CIENCIA Y SOCIEDAD, UNA MIRADA DESDE LA ETICA
0531037 de Mayo de 2013
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CIENCIA Y SOCIEDAD UNA MIRADA DESDE LA ETICA
Reflexionemos acerca de la relación entre ética y ciencia a partir de la situación actual:
La ciencia y la tecnología actuales moldean centralmente al ser humano y a la sociedad: son protagonistas nucleares del desarrollo de las formas de vida que conocemos. No hay más que observar a nuestro alrededor para comprobar que estamos sumergidos en un mundo de artefactos.
Vivimos en un mundo que depende de forma creciente de la ciencia y la tecnología. Los procesos de producción, las fuentes de alimentación, la medicina, la educación, la comunicación o el transporte son todos campos cuyo presente y futuro están fuertemente ligados, al desarrollo tecno científico. La ciencia y la tecnología han contribuido de formas asombrosas a mejorar nuestras condiciones de vida, aumentando tanto la esperanza de vida como su calidad, y transformando los modos de interacción humanos. Al mismo tiempo, sin embargo, han ocasionado también problemas y riesgos que requieren un análisis serio y exhaustivo. El aumento de la contaminación, el uso de sustancias tóxicas, el deterioro progresivo del medio ambiente, la desertización, el empobrecimiento de la flora y la fauna, y los accidentes y enfermedades relacionados con la tecnología son una parte importante de estos riesgos.
La ciencia y la tecnología son elementos activos de transformación de nuestro mundo, nuestras relaciones y nuestras costumbres. Pero no son factores independientes con una dirección y un fin prefijados en su desarrollo. El análisis histórico, sociológico y filosófico del cambio tecno científico señala el papel crucial de la toma de decisiones sobre líneas de investigación, y sobre cómo implementarlas. La investigación y la innovación no tienen un único camino marcado de antemano, sino que más bien son elecciones sobre valores, decisiones humanas al fin y al cabo, las que determinan los resultados y productos conseguidos.
En este juego dialectico entre ciencia y sociedad, los valores, las normas, como principios reguladores del quehacer humano, enfrentados con los intereses, el poder, la perdida de los derechos humanos, entran en una desvalorización y llevan a pensar en una ciencia martillo que nos atemoriza. Solo serán superables estos problemas cuando al lado de la razón, ocupe su lugar la dimensión humana.
Al parecer el denominado progreso científico nos lleva a situaciones nuevas, imprevisibles, irrumpió en nuestras vidas, en nuestras creencias, alterando hasta nuestros valores. Llegamos así a la crisis actual y nos preguntamos, ¿Hasta donde es la ciencia responsable de esta situación?
El mundo se debate entre aceptación de una ciencia que produce conocimientos necesarios para el desarrollo de un país, y que además informa sobre hechos objetivos, verdades, y que son respuestas que la ciencia da a las demandas sociales.
Como vemos es toda una empresa racional, y entre el cómo y el porqué, intervienen valores: libertad, responsabilidad, amor al prójimo, derechos humanos. En una palabra el bien de la humanidad, y con ello la función de la ética, los valores morales que marcan el camino de las acciones humanas.
Podríamos concluir diciendo que la ciencia se construye como un saber comprometido con la sociedad, en tanto búsqueda de superación de problemas y en ese sentido habría una responsabilidad compartida, pero no será culpable de los daños cometidos al dejar de lado los valores que imprescindiblemente debieran acompañar a los actos de quienes ejercen el poder de decisión.
Si aceptamos la crisis en la que nos encontramos en este milenio tendremos que aceptar que se trata de una crisis ética.
Los problemas éticos surgen en la convivencia y las sociedades modernas llevadas por la búsqueda de lo conveniente, acuciadas por ansias de poder, perdieron el rumbo de lo ético, las normas perdieron
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