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Cine De Terror


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  2.388 Palabras (10 Páginas)  •  218 Visitas

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Evolución e historia[editar]

La primera película deliberada de terror fue realizada en 1910 por J. Searle Dawley para los Edison Studios. Se trató de la primera adaptación del mito de Frankenstein. En esta época del cine mudo aparecieron otras películas como El Golem (Paul Wegener, 1915), Häxan (Benjamin Christensen, 1922) la primera película de temática ocultista y demoniaca, El jorobado de Notre-Dame (Wallace Worsley, 1923) o El fantasma de la ópera (Rupert Julian, 1925).

El siglo XX conoció, pues, desde muy pronto excelentes cultivadores del miedo. Quizá el director más importante de esta primera época sea el alemán F. W. Murnau (1889-1931), responsable de la lóbrega y expresionista Nosferatu, el vampiro (1922), película basada en el Drácula de Bram Stoker. (Dentro del cine expresionista, véase también Fritz Lang — El testamento del doctor Mabuse, M, el vampiro de Düsseldorf— y El gabinete del doctor Caligari.) El famoso vampiro transilvano ha conocido decenas de versiones a lo largo del siglo XX. Son destacables la neogótica (basada en Murnau: como en la película de éste, los dientes largos del vampiro no son los colmillos, sino los incisivos) Nosferatu, vampiro de la noche, a cargo del alemán Werner Herzog (1979), y la espectacular puesta en escena de la película Drácula de Bram Stoker (1992) del norteamericano Francis Ford Coppola.

También de principio de la década de los 30 es La bruja vampiro (Vampyr (película)) de C. Th. Dreyer.

En los años 1930 dominó el cine de monstruos. Se produjeron obras maestras -según gran parte de la crítica, nunca superadas- del género como Drácula (de T. Browning, 1931), El doctor Frankenstein (de James Whale, 1931), La momia (de K. Freund, 1932), La parada de los monstruos (de Tod Browning, 1932) y la muy alabada King Kong (de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933).

Obtuvieron asimismo un éxito espectacular el director Rouben Mamoulian con Dr. Jekyll y Mr. Hyde (o El hombre y el monstruo), de 1931, y Michael Curtiz con Los crímenes del museo, de 1933, película oscurecida por su remake Los crímenes del museo de cera (1953), de André de Toth.

La productora Universal se adentró en los años 1940 con El hombre lobo (1941), la película más influyente sobre el tema. En esta década, Universal produjo también secuelas de Frankenstein. La compañía RKO Radio Pictures, que ya había producido el citado "King Kong", realizó convincentes películas de terror, como La mujer pantera, de Jacques Tourneur (1942), Yo anduve con un zombie (Tourneur, 1943) y The Body Snatcher o La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956), esta última basada en el relato de Jack Finney. Otro hito del cine de terror de los 49 es Ladrones de cadáveres, basada en un relato de Robert Louis Stevenson.

Años 50, 60 y 70[editar]

Si se habla de cine de terror, no se puede pasar por alto a la productora británica Hammer (ver Hammer Productions), que a lo largo de los años 50, 60 y 70 desencadenó una avalancha de películas del género, algunas de gran calidad, como La maldición de Frankenstein (1957), Drácula (1958) y La Momia (1959). Su director estrella fue el inglés Terence Fisher.

También debe recordarse al norteamericano Roger Corman (n. 1926), director de serie B (películas de bajo presupuesto) especializado en la adaptación, quizá en exceso libre y colorista, de relatos de Edgar Allan Poe: House of Usher ('La caída de la casa Usher', 1960), The Pit and the Pendulum ('El pozo y el péndulo', 1961), Premature Burial ('El entierro prematuro', 1962), Tales of Terror ('Cuentos de terror', 1962) The Raven ('El cuervo', 1963), The Masque of the Red Death ('La máscara de la Muerte Roja', 1964) The Tomb of Ligeia ('La tumba de Ligeia', 1964), entre otras. Todos estos filmes, salvo Premature burial, fueron protagonizados por el especialista en el género Vincent Price (1911-1993).

Boris Karloff en La novia de Frankenstein.

Otros actores legendarios del género: Béla Lugosi (1882-1956), Boris Karloff (1887–1969), Lon Chaney Jr. (1906–1973), Peter Cushing (1913–1994) y Christopher Lee (1922-2015).

El actor español Paul Naschy (Jacinto Molina Álvarez, 1934-2009, Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 2001) fue considerado internacionalmente gran especialista, habiendo participado, ya sea como actor, director o guionista, en un centenar de películas aproximadamente. Otros autores europeos muy valorados del género: el español Jess Franco y los italianos Mario Bava y Dario Argento, entre otros.

Alfred Hitchcock, llamado el mago del suspense, es autor de por lo menos dos cumbres del terror moderno: la película de terror psicológico Psicosis (1960) y la de terror naturalista Los pájaros (1962).

A principios de la década de los sesenta se realizan dos importantes adaptaciones de novelas: The innocents de Jack Clayton (sobre Otra vuelta de tuerca de Henry James) y The haunting. La mansión encantada de R. Wise (a partir de The haunting of Hill House de Sh. Jackson).

Cine de la Guerra Fría[editar]

Cartel de La noche de los muertos vivientes.

Fenómeno digno de estudio es la filmografía catastrofista y apocalíptica, tanto japonesa como norteamericana, que surgió en los años 50, 60 y 70 con motivo de la llamada Guerra Fría: Gojira/Godzilla (1954), de Ishiro Honda, Vinieron de dentro de..., (1975), del muy apreciable director especialista del género David Cronenberg, La invasión de los ultracuerpos (1978), de Philip Kaufman. Años antes, en 1968, George Andrew Romero había estrenado La noche de los muertos vivientes, película con la que aportó otra temática: el de los "zombis" o "zombies". Estos, al igual que el hombre lobo, dentro de la categoría de los no-muertos, como los vampiros, forman parte de la tradición folklórica y las leyendas populares más antiguas, pero no fueron demasiado frecuentados por los autores románticos. El terror contemporáneo, en cambio, tanto en literatura como en cine, aborda a los zombis sin el menor matiz romanticista, procurando lograr en el lector o espectador, a través de la cruda expresión de su monstruosidad exangüe y caníbal, un efecto de terror puro, ancestral (véase Cine de zombis).

A principios de los años setenta encontramos dos ejemplos muy notables: El exorcista (William Friedkin, 1973), considerada por muchos críticos la película más terrorífica de la historia del cine,

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