Balística comparativa

INTRODUCCIÓN

La balística forense, proviene del latín balista y del griego báleiv, que significa lanzar, arrojar, y es una disciplina que desde mediados del siglo XVI,  fue objeto de estudio por parte del matemático italiano Niccollo Fontana Tartaglia, Galileo, Marín Mersenne, Isaac Newton y el inglés Benjamín Robins.

Hoy en día, la balística forense estudia todo lo relacionado a las armas de fuego involucradas en hechos delictivos, las cuales a través de diferentes experticias llevan a determinar la participación de los presuntos autores o partícipes en la comisión del delito, siendo la Experticia de Comparación Balística, la que se encarga de estudiar los mecanismos que se producen en el interior del arma de fuego, que son dejados tanto en el proyectil disparado como en la concha percutida.

La presente investigación está orientada a la “Importancia de la experticia de comparación balística como prueba en el proceso penal”, siendo que en materia penal, las experticias son de gran importancia y utilidad para la comprobación de los hechos punibles, así como, para determinar las relaciones de causalidad, sin embargo, para llegar a la importancia de la experticia de comparación balística ahondaremos sobre la identificación e individualización de las armas de fuego, proyectiles disparados y conchas percutidas halladas en el sitio del suceso, así como, las medidas adoptadas por los expertos criminalisticos adscritos al del cuerpo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas, específicamente en el procedimiento para la colección de proyectiles disparados y conchas percutidas en el sitio del suceso, los estudios comparativos que por ley corresponden practicar a las evidencias (proyectiles disparados y conchas percutidas) que fueron colectadas por los expertos,  finalmente la importancia de la experticia de comparación balística como elemento de convicción en el proceso penal.

De allí pues, que la prueba de experticia, es sin duda alguna la columna central del sistema probatorio, la cual se basa en el análisis razonado de las evidencias, cosas o personas, útiles para la comprobación de los hechos, que sirven para fundamentar los argumentos y alegatos de las partes, igualmente, necesarias para llevar al juez el conocimiento de una ciencia, arte u oficio.

Indiscutiblemente, la experticia tiene una importante función en el proceso penal, llegando en muchos casos a ser determinante para la resolución de los hechos y el descubrimiento de la verdad, todo ello, con ayuda de los expertos quienes tienen un papel fundamental dentro de la investigación, puesto que, por sus conocimientos y habilidades permiten que las evidencias colectadas en el sitio del suceso formen parte de los elementos de convicción que presenta el Ministerio Público en su escrito acusatorio, que una vez admitida en la fase intermedia pasará a ser un elemento de prueba en la fase de juicio mediante el cual el juez obtendrá un convencimiento racional sobre los hechos que se ventilan en el acto propiamente dicho.

La experticia como tal, tiene su fundamento legal, en el Código Orgánico Procesal Penal, Código Civil y Código de Procedimiento Civil, la cual es considerada como mecanismo de ayuda al momento de la resolución de una investigación, con la ayuda del experto.

Finalmente, se conformaron  los siguientes capítulos:

 El Capítulo I, está basado en el planteamiento del problema, formulación del problema y justificación de la investigación, de igual manera, se explana el objetivo general y los objetivos específicos.

Capítulo II, versan los antecedentes que guardan relación con el objeto de estudio, así como también, las  bases teóricas que servirán de fundamento al momento de desarrollar la investigación.

Capítulo III, IV y V, se desarrollará todo lo referente a la metodología que se utilizará para la elaboración de la investigación.

CAPITULO  I

1. PLANTEAMIENTO Y DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

1.   Planteamiento del Problema

El ser humano desde sus inicios, observó que arrojando una piedra podía convertirse en arma, posteriormente, inventó la lanza, arcos con flechas, hasta llegar a las ballesta, estas armas fueron de utilidad hasta que se inventó la pólvora la cual se atribuye al monje Franciscano Bartoldo Schwart entre los años 1290 a 1320, con el invento de la pólvora se empezaron a hacer armas de fuego, y no es sino hasta  1835, que Samuel Colt perfeccionó el revólver.

Ahora bien, con el perfeccionamiento de las armas de fuego efectuada desde el año 1835 hasta los actuales días, y la utilización indiscriminada de las mismas ha situado a Venezuela en el Tercer País más violento del mundo, con un  total de 16.000 homicidios en 2012, que representa una tasa de 54 asesinatos por cada 100.000 habitantes, dichos resultados fueron obtenidos de la publicación realizada por el Universitario Francés Pierre Salama, especialista en América Latina.

Ante esta situación, el Ministerio Público como rector de la acción penal y conforme a lo señalado en el artículo 111 del Código Orgánico Procesal Penal, es a quien le corresponde dirigir y ordenar la investigación penal con el fin de establecer la(s) responsabilidad(es) penal del autor, autores o partícipes del hecho delictivo, responsabilidad que se determina a través de los elementos de convicción, obtenidos previo a las diligencias ordenadas y practicadas por el órgano policial comisionado.

Tomando como punto de referencia en el procedimiento de la criminalística y como parte fundamental de la aplicación del iuspuniendi, se hace, de transcendente valor el diseño y definición de una verdadera política investigativa, por lo que las diligencias, indagaciones y pesquisas tendientes al análisis y esclarecimiento de un hecho delictivo corresponden a la aplicación de procedimientos técnicos científicos que no permitan la modificación, contaminación y destrucción del sitio del suceso desde su abordaje, cuyo objetivo es el descubrimiento, explicación y prueba de los delitos, que permitan la identificación de sus autores y víctimas.

En este sentido, es pertinente resaltar, que los expertos encargados de la investigación mediante la observación de forma general y/o detallada, fijando, fotografiando, etiquetando evidencias y resguardando cada uno de los objetos activos o pasivos que se encuentran en el sitio del suceso, entre otras cosas, colectan armas de fuego, proyectiles y conchas percutidas con el fin de ser trasladadas al Área de Balística del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, para ser examinadas y analizadas por los expertos quienes determinaran los elementos de interés balísticos (impactos, orificios, soluciones de continuidad, ubicación de conchas, proyectiles, entre otros), así como, relación existente entre la Víctima – Victimario- Arma de Fuego – Sitio de Suceso, fundamentada en los conocimientos de las ciencias exactas como la Física, la Matemática y Química entre otras.

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