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Características De Las Empresas Sustentables


Enviado por   •  6 de Junio de 2015  •  3.837 Palabras (16 Páginas)  •  892 Visitas

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CARACTERÍSTICAS DE LAS EMPRESAS SUSTENTABLES

La empresa y la sustentabilidad

Actualmente, los Gobiernos no deben ser los únicos responsables de llevar a cabo proyectos viables en esta materia. Las empresas también deben jugar un rol importante en la viabilidad de estas propuestas sustentables. ¿De qué manera pueden lograrlo? Mejorando e incentivando cada día más los niveles sociales de sus trabajadores (salario, condiciones laborales, beneficios, cursos de aprendizaje, etc.), alineando sus actividades con el impacto social y la preservación ambiental.

La manera en que cada empresa enfrente el desarrollo sustentable, dependerá de las condiciones ecológicas, económicas y sociales en el que se desarrolle su entorno. En un país donde imperen altas tasas de pobreza se manejará esta actividad de diferente manera, que en aquella región desarrollada donde no exista este problema, pero sí otras necesidades de tipo ambiental, por ejemplo.

La empresa "debería plantearse la pregunta acerca de cuál es la ecuación en que se encuentra situada (diagnóstico) y la forma del triángulo que resulta mejor para lograr que su negocio sea lo más sostenible en el tiempo. Por otra parte, ya no debería ser novedad para ningún empresario que el entorno de sus negocios es y seguirá siendo tremendamente dinámico".

Objetivos del desarrollo sustentable

• Revitalizar el crecimiento económico

• Atender y brindarle solución a las principales necesidades de la población

• Conservar los recursos naturales

• Tomar en cuenta las repercusiones del medio ambiente en la toma de decisiones

• Impulsar la capacitación tecnológica

• Elevar los niveles de producción, para generar ingresos de exportación

Ética y el fin de la empresa

De aquí podemos derivar el concepto de ética en lo que se relaciona con la empresa y decir que todo lo que no cumple con la misión de la empresa, con su naturaleza, no es ético. Si se atenta contra su carácter de comunidad de personas, o se destruye su capacidad de generar riqueza, si atenta contra su posibilidad de perpetuarse, atenta contra el fin de la empresa y actúa en contra de la ética.

Cumplir con la ley es una característica primera y fundamental. Sin ello, están en peligro la permanencia de la empresa o su carácter de comunidad de personas. Pero la ética implica cumplir con la ley, no por evadir la sanción, sino sobre todo porque es correcta. Significa buscar la justicia, incluso cuando no haya obligación legal: auto-controlarse, porque garantiza a la empresa cumplir con sus fines de manera continuada y sustentable.

Ética y transparencia: responsabilidad social

Si trasladamos estos principios a la realidad social de la empresa, a su relación con su entorno e incluso con sus propios accionistas, empleados, clientes y proveedores, vemos cómo la ética en la empresa se traduce en una práctica de transparencia.

La transparencia no significa por supuesto revelar secretos industriales o información sensible, de carácter competitivo, sino la disposición efectiva a mostrar los principios de acción y las decisiones para su adecuado control social.

Implica generar confianza entre todos los stakeholders, colaboración activa y proactiva con la autoridad, educar a quienes colaboran en ella sobre la práctica de la ética y colaborar con otras empresas, en la misma industria, para que todos adopten la ética y las buenas prácticas y se cumplan de manera efectiva.

La última relación conceptual es la que se establece entre la ética y la responsabilidad social. Hablar de responsabilidad, primero que nada, es hablar de capacidad para responder. Por eso se puede afirmar que nadie puede ser responsable de aquello de lo que no es capaz. Pero ser capaz no significa estar obligado. Se es responsable de aquello de lo que se es capaz, y que además queda dentro de la esfera específica de actividad y control en la que uno se mueve.

No sólo valor económico

¿Por qué la empresa debe ser socialmente responsable? En primer lugar, tendríamos que decir, porque puede. La responsabilidad social de la empresa es una obligación en la medida en la que la empresa puede –e incluso debe– responder a sus accionistas, empleados, clientes, proveedores y a la sociedad en la que se desarrolla.

De igual manera es responsable con el medio ambiente que se ve afectado en mayor o menor medida por su propia actividad productiva. Tiene el deber ético de generar riqueza sin destruir valor.

Más aún, debe generar valor económico y valor social al mismo tiempo, lo que permite asegurar la sustentabilidad de la generación de la riqueza. Recordemos que la empresa es una comunidad de personas que genera riqueza de manera sostenida. Y todo lo que haga la empresa en contra de su fin, es, como habíamos dicho, falto de ética.

Si vemos la realidad así, es problemático suponer que una empresa puede depredar todos los recursos naturales que tenga a su alcance y simplemente «pagar» por ello. Por supuesto, sería mucho peor que ni siquiera pagara por los daños medioambientales que causa, pero hoy sabemos que pagar no es suficiente, sobre todo porque no es sustentable.

Genera valor social

La empresa, como comunidad de personas dedicada a generar riqueza de manera sostenida, por su propia naturaleza, genera valor social, si es que hace las cosas bien.

Genera valor social porque construye comunidad hacia dentro, entre los colaboradores que la integran; educa, capacita y mantiene una cohesión social y una identidad propias. Lo genera también al cumplir su función económica específica, entregando productos y servicios de calidad al mejor precio posible e impulsando y colaborando con sus proveedores o clientes, necesarios para llevar a cabo su actividad sustantiva.

Las organizaciones que generan valor económico a costa del valor social que les reclaman sus clientes y proveedores, tienen sus días contados, terminarán destruyéndose a sí mismas. Por último, y no menos importante, la empresa genera valor social en el propio entorno en el que se inserta y trabaja; en la sociedad a la que sirve y de la que se nutre; en el Estado en el que existe, produce y comercia.

Paga impuestos, obviamente, pero también genera ciudadanía: influye en los valores sociales, crea y difunde innovaciones que permiten

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