ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CORAZÓN DE PIEDRA.


Enviado por   •  19 de Marzo de 2014  •  1.067 Palabras (5 Páginas)  •  310 Visitas

Página 1 de 5

CORAZÓN DE PIEDRA.

Corazonada era una ciudad muy pequeña habitada sólo por ratones, todos bigotudos y orejones. El nombre de la ciudad se debía a que, si bien en apariencia todos los ratones eran igualitos, se distinguían por su corazón.

Los había con corazones grandes, otros pequeños, algunos más enamoradizos, otros un poco más duros y algunos más blandos.

Corazón de Piedra era un ratón de mediana edad al que todos llamaban así porque realmente daba la impresión de tener una roca en lugar de corazón. No era que fuese malo, sino que parecía siempre enojado y tenía muy pocos amigos. Todos decían que, con el tiempo, su corazón se había endurecido y era cierto.

Corazón de Piedra no siempre había sido así. Cuando era un pequeño tenía el corazón blandito, tierno y de color rosa. Era un ratoncito como todos, excepto por un problema: no sabía perdonar.

Cuando tenía apenas un añito, un amiguito –sin maldad alguna y sólo por hacer una travesura- le escondió su chupete preferido que tenía sabor a queso Roquefort y era de color azul. Nuestro ratoncito lloró mucho al no encontrar el chupete, tanto que hubo que sacar el agua de su cuevita con veinte baldecitos.

Como su amiguito vio que la cosa se estaba complicando, fue en búsqueda del chupete de Roquefort y se lo devolvió.

– ¡Pensé que lo había perdido! ¡Sos un tonto! Gritó Corazón de Piedra enfurecido, mientras chupaba el chupete y se secaba las lágrimas.

–Perdón amigo, no pensé que te pondrías tan mal, sólo quise hacer una broma. Se justificó corazón de chocolate (así le decían porque era un ratón de color marrón oscuro).

– ¡Qué perdón, ni perdón! Ya no soy más tu amigo y no te voy a perdonar jamás. Volvió a gritar el ratoncito que seguía muy enojado.

Corazón de Chocolate se fue muy triste, pues realmente no había querido dañar a su amigo. Pensó que, con el tiempo, el enojo pasaría pero no fue así. Corazón de Piedra jamás volvió a dirigirle la palabra.

Cuando empezó el colegio, un compañerito un poco atolondrado tropezó con nuestro ratoncito, quien con el golpe dejo caer los útiles al piso. La cartuchera con aspecto de quesera que Corazón de Piedra tanto amaba, quedó aplastada y muy sucia. Inútil fue tratar de hacerle entender que había sido un accidente y que nadie había querido dañarlo a él o a su amada cartuchera.

Como una vez más, nuestro ratón no quiso perdonar a su compañero, perdió así otro amigo más y fueron muchos los que quedaron en el camino.

El tiempo fue pasando y parecía que con cada perdón no dado, su corazón se convertía más y más es una roca. Perdió su color rosa, se volvió gris, duro y seco, como si no tuviese vida.

Corazón de Esponja, en cambio, era un ratón que siempre perdonaba y que tenía muchísimos amigos. Decía que en cada poro de esa hermosa esponjita que era su corazón, había un amor y sus poros eran muchos realmente.

Como era muy bueno, pensó en que algo debía hacer por Corazón de Piedra. No se resignaba a que el corazón de este ratón siguiera endureciéndose más y más cada día.

Ideó un plan. Debía hacer que Corazón de Piedra entendiese realmente el valor del perdón.

Llamó a todos aquellos ratoncitos a quienes nuestro amigo no había perdonado. Eran

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (6.3 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com