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Camila Gray

MariaCorreavinaTutorial11 de Diciembre de 2013

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PRÓLOGO

Camila Gray, una joven de 18 años, nació en Londres Inglaterra, una chica increíblemente bella, estatura media 1.60, cuerpo envidiable, unos bellos ojos verdes, grandes con unas hermosas pestañas, nariz respingada, y unos labios carnosos. Cabello pelirrojo casi hasta los glúteos con unos chinos en las puntas.

Hija de dos “herederos” de enormes fortunas. Mathew Gray, hijo de dueños de una cadena de Hoteles y Jane Blair, familia Blair millonarios, realmente nadie sabe bien el porqué, dicen que es por sus empresas arquitectónicas, pero las malas lenguas dicen que lo son por un fraude que Michael Blair (bis abuelo de Jane) cometió unos años atrás. Realmente nadie sabe la verdad. Tienen tres hijos Matt Gray de 21 años, Camila Gray de 18 y William Gray de 15.

Camila, la chica popular de la escuela, bella, amigable, sincera, honesta, responsable, respetuosa, inteligente, la mujer perfecta ante los ojos de cualquier hombre. Una chica con muchos sueños, pero el mayor fue, es y será ser chef, pero este será truncado cuando se dé cuenta que esta ¡embarazada!

CAPÍTULO 1

Caminaba de un lado para otro con el teléfono pegado a la oreja.

--CON UN CARAJO AZUL CONTESTA—gritaba desesperada.

Marcaba y colgaba al ver que su “amiga” no era buena para contestarle, una, dos, tres, ocho, veinte veces más intento, pero todo era en vano, Azul no contestaba.

Se dejó caer pesadamente en su enorme cama y grito lo más fuerte que pudo.

--¿Por qué cuando más te necesito no estas para mí?—dijo viendo una fotografía de ella con su inseparable amiga Azul, blue como le decía ella.

Se escucharon unos desesperados golpes en la puerta y se levantó rápidamente a abrir.

--¿Qué paso?—pregunto Dorothea, su nana.

--nada Dothy, es solo que, Azul no me contesta y la necesito—decía rápidamente.

--¿y por eso gritaste?—enarcó una ceja.

--lo siento—se disculpó con una tímida risa.

--trata de no gritar más, por favor, tengo muchas cosas que hacer y no quiero tener que estar viniendo cada 5 minutos—decía mientras desaparecía por el inmenso pasillo.

Cerró la puerta y se resbaló por esta hasta llegar al suelo.

--¿Dónde estarás?—se preguntaba—es raro que no contestes blue blue—

Comenzó a sonar RUNAWAY de Bruno Mars, y eso solo indicaba que Azul llamaba. Se levantó a la velocidad de luz en busca del pequeño aparato, el cual no podía encontrar por ningún lado.

--CON UN CARAJO, LO DEJE EN LA CAMA—bufaba molesta—OH AQUÍ ESTA—se metió debajo de la cama, lo tomó y contestó—

**llamada**

--AZUL QUE BUENO QUE ME CONTESTAS TE NECESITO COMO NO TIENES UNA IDEA—hablaba rápido.

--hey tranquila—rió--¿para qué soy buena?—dijo con un tono gracioso.

--pues mira—tomo aire—espera, ¿Por qué no me contestabas?, te llame ocho mil veces—agudizo mi voz.

--ay Camila cuantas veces te tengo que decir que no seas exagerada, solo fueron 25—soltó una carcajada—por cierto ¿Por qué tantos ánimos para hablar conmigo?—preguntó curiosa.

--necesito que vengas a mi casa, en este preciso momento—suplico.

--¿para qué Camila?—preguntó fastidiada—no quiero caminar—

--no camines, toma el auto y listo—

--estoy castigada, no me lo prestaran—dijo en tono obvio.

--pues no sé, dile a tu hermano que te traiga Blue Blue, te necesito por favor—dije con la voz entrecortada.

--ok—bufó—voy para allá.

--gracias—

**fin llamada**

Aventó el celular a la cama y bajo por un vaso de agua, subió a su habitación y volvió a bajar por un emparedado, los antojos cada vez eran más, cosa que no le agradaba para nada. Cuando estaba por dar la última mordida el timbre de la casa sonó.

--YO VOY—grito mientras corría presurosa a la puerta, abrió y ahí esta una de sus mejores amigas Azul Morrison, una chica de alrededor de 1.60 de estatura, su Cabello una mezcla de castaño oscuro y rojizo, con unos rulos hermosos, largo hasta la cintura, ojos marrones, con pestañas muy largas y arqueadas, cuerpo delgado y con curvas, piernas largas, labios carnosos y rosados, una nariz respingada y tez blanca.

--¿Qué pasa?—preguntó separándose del abrazo que le daba su amiga.

--ven—tomo su mano y corrió hasta su habitación, una vez que estuvieron ahí, cierro la puerta con pestillo—Blue, siéntate—

--ok—contestó mientras se aventaba al cómodo acolchonado.

--bueno—tomo aire—tengo un retraso—cierro los ojos esperando la reacción de su amiga, la cual no decía absolutamente nada, abrió un ojo y después el otro y se encontró con una Azul en shock—Azul—pasaba su mano enfrente de los ojos de la castaña—Blue, ¿estás bien?—pregunto nerviosa.

--¿Cómo que tienes un retraso?—preguntó sorprendida.

--si—dijo cabizbaja—pero todavía no sé si estoy embarazada—se sentó a su lado

--tenemos que sacarnos de dudas—

--lo sé, de hecho tengo una prueba casera dentro en el baño—jugaba nerviosamente con su largo cabello.

--¿Y QUE ESPERAS?—la arrastró hasta el baño.

Leyeron las instrucciones e hicieron lo que decía, una vez que hicieron lo debido tenían que esperas 3 minutos.

Salieron del baño, Azul se acostó boca arriba y Camila daba vueltas por toda su habitación.

--harás un hoyo si sigues así—dijo riendo.

--¿y cómo quieres que este?, ¿feliz?, no Blue, puede que esté embarazada, ESTOY NERVIOSA—se defendió.

--lo se Gray lo sé, pero eso no hará que no lo estés—

--¿Cuánto tiempo ha pasado?—pregunté mirando el reloj que tenía colgado

--cinco minutos—dijo Azul y corrieron al baño.

Tomo la pequeña prueba y vio el resultado.

--¿Qué, que es?—preguntaba Azul ansiosa por saber la respuesta.

Camila Levantó su mirada cristalina hacia su amiga.

--positivo—

CAPÍTULO 2

Esto no podía ser verdad, estoy embarazada, ¿Qué haré?, ¿Cómo le diré a mis papás que será mamá? Pero lo más importante ¿Cómo le diré al papá de mi hijo?

--¿segura?—Azul me arrebató la prueba y trago saliva—sí, es positivo—volteó a verme

--es….es…--no pude más y me solté a llorar.

--Camila, tranquilízate—me abrazó.---veras que todo saldrá bien, no tienes nada de qué preocuparte.

--Azul por Dios, mis padres me matarán—decía llorando—tengo 18 años, soy prácticamente una niña para estar embarazada—

--no Camila, no eres ninguna niña, tienes 18 años, eres lo suficientemente madura para hacerte cargo de un niño—

--pero no estoy lista para ser mamá—sollocé—soy una estúpida—encuné mi rostro entre mis manos.

--eso no te lo discuto—la fulminé con la mirada—mira amiga, no te lo digo para que te molestes, pero ¿no se cuidaban?—

--claro que nos cuidábamos, obviamente—contesté frustrada, siempre nos cuidamos.

--¿tú o él?—enarcó una ceja

--él—contesté—siempre usábamos condón, siempre Azul—

--y sabes que no es 100% seguro ¿cierto?—

--CLARO QUE LO SE, MIRAME ESTOY EMBARAZADA, CREO QUE ESO ES LA PRUEBA QUE NO ES 100% SEGURO—grité desesperada—en realidad siempre he pensado que el condón es más para evitar enfermedades—proseguí dejándome caer en la cama.

--y si “siempre”—hizo comillas—has pensado que es para evitar enfermedades, ¿Por qué te cuidabas con eso?—preguntó extrañada

Encogí mis hombros en señal de “no lo sé”

--¿le dirás a tus padres?—se acostó a mi lado.

--claro que tengo que decirles a mis padres, de todos modos se enteraran, digamos que no podré ocultarlo mucho tiempo—reí nerviosa—me matarán—suspiré.

--lo entenderán—dijo tranquila.

--eso espero, pero el que me preocupa más es Chris—volteé a verla--¿Cómo le diré que seremos papás?—pregunté esperando la mejor respuesta.

--no lo sé Camila, que te parece “Chris estoy embarazada, hazte cargo”—imitó mi voz.

--pésima imitación—soltamos una carcajada—y no será tan sencillo Blue, no lo será—respiré hondo.

--estoy segura que las chicas estarán felices—cantó con una enorme sonrisa.

--lo sé, eso es algo que me alegra, que si llegara a pasar que mis padres o Chris no me apoyan, las tendré a ustedes como soporte—tomé su mano.

--siempre amiga, siempre—me sonrió.

Seguimos platicando de cosas triviales acerca del embarazo, cuando alguien toco la puerta de mi recamara, presurosa me levanta para abrir y ahí estaba Matt

--¿Qué pasa?—pregunté.

--te buscan—dijo de mala gana.

--¿Quién?—

--¿Qué te parece ir a ver quién es?—contestó burlón.

--Matt dime quien es—supliqué—oh si no, no bajare—amenacé.

--has lo que quieras—se dio media vuelta decidido a irse—

--MATT, ¿Quién es?, ¿Por qué eres tan inmaduro?, tienes 21 años, ¿no crees que es tiempo de comenzar a madurar?—decía mientras bajaba las escaleras para llegar hasta la puerta—AZUL IRÉ ABAJO—grité y escuché un “ok” por parte

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