso educativo. De aquí, la importancia de que el director de una organización educativa, sea un individuo creativo, que maneje estrategias y técnicas para dirigir al personal docente, administrativo y obrero de la institución a su cargo, y logre de éstos sus más alta participación en los planes institucionales. En tal sentido, ha de ser un agente de cambio y gestor de desarrollo social, cuya acción genere satisfacción a los docentes, estudiantes y comunidad en general.

De igual manera, Páez (2010), señala que la responsabilidad del gerente de una Institución Escolar es compleja, pues para engranar y hacer confluir los recursos humanos, materiales y técnicos, exige un desempeño profesional que supere la tradicional forma de ejecutar las tareas. Es por ello, que no deben limitarse a impartir órdenes e instrucciones emanadas por las autoridades, por el contrario, su acción debe dirigirse a impulsar cambios, a desarrollar tareas y establecer acciones acordes con los objetivos institucionales. De allí, que a través de la ejecución de las funciones gerenciales se espera un mejor cumplimiento de las tareas asignadas a las personas que interactúan en el ámbito escolar.

En este orden de ideas, el gerente debe tener un desempeño eficiente, que permita desarrollar acciones que constituyan un marco para la apertura de las instituciones hacia la integración con la comunidad y por lo tanto, convertirse en un agente dinamizador de las necesidades educativas del entorno, logrando la autonomía de los planteles, lo que incide en la superación del deterioro institucional y del empobrecimiento del trabajo docente.

Sin embargo, Pérez (2010), señala que en la práctica en muchas Instituciones Escolares, se observa que la toma de decisiones de algunos gerentes educativos es unidireccional lo que obstaculiza la participación de las diferentes instancias que conforman la estructura institucional, limitando la creatividad y autonomía que den consistencia y viabilidad a la ejecución de las funciones administrativas. De igual forma, el gerente al asumir toda la responsabilidad en la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige y controla al personal de la institución, desconfía del personal que tiene a su cargo, solo delega funciones en aquellas personas que considera más capacitadas para emprender una actividad, sin tomar en cuenta las habilidades de las demás personas que laboran en la institución. En este sentido, esta situación trae como consecuencia bajo nivel de motivación en el personal docente, insatisfacción laboral, desinterés, poca participación en las actividades planificadas, conflictos, entre otros.

De esta manera, en la gestión de una institución educativa es imperativo contar con la presencia de un personal directivo que maneje adecuadamente estrategias gerenciales, como son la toma de decisiones consensuadas, trabajo en equipo, comunicación efectiva, negociación, inteligencia emocional, entre otras; al igual que la aplicación de las funciones administrativas relacionadas con la planificación, organización, dirección y control para el mejor funcionamiento de la organización

Sin embargo, a juicio de la autora del presente estudio, en la U.E.N. “Abdón Calderón” ubicada en Naguanagua, estado Carabobo, se practica una gerencia enmarcada en un enfoque tradicionalista, caracterizado por ser anticuado y paternalista, lo cual repercute en el buen funcionamiento de la organización. Además, se evidencia en el personal directivo incompetencia gerencial determinada por la falta de liderazgo y motivación al docente; así como debilidades en la toma de decisiones, y en el manejo de los conflictos, lo que contribuye al deterioro de las relaciones interpersonales entre el personal directivo, personal docente, personal administrativo y obrero. Todo esto, trae como consecuencia que la función directiva no se cumpla como un proceso integrador de actividades de planificación, organización, supervisión y evaluación limitando el desempeño del docente dentro de la institución.

Asimismo, en la institución mencionada, se ha observado un personal directivo resistente al cambio, con marcadas debilidades en las competencias relacionadas con el proceso de comunicación y trabajo en equipo, además de la falta de resolución de conflictos, adicionado a la poca consideración de las necesidades del recurso humano bajo su dirección, lo que ocasiona un inadecuado ambiente de trabajo y la insatisfacción laboral en el personal de la institución. En consecuencia, un manejo inadecuado de algunos de los procesos que se lleven a cabo dentro de las funciones que desempeña el gerente, podría afectar la buena prestación del servicio en la organización, y esto tendría un impacto en la calidad del servicio que se ofrece al estudiantado, afectando la productividad de la institución por cuanto el nivel de la matrícula estudiantil podría disminuir y, por ende, no llegar a cubrir las necesidades de formación académica que exige la sociedad.

Es así, como las circunstancias educativas actuales, caracterizadas por una evolución constante y compleja de los procesos, demandan de los niveles directivos la consolidación y fortalecimiento de competencias gerenciales de alto nivel, tales como el conocimiento y habilidades para liderar, dirigir, gestionar recursos, y resolver situaciones conflictivas, no sólo a nivel administrativo y de infraestructura

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