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Ciencias Politicas


Enviado por   •  14 de Abril de 2014  •  5.722 Palabras (23 Páginas)  •  166 Visitas

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CAPITULO I - TEORIA POLITICA Y PRACTICA POLITICA EN PLATON - A. PORATTI.

La polis fue la matriz que posibilito el periodo griego propiamente creador, no el clásico (SV-IV) sino el arcaico (S VIII-VI). Pero la polis no es un concepto sino un resultado de un proceso, o este proceso mismo, cuyas raíces se hunden por detrás de la misma Grecia histórica en la gran civilización de la Edad del Bronce que se conoce como Cultura Micénica, una civilización “palacial”: pequeños territorios alrededor de un centro, el Palacio, habitado por el Rey y organizados mediante una compleja burocracia que aparecen como un perfecto ejemplo de economía “redistributiva”. El Palacio constituye un centro de poder sobresaturado. Cuando hacia 1200 aparecen en escena nuevos migrantes, la civilización micénica colapsa y se da paso a la llamada Edad Oscura con la que empezaría la historia de Grecia propiamente dicha. El telón vuelve nuevamente a levantarse con la reapertura del Mediterráneo a la navegación griega, que supone el pasaje de la economía agraria de subsistencia al comercio y la producción de exportación con el fenómeno complementario de la fundación de colonias en Sicilia e Italia y el Mar negro, la organización definitiva de los poemas Homéricos, la reintroducción de la escritura ahora con el alfabeto fenicio, e indicios de la emergencia de la polis. En Homero, la Polis designa la ciudadela, que luego será llamada Acrópolis. En las ciudades Micénicas, ese solía ser el lugar del Palacio. Desaparecido el rey Micénico, el lugar queda simbólicamente vacío y no va a surgir ningún otro poder que vuelva a llenarlo. Los poderosos van configurando una cultura aristocrática tejida por las relaciones, muchas veces “internacionales”, de amistad y de competencia a la vez (agón). El conflicto aparecerá cuando el crecimiento de la población y las nuevas perspectivas económicas pongan en crisis a la sociedad agrícola tradicional y los campesinos se enfrenten a los terratenientes nobles. Esto llevara a sacar a luz el conocimiento del Derecho Tradicional que los habilita para tomar decisiones judiciales y la titularidad de los cultos como cultos del clan o familia. Ahora las formulas judiciales se pondrán por escrito y la Ley así establecida valdrá como ley de la Ciudad con independencia de cualquier autoridad personal o familiar: nace el Estado De Derecho. El ídolo del culto familiar se convertirá en la Diosa o el Dios de la Ciudad que se abre a ella en el templo y este se abre al espacio dejado por el Palacio, en el cual se expondrán públicamente las leyes, grabadas en tablas. El lugar pasara a llamarse Ágora, la institución que en Homero era la discusión solemne de los jefes en presencia del ejercito, en la cual el que hablaba estaba religiosamente protegido por la sustentación del cetro. El conflicto llevado a la palabra sobre el fondo de la ley será la condición de posibilidad del LOGOS. Con Heráclito aparece por primera vez la palabra Logos, que significa tanto la inteligibilidad que hay en la realidad como la posibilidad humana de captarla y de decirla. El Logos Heráclito, en cuanto a estructura o leu del acontecer es esta dinámica de los opuestos, el conflicto anida en la justicia misma y la constituye, expresa lo que podríamos llamar la metafísica del conflicto político, la inteligencia y el lenguaje del hombre están respaldado por lo “común” de todas las cosas, así como la ley, que es lo común político respalda la ciudad. “todas las leyes humanas se alimentan de uno, lo divino” (o de una ley, la divina), es decir, la ley política misma, equilibrio de un conflicto. La armonía es el ritmo del conflicto, que es raigal e inextirpable. La justicia Arcaica es trágica. Esta madurez de los conflictos internos constituye la primera madurez de la polis. Las Guerras Medicas, a comienzos del S.V fueron su prueba y momento más alto, pero también echaron sus raíces para la crisis. Esparta y Atenas surgen de la guerra como potencias preponderantes y la tensión intrapolitica se transforma en conflicto expansivo. Esparta se consolida como potencia militar terrestre y establece su hegemonía en el Peloponeso y Atenas, dueña de los mares, a la cabeza de las Ligas de Délos, en la que muchas ciudades son forzadas a entrar o permanecer como potencia imperialista. Los tributos de la Liga aseguraran su prosperidad durante el apogeo conocido como “Siglo de Pericles”. Es este contexto, el Ethos de la polis arcaica se quiebra. El mismo auge de Atenas, basado en el éxito económico y militar, ya es una crisis, si se entiende por crisis no tanto un estado caótico cuanto una quiebra de los fundamentos tradicionales que son reemplazados sino por ese mismo éxito.

La democracia imperialista de Atenas ejerce un poder que quizás por única vez en la historia se presenta sin justificaciones ideológicas. El Demos lleva adelante una política de poder puro y es capaz e hacerse cargo de ella también moralmente. Por eso vuelve necesario llevar a la consciencia explicita las condiciones de la construcción del poder.

Arete es lo propio del “Bueno” (Agathos) y del “muy bueno” (Aristos), Significa “excelencia” en el ejercicio de una función o capacidad socialmente valorada, en especial aquella que da acceso al poder, como lo era en Homero la función guerrera. La educación sofista ofrece adquirir ejercitar la arete mediante la politiké tékhne. Sócrates, en los diálogos jóvenes de Platón, no discute la “Virtud”, sino aquello que capacita para dirigir y cuya posesión reconocida otorga legitimidad al ejercicio del poder político, por eso es fundamental si la arete es innata o si se puede adquirir y enseñar ligándola al saber (como sostienen los sofistas y Sócrates) ligándola al saber. La guerra fría entre Esparta y Atenas termina calentándose. La Guerra del Peloponeso, que ocupa el final del siglo V, tiene una duración de 30 años con intervalos, y al cabo de ella Atenas sucumbe frente a Esparta. Pero la derrota no es de Atenas, sino del mundo de la Polis Clásica. El S. IV con la hegemonía que pasa de Esparta a Tebas ha sufrido una revolución exitosa de los aristócratas, conocida como “Tiranía de los 400” que dura unos meses. Después de la derrota los aristócratas retornados instauran, respaldados por Esparta, una tiranía atroz, los Treinta Tiranos que también dura solo meses. Atenas queda sometida entonces solo por poco tiempo y se restaura su democracia pero sin base imperialista, esta democracia restaurada será el gobierno que condena a Sócrates.

La Guerra del Peloponeso no es la crisis de la polis tradicional, sino del sistema del puro poder: sus ruinas es lo que va a contemplar Platón.

Platón es el pensador de una crisis terminal. Aristóteles trazara el balance final de la experiencia

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