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CONCORDIA


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2014  •  2.513 Palabras (11 Páginas)  •  181 Visitas

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Agradezco la invitación para participar como orador en este acto. Es un importante y merecido reconocimiento a la institución que represento, el Centro de Bachillerato Tecnológico industrial y de servicios no.87 ubicado en el barrio Texcalapa de este histórico pueblo de Coxcatlán, donde también se fraguaron ardientes luchas en defensa de los nativos de esta región. Aunque son pocas las referencias directas a los discursos y comunicaciones de Miguel Hidalgo y tampoco contamos con un gran intercambio epistolar, tan habitual entre otros personajes de la época, o con producción literaria propia, es posible adentrarnos en su pensamiento y su personalidad, más allá de una mera descripción biográfica, a través del registro de sus acciones, de sus discípulos y su circunstancia gloriosa de nuestra patria.

En junio de 1765 el joven Miguel Hidalgo y su hermano José Joaquín ingresaron al querido Colegio de San Nicolás, entonces de San Nicolás Obispo, en el hoy Morelia Michoacan.

En esa institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, a San Jerónimo y Virgilio. A los diecisiete años de edad ya era maestro de filosofía y teología. Sus amigos y condiscípulos le apodaban "El Zorro", por su inteligencia, su dedicación al estudio y su astucia. Aprendió francés y leyó a Moliere, a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales de la parroquia de Dolores. Entendía además varias lenguas indígenas, principalmente otomí, náhuatl y purépecha. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases de latín y filosofía a la vez que seguía sus estudios. Concluidos éstos trabajó en su alma máter como tesorero, como maestro y como rector.

Hidalgo supo rodearse de grandes talentos a quienes influyó de manera determinante en el cultivo del conocimiento y del compromiso social. Desde su época como profesor en el Colegio de San Nicolás, reconoció espíritus indómitos como el suyo. Una de sus grandes virtudes fue el saber complementar sus ideas con las de los demás. Entre estos grandes hombres y mujeres destacan los capitanes Aldama y Allende, quienes aportaron su pericia militar a los primeros momentos del movimiento insurgente y, por supuesto, Don José María Morelos en quien Hidalgo reconoció al gran estratega militar, a la conciencia social que dotaría a la Insurgencia de un contenido mucho más profundo. Morelos supo recoger las principales ideas de Hidalgo y darles forma con ayuda de otros como Don Ignacio López Rayón.

En las ideas y los proyectos de los insurgentes, encontramos como común denominador la fuerte personalidad de Hidalgo, la impronta que su ideario marcó a todos los que participaron en la emancipación de nuestro País. Cada uno de los insurgentes, desde sus propios saberes, con su peculiar origen y destino, tiene como referencia al Cura que un 16 de septiembre como hoy dio el primer grito libertario de México. Así, El Zorro es la potente fuerza centrífuga del movimiento, el origen y el retorno del mismo; la inspiración y la realidad.

Don Miguel no pudo ver concluida su obra. Pocos de quienes inician una tarea de esta magnitud llegan a disfrutar las mieles del triunfo. Sin embargo, el pensamiento de Hidalgo fue el hilo conductor que llegó hasta Guerrero e Iturbide, y hoy día sigue presente en el devenir constitucional de nuestro país, cobrando cada día mayor vigencia.

El ideario y liderazgo de Hidalgo, fue forjado con estudio y dedicación. Hidalgo no fue un flautista de Hamelin que arrastraba multitudes. Fue un líder producto de la mejor educación de su tiempo, un cerebro cultivado, y un hombre con una sensibilidad especial no sólo hacia los autores europeos y americanos de la época sino a hacia los indígenas y los mestizos. Las lecturas del Zorro no sólo fueron los ilustrados racionalistas, Hidalgo no se conformó con el solaz de las ideas de la intelectualidad, tantas veces lejana de la realidad social; supo también acercarse a otras formas de ver el mundo, conoció y reconoció la sabiduría popular, aquella que resulta de la experiencia viva, que sin artificios cientificistas da forma a las cosas comunes y a las trascendentes. De la mano de autores como Moliere, a quien tradujo magistralmente del francés, el Zorro reconoce la sabiduría del pueblo.

Los hombres con vocación de docencia saben que la verdadera trascendencia se alcanza a través de los alumnos, que mejor reflejo de la trascendencia del cura de Dolores que ver reflejada su impronta en Los Sentimientos de la Nación. En este documento, primigenio germen del constitucionalismo mexicano, Morelos retoma el ideario del Zorro, destacando que el presupuesto básico de la democracia es la equidad, todos somos iguales ante la ley, sólo nos distingue la virtud o el vicio de sus acciones.

Para alcanzar la equidad dice el cura de Carácuaro se deben moderar la opulencia y la indigencia. Y la mejor manera de moderarlas será que el hijo del labrador reciba la educación como el hijo del más rico hacendado.

Para Morelos legislador, las leyes no sólo deben ser dictadas por los más sabios sino que deben ser superiores a todo hombre.

Estos son ideales con vigencia total en nuestros días.

Hidalgo era además un hombre carismático. Su popularidad fue producto de su autoridad como hombre culto, erudito y prudente, de su inteligencia y de su cultura. Las crónicas de la época no sólo hablan de su brillante oratoria, sino de su refinado gusto por la buena lectura y la buena mesa. Si los hombres pueden ser conocidos por sus gustos literarios, la biblioteca del Padre de la Patria no deja dudas sobre su visión del Mundo. Esa fuerte personalidad aunada al conocimiento cultivado convirtieron a Don Miguel Hidalgo en un personaje irresistible, en un magneto capaz de atraer las más diversas manifestaciones de la sociedad y capaz, como solamente él pudo hacerlo, de iniciar el movimiento que nos dio Patria.

Hidalgo defendió, por sobre todas las cosas la libertad del hombre. Su primer decreto de abolición de la esclavitud, que vio la luz en Morelia Michoacan, aún antes de la proclama de la ciudad de Guadalajara, fue sólo el inicio de una lucha por la igualdad y la equidad, una lucha que, desafortunadamente, no ha concluido.

La libertad no se conquista por decreto, ni por ley máxima de los hombres. La libertad es un principio que se construye sobre la base del disfrute de los mínimos derechos que permitan al ser humano contar con alternativas y gozar por completo de la autodeterminación de su persona. La verdadera libertad requiere opciones, alternativas y exige conocimiento y responsabilidad en la toma de decisiones. No podemos hablar de libertad sin educación, libertad sin empleo, libertad sin seguridad.

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