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Asesinato De Luis Donaldo Colosio Y Su Impacto En La Economía Del País.


Enviado por   •  6 de Junio de 2014  •  1.593 Palabras (7 Páginas)  •  585 Visitas

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Asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional, fue asesinado el 23 de marzo de 1994 a las 5:12 de la tarde, hora del Pacífico, 7:12 hora de la Ciudad de México. Fue herido mortalmente tras presidir un mitin en la colonia Lomas Taurinas de Tijuana, por Mario Aburto Martínez (al menos esa es la información que más peso tiene).

Mario Aburto fue condenado como el asesino de Colosio, sin embargo, hay versiones que mencionan que no pudo haber sido una sola persona, que más bien había sido idea de un grupo con mucho poder el que maquiló el asesinato y “compraron” a alguien para hacerse pasar como culpable y asesino. Los nombres que figuran tras la cortina de humo del asesinato son los de Carlos Salinas de Gortari (presidente de México en esa época), Ernesto Zedillo (coordinador de campaña de Colosio), Fernando Gutiérrez Barrios (Jefe de seguridad de Colosio), Manuel Camacho Solis (regente del D.F.), entre otros.

Como salido de un programa de asesinatos de un programa de televisión, el “Caso Colosio” ha estado en boca de todos desde hace ya 20 años y nadie sabe a ciencia cierta qué fue lo que ocurrió aquel trágico día y en momentos anteriores al asesinato.

Tras un inicio de campaña incierto y con poco impacto en la opinión pública, debido a que los reflectores los tenía entonces el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas –levantado en armas el 1 de enero de 1994– Luis Donaldo Colosio Murrieta llegó al aeropuerto “Abelardo L. Rodríguez” de la ciudad de Tijuana, Baja California, el 23 de marzo de ese mismo año, alrededor de las 16:05, de ahí se dirigió directamente a la colonia popular Lomas Taurinas, uno de los muchos asentamientos irregulares en la ciudad de Tijuana. En una explanada en pendiente, sobre la calle La Punta, se colocó un templete improvisado, montado sobre una camioneta. Unas 4 mil personas se reunieron para ver al candidato en el denominado “Acto de Unidad”.

Cerca de las 17:00 horas (tiempo del Pacífico), Colosio bajó del templete rodeado por una reducida escolta personal. Su intención era atravesar la gran explanada entre la multitud y dirigirse al puente de salida en donde le esperaba el vehículo que lo conduciría al Club Campestre de Tijuana donde continuarían sus actividades. Pero sólo caminó 10 metros entre la multitud cuando se escucharon dos detonaciones. Un disparo impactó en su cabeza y otro más en su abdomen. Colosio fue trasladado al Hospital General de Tijuana, en donde fue declarado oficialmente muerto a las 20:00 horas de ese 23 de marzo de 1994.

Muchas de las sospechas en el caso Colosio se generaron durante las horas y días inmediatos, debido a que las primeras investigaciones se realizaron en medio de un ambiente caótico en el que se ignoraron los protocolos mínimos de criminalística y se duplicaron funciones entre autoridades, todo lo cual se vio agravado por la presión política y mediática para hallar a los responsables del crimen. La tarde y noche del 23 de marzo, cuando la atención estaba centrada en la salud del candidato, la delegación de la PGR en Baja California fue completamente rebasada, lo que provocó la intervención atropellada de varias autoridades sin un hilo conductor. Así, mientras el Estado Mayor capturó y consignó al agresor, además de hallar el arma y una bala en la escena del crimen, por su cuenta la policía municipal aseguró y revisó las pertenencias del agresor, mientras que policías judiciales estatales detuvieron a Jorge Antonio Sánchez Ortega como sospechoso, pero fue el subdelegado Raúl Loza quien "encabezó" el anárquico primer interrogatorio de Aburto.

Durante esas primeras horas, se cometieron errores tan elementales como no preservar la escena del crimen, donde los peritos ministeriales y periciales reconstruyeron los hechos sin seguir un protocolo; la necropsia se realizó ante demasiadas personas, entre médicos y miembros del EMP, con una deficiente descripción del cadáver y sin establecer el plano de sustentación que permitiría determinar la trayectoria de los disparos. Además, por un descuido los peritos "lavaron" la ojiva hallada en Lomas Taurinas. Las teorías conspirativas aseguran que todas estas pifias fueron intencionales, con el fin de obstaculizar el esclarecimiento del caso.

Tras la muerte de Colosio y una gran disputa por la candidatura, se designó como candidato presidencial a Ernesto Zedillo, quien anteriormente fuera el coordinador de su campaña y persona de confianza de Salinas de Gortari (caso contrario a la relación entre Colosio y Gortari).

La muerte de Colosio se considera el primer magnicidio cometido en México desde el asesinato de Álvaro Obregón en 1928. Por el enrarecido ambiente político en el que sucedió, además de los errores, omisiones y desatinos que se cometieron en el curso de la investigación, este caso generó grandes sospechas e incredulidad entre la población. La opinión popular que prevalece es que se trató de un complot orquestado y dirigido en el seno del propio PRI, ordenado directamente por el entonces Presidente de México, Carlos Salinas

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