Comentarios Electorales

Dime por quién votas…

Y te diré qué tan buen ciudadano eres. Utilizo esta parodia del popular refrán, para llamar la atención de mis conciudadanos en la gran responsabilidad que cada uno de nosotros adquiere con nuestra ciudad al ejercitar, por medio del voto, el derecho a escoger a la persona que regirá sus destinos. Consciente de esta responsabilidad presento el perfil que, en mi opinión, se acerca al ideal del Alcalde que debiéramos darnos.

En primer lugar, debe ser una persona de conducta intachable, tanto en su trayectoria pública, como en su vida privada; alguien que enaltezca el cargo y para quien su llegada a la alcaldía sea la culminación de toda una vida de servicio a la sociedad y no un peldaño mas, como históricamente ha sucedido, en la formación o consolidación de una "empresa electoral "en beneficio propio, de los que conforman su entorno o de sus "patrocinadores".

Es necesario que conozca la ciudad con la profundidad y la viva con la intensidad que le dan el haber vivido y ejercido en ella sus diferentes actividades de carácter cívico, de servicio público y de gestión empresarial. Deberá tener una gran capacidad y disposición para escuchar con la madurez suficiente, que le permita abstenerse de caer en la arrogancia y autosuficiencia, tan comunes en nuestros mandatarios. Su carácter firme y su capacidad negociadora, serán requisitos indispensables para gobernar con independencia, sin pactos secretos, pero conciliando, en beneficio de la ciudad, con sus actores sociales, académicos, económicos y políticos. Es decir que la candidatura no deberá tener "dueño"; y, por tanto, una vez logrado el objetivo de ganar las elecciones, la única "cuenta de cobro" que se le podrá extender al Alcalde será la de exigirle que le cumpla a toda una comunidad que ha depositado en él sus anhelos y esperanzas.

Antes que dejarnos cautivar por avisos sugestivos, impactantes campañas publicitarias, o mal llamados programas de gobierno, que más que éstos son inventarios de necesidades por todos conocidas, los electores debemos analizar integralmente a los candidatos y sus propuestas, de manera que entre éstas y aquellos haya la necesaria coherencia, de manera que sean garantía de éxito en su gestión.

Finalmente, las futuras generaciones de bumangueses no nos perdonarían que irresponsablemente nos demos el lujo de dejar pasar nuevamente la oportunidad de escoger para Alcalde a una persona cuyo liderazgo y visión inspiradora nos guíen y convoquen para que mancomunadamente, todos los actores sociales logremos que nuestra ciudad retome el rumbo que, por culpa de todos, los menos por acción y la gran mayoría por omisión, ha perdido.

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