Causas Y Efectos De La Procrastinación

Causas y efectos de la procrastinación

Gabriela Soberanis Madrid (*)

Miércoles, 20 de noviembre de 2013

Las cosas en la vida no suceden por sí solas, si quieres cambios en tu vida deja de postergar.

El hábito de postergar y sus efectos ha atraído fuertemente la atención de los investigadores de la Ciencia del Comportamiento, especialmente en los últimos tiempos, cuando de la mano con la globalización, la importancia de la productividad y el rendimiento laboral ha ido cobrando relevancia para directores y gerentes de negocio, que atribuyen a esta conducta pérdidas económicas importantes.

Un estudio sobre la jornada laboral en Estados Unidos estima que el 25% de la misma es improductiva a causa de los hábitos de procrastinación de la gente. Llama mi atención este porcentaje y de haber encontrado estudios confiables sobre la productividad de las jornadas laborales en México, las mencionaría. Lo cierto es que el tema es relativamente nuevo y apenas comienzan a realizarse trabajos de investigación al respecto que revelan la raíz del problema y realidad de sus efectos.

El término viene de inglés procrastinate, que significa “dejar para mañana”. Algunas traducciones habituales pueden ser aplazar, posponer o postergar. Es importante hacer notar que estos vocablos no son exactos en su traducción, debido a que no tienen implícita la idea de hábito. La procrastinación es en sí el hábito de “dejar para después” actividades o compromisos, sustituyéndolos por otros más agradables o menos importantes. Es una dilación constante acompañada de complejas tácticas de autoengaño para postergar una y otra vez una actividad.

Las explicaciones psicológicas para este tipo de comportamiento son variadas, así como los efectos a nivel emocional y físico que tienen para el individuo. Diferentes estudios sugieren que la causa raíz del problema se encuentra en personas con impulsividad, ansiedad y depresión. El psicólogo Timothy Pychyl, director del Grupo de Investigación en Postergación de la Universidad de Carleton (Ottawa, Canadá), indica que la procrastinación se trata de un mecanismo de defensa inconsciente para quien puede tener una baja autoestima, miedo al fracaso o un perfeccionismo extremo al momento de enfrentarse a un desafío que le causa inseguridad.

Lo cierto es que tiene costos muy altos que van desde los financieros hasta los laborales, de salud e incluso en las relaciones personales. Pychyl lo sintetiza de la siguiente manera: “La postergación va socavando el bienestar de las personas en forma amplia”.

Las personas inmersas en la costumbre de posponer generalmente dependen de factores externos –casi siempre ilusorios– para dar salida a sus compromisos y responsabilidades, por lo tanto, terminan presentando graves cuadros

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